Momentos como este reafirman mis sentimientos y me doy cuenta de por qué la vida vale la pena. Ya me pasó lo mismo con mi bebé gigante. Su primer abrazo fue un momento inolvidable porque además tuve la suerte de que en ese momento mi marido nos estaba grabando en video. Qué lástima que esta vez estuviéramos solas mi pequeña foquita y yo. Pero da igual. Quedará grabado para siempre en mi corazón.
Cuando los expertos dicen y repiten que los niños necesitan besos y abrazos se olvidan de algo muy importante. Esos besos y abrazos son también imprescindibles para los padres. Los necesitan ellos, son indispensables para nosotros.