About the pink sky (Sobre el cielo rosa), Japón 2011
Publicado el 07 agosto 2013 por Cineinvisible
@cineinvisib
El primer interés de esta producción nipona comienza con su título, que habla de un color, para una película en blanco y negro. No será lo único que despierte la curiosidad entre los espectadores. A través de una fotografía sobreexpuesta, los contornos de sus imágenes son tan difusos como una historia que bifurca entre múltiples opciones, salta obstáculos y añade pinceladas a una narración “en principio” de adolescentes japonesas.Para su debut el director y guionista Keiichi Kobayashi se ha rodeado de varios talentos emergentes de su país, Ai Ikeda, Ena Koshino, Reiko Fujiwara o Tsubasa Takayama, y en la vena de retomar la intimidad del blanco y negro (curiosa coincidencia con otras producciones internacionales, la americana Frances Ha o la alemana Oh boy) nos presenta un relato con un epicentro y varias ondas que, al extenderse, alcanzan al resto de personajes.El hallazgo de una cartera con unos miles de yenes (que equivaldrían aproximadamente a unos 2.500 €) anima a una colegiala japonesa a prestar a uno de sus amigos una parte del descubrimiento. Cuando la protagonista se lo cuenta a sus compañeras, el grupo decide buscar a su propietario. Un joven atractivo y de familia pudiente, al que devolverle su cartera, permite acceder a su casa y conocerle personalmente… Las líneas argumentales se van añadiendo, mezclando y cruzando con ramificaciones inesperadas en el más puro estilo oriental, en el que un gesto tiene tanta importancia como una acción, y una mirada tanto sentido como una larga parrafada. El director provoca con sus imágenes, el tratamiento de sonido, sus vaivenes narrativos y una aparente espontaneidad, falsamente improvisada.Ganadora del festival de Gijón, Tokyo y Rotterdam por su valor, inteligencia y sutileza de la narración, esta película es la apuesta más arriesgada de una cartelera previsible, y por tanto, de lo más interesante que se puede ver en los cines. Dividirá tanto al público como a la crítica, como ya lo ha hecho por todos los certámenes que ha visitado.Sobre este cielo rosa muchos pueden perder el norte, sorprenderse o, incluso, sentirse alejados de este tipo de narración. Personalmente me costó un poco entrar en ella. La veía dubitativa en la dirección que quería tomar. Un cuarto de hora después entré, de lleno y sin querer que se acabase, en este particular cuento de fantasmas en blanco, sumidos en situaciones negras, que logran que veamos en un humo gris, un cielo tan rosa como la vida que cantaba Édith Piaf. Eso sí para ver de color de rosa la existencia, primero se suele pasar moradas.