Les comparto una pequeña abstracción, más grande en lo que encierra, en su valor, de uno de los temas y reflexiones que he venido entretejiendo, y que les he venido participando.
Esta vez, la máxima ganada es: “ Abre tu corazón!”. Definitivamente, un acto que requiere valentía y otorga sanidad a nuestro ser.
El otro día les comentaba, partiendo de mis experiencias, que la persona que abre su corazón se gozaba de los beneficios que otorga esa apertura. Ahora, después de haber escudriñado sobre el tema, como parte de mi búsqueda de la raíz, algo así como parte del proceso de entendimiento, de reconocimiento entre lo que se vive y lo que está escrito como parte del conocimiento, doy razón a mi experiencia transmitida en esa oportunidad.
En este caso, el corazón es visto como asiento del Amor, ese que nos permite que fluya desde nuestro interior al exterior, con ese poder transformador exquisito de nuestro entorno, con esa sensibilidad especial que nos facilita mirar con mayor detalle-alcance y disfrutar cada instante, el que nos permite actuar libremente, expresar nuestros sentimientos, deleitarnos de la belleza que nos proporciona el vivir en la sencillez y complejidad de cada latido con intensidad en su lenguaje universal, en su esencia inmanente, y que nos baña de una paz que acaricia el alma.
Bajo esta perspectiva, confirmo que el corazón es la llave para ascender a niveles de conciencia más elevados, que el reconocerlo como el centro, así como la necesidad de abrirlo, es fundamental en ese proceso de nuestra irrupción a la vida multidimensional sana, proporcionando niveles de sabiduría más intensos en lo que percibamos, en lo que vamos experimentando.
Cuando se vive “con el corazón” _ esta frase me encanta y suelo decirla con cierta frecuencia cuando se trata de vivir con propósito, de alcanzar lo queremos con compromiso_ provee ineludiblemente un mayor alcance y asertividad a nuestras acciones, y ni que se diga de la indescriptible gratificación cautivada _es muy exclusiva de cada quien_ .
Cuando se vive “con el corazón”, no hay de otra, estamos siempre encaminados dentro del proceso de evolución y desarrollo interior, ese que nos lleva con transparencia a ser mejores seres humanos en la armonía que acoge la construcción de un mundo cada día mejor.
Artículos relacionados:
- Artículos NO relacionados: