Acabo de asistir a una sesión en el salón de actos del Conservatorio Mestre Tárrega de Castellón de presentación de una nueva obra didáctica, Mikroclimes, del catedrático de piano del Conservatorio de Barcelona Antoni Besses, editada por Boileau. Besses es un pianista enciclopédico, que ha grabado la obra de Mompou, Soler y Blancafort, entre otros discos... Tuve ocasión de escucharlo en anterior ocasión interpretando las variaciones Goldberg bachianas y hoy ha venido a Castellón a realizar una clase práctica sobre este material para piano, con alumnos del centro, incluido mi pupilo Carlos Fernández Corral.
Se trata de una colección de piezas breves en lenguaje contemporáneo, al estilo del Mikrokosmos bartokiano, bien atonales, bien con aromas tonales, bien con guiños bitonales en ocasiones... La obra referida de Bartok ha inspirado mucho material desde su composición. Me es muy querido por lo novedoso de su escritura y variado y ameno de su sonoridad, por ejemplo, el Kosmos Latinoamericano, de Ernest Widmer, el cual he trabajado en clase con buenos resultados...
El título de este post no tiene que ver con la película ;) sino con las veces que lo ha dicho el pianista... más de una... Y es de resaltar que, efectivamente, el piano quizá se deba tocar más con la mente y el espíritu que con los dedos (que mecanógrafos sonoros ya nos sobran :) La conciencia! La concentración!
Ha presentado el volumen primero, una obra especie de mosaico ecléctico de pequeñas piezas para lectura a primera vista y confesado que ya está manos a la obra sobre el segundo, por lo cual lo felicitamos y animamos. Este primero es en teoría el "fácil", aunque no hay que hacer una relación directa entre valores más lentos, como blancas y redondas y facilidad de interpretación (opinaba precisamente que el primer cuaderno de los de Bartok es el más complicado de tocar:).
Da mucha importancia al trabajo de asimilación previo a tocar, indicando en la partitura con MTL, minutos de tiempo de lectura, una aproximación al tiempo que el discente debería pasar "pensando" previamente, escuchando interiormente la pieza a tocar. Y luego habría que estudiar. Pero cuando uno lee bien estudia mejor. Si se hace una primera mala fotografía, borrosa, posteriormente será más difícil extraer bonitos detalles de la misma...
Con los títulos al final, cual preludios debussyanos y en lengua italiana (aunque hay textos explicativos en varios idiomas), permiten tempi diferentes ya que, salvo una pieza, la 23, no hay indicaciones metronómicas; tampoco suele indicar pedales aunque se pueden aplicar (no hay que postergar el estudio del pedal, dice, con tan buen criterio)... Unas obras para practicar intentando ya desde el primer momento que exista una lectura expresiva, -"no existe una lectura demasiado expresiva, sino con una expresión equivocada- con cambios de expresión, consciente de los posibles fallos de lectura (es decir, que emerja de una primera dotación de sentido a lo que se lee, que nuestro cerebro (privilegiado lo calificó varias veces) ya asimile por ende coadyuve a la memorización.
Leer mejor ayuda a estudiar mejor. Dime como lees y te diré cómo tocas. Dime qué y cuánto lees y te diré de qué te has nutrido y también cómo tocas :)
Felicitaciones al maestro y ánimo a los pequeños lectores, quien la sigue la consigue, y la educación del ojo pianístico, de la manera de mirar, de leer, de aprehender, el trabajo de la mente en suma (ha puesto un ejemplo muy claro hablando de Alicia de Larrocha) es fundamental! Imagina bien el/tu sonido y ya tienes 3/4 del sonido hecho :)