La lista de muertos no está cerrada, pero ya es obvio que ‘Margen protector’ entregará a la Muerte una lista muy superior a la de ‘Plomo fundido’. Las fotografías y los vídeos de los niños muertos entonces por el ejército israelí podrían intercambiarse, como si los últimos 5 años no hubieran servido para nada. Las excusas que Israel emplea para justificar la muerte de los niños, también. A Guy Delisle le sorprendió ‘Plomo fundido’ en Jerusalén mientras acompañaba a su mujer, empleada de Médicos sin Fronteras. Pero antes y después, con su estilo inconfundible, relató el día a día imposible entre judíos y palestinos, separados por muros de reales e imaginarios.
“Esta región es agotadora”, le dice Sébastien, un empleado de la Alianza Francesa, a Guy Delisle en uno de los muchos viajes a través de los checkpoint que trocean Jerusalén. Y ciertamente lo es para el lector, que camina por la ciudad tres veces santa a través de las viñetas de Delisle, con la mirada sorprendida de un católico madurado en ateo que descubre una ciudad trofeo y fortaleza. A Delisle le fascina el muro de láminas de hormigón y torres de castillo medieval que domina el horizonte y una y otra vez acaba dibujando lo que ocurre en los alrededores de esta barrera levantada para impedir atentados terroristas y que ha partido la vida de centenares de miles de palestinos.
“No conocía gran cosa del conflicto cuando llegue a Jerusalén (…) Al principio me sorprendió la constante presencia de militares. Pensaba que era una ciudad totalmente occidentalizada, pero me di cuenta de que no es así”, cuenta Delisle a Raquel Villaécija en un artículo con un título tan bueno como caduco: ‘El dibujante de las dictaduras’. Porque Israel – a diferencia de Birmania, China y Corea del Norte, escenario de sus viajes anteriores y de su imprescindible ‘Pyonyang’, uno de los mejores relatos sobre el régimen de terror de Corea del Norte – no es una dictadura, aunque los palestinos vivan al dictado de los israelíes.
En ‘Crónicas de Jerusalén’ Delisle cuenta con humor sus desventuras como amo de casa en una ciudad antipática para casi todos, más si tienen niños pequeños, pero su relato se eleva cuando cuenta sus problemas para entrar y salir de Israel cada vez que tiene que coger un avión, su imposibilidad para dar un taller de cómic en Gaza – está convencido de que los israelíes le prohíben ir a la Franja porque le han confundido con Joe Sacco – , la indiferencia de la población ante la omnipresencia de hombres armados o sus visitas a los barrios de ultraortodoxos y colonos, nada amistosos con los turistas o con los cooperantes de MSF. “Son dos mundos que están al lado pero viven de manera paralela”, comenta Delisle a Villaécija.
‘Crónicas de Jerusalén’. Guy Delisle. Astiberri Ediciones. Bilbao, 2011. 336 páginas, 26 euros.
Pd.: Os dejo esta entrevista con el autor, para los que sabéis francés.
Pd. 2 (13/4/2013): “Mmm… Cuando uno se encuentra ante Guy Delisle es imposible no compararlo en el acto con su yo dibujado, ese entrañable personajillo de suave tono irónico que observa las ciudades y países a los que viaja con contenida sorpresa, pacientemente, monologando, sin inmiscuirse nunca ni realizar, en apariencia, juicios sumarios. En plan yo pasaba por ahí, vaya, mmm…” Así comienza Jacinto Antón su entrevista a Guy Delisle, invitado al Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Muy interesante para saber más sobre ‘Pyongyang’ y, sobre todo, el próximo proyecto de Guy Delisle