Abrid escuelas y se cerrarán cárceles

Publicado el 31 enero 2014 por Desequilibros
"Hoy, en España, ¿qué remedio puede emplearse contra los males que nos afligen o nos amenazan? Ninguna dolencia social puede combatirse con un remedio solo; pero si se nos pidiera que señaláramos uno nada más, aquel que juzgásemos de mayor eficacia, responderíamos sin vacilar: LA INSTRUCCIÓN". Concepción Arenal.
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La curiosidad intelectual fue la principal característica de Concepción Arenal. Siempre sintió una enorme atracción por las lecturas sobre ciencias y filosofía. Y al acabar sus estudios "elementales" expresó su deseo de cursar estudios superiores, algo inaudito en una mujer de la época (nació en 1820) y que contó con la oposición firme para su madre, que deseaba que su educación se centrara en aprender a comportarse correctamente en sociedad, tal y como se esperaba de una señorita de la época.
Sin embargo, se encuentra con 21 años como depositaria de la herencia de su abuela y su madre, fallecidas en solo un año. Así que decide tomar las riendas de su propio destino:
"Durante los cursos de 1842-43, 1843-44 y 1844-45 Concepción Arenal asistirá vestida de hombre a algunas clases de Derecho en la Universidad. Evidentemente no cursó la carrera, ni hizo exámenes, ni alcanzó ningún título, pues en este momento histórico las aulas universitarias estaban reservadas exclusivamente para los varones, pero sin duda enriqueció y afianzó su interés por las cuestiones penales y jurídicas".
Se casó con Fernando García Carrasco, un hombre que supo entender sus aspiraciones y que siempre la trató en plano de igualdad intelectual.
Su colaboraciones en el diario liberal La Iberia terminaron el día en que el ministro de Gobernación de la época, promulga la Ley de Imprenta de 15 de mayo de 1857, la más restrictiva del periodo del reinado de Isabel II, donde se impone la obligación de firmar los artículos que versen sobre política, filosofía y religión.
Concepción Arenal siempre defendió la educación e instrucción de la mujer como fundamental: los hombres pueden aprender un oficio y la mujer no puede aspirar a otra carrera que el matrimonio.
Y sus críticas al clero, principal valedor de esa teoría eran claras: "En general es muy ignorante, no querer a la mujer instruida, es mejor auxiliar, mantenerla en la ignorancia.

Estatua pública en Orense dedicada
a Concepción Arenal
(escultor: Aniceto Marinas, 1898).

A partir de 1869 comienza a publicar sus obras más reivindicativas y que la sitúan como germen del movimiento feminista en España: "La mujer del porvenir""La mujer en su casa", "Estado actual de la mujer en España" o "La educación de la mujer", en la que hace un alegato, por primera vez en España, en defensa del derecho de la mujer a recibir educación en términos de igualdad respecto al hombre.
En todas ellas Concepción Arenal "se propone no sólo disipar los errores que sobre la mujer han arraigado en la opinión de la mayor parte de la sociedad, sino también reivindicar la capacidad intelectual de la mujer y su derecho a recibir una educación que le permita desempeñar cualquier profesión en condiciones iguales a la del hombre".
En 1878 publica uno de sus más famosos trabajos, La instrucción del pueblo.
En él hace un análisis de la situación de la educación en aquella época y traza las ideas básicas de lo que, a su juicio, debería ser.
Su lectura es estremecedora, porque siglo y medio después, su análisis de la situación no ha sido superado por la realidad actual (mutatis mutandis):
Resulta que el profesor no puede ser más que profesor, y que para serlo del modo debido necesita medios materiales que se le niegan; que la retribución que se le asigna, y a veces no se lo paga, es insuficiente, no sólo para adquirir los medios indispensables de ilustrarse, sino para su sustento material; que la consideración que merece está en armonía con el sueldo que cobra; que la alta misión del maestro se convierte en un via crucis, por donde caminan sólo los que tienen espíritu de inmolación y de sacrificio; que, como este espíritu no puede animar a todos los que tienen aptitud para la enseñanza, muchos se retraerán de ella; que la consecuencia de todo esto es rebajar el nivel intelectual del cuerpo docente; y, en fin, que la opinión pública, no preocupándose de semejante estado de cosas, prueba que no da al saber importancia, ni considera la instrucción como una necesidad.
Hoy, en España, ¿qué remedio puede emplearse contra los males que nos afligen o nos amenazan? Ninguna dolencia social puede combatirse con un remedio solo; pero si se nos pidiera que señaláramos uno nada más, aquel que juzgásemos de mayor eficacia, responderíamos sin vacilar: LA INSTRUCCIÓN.
Si es necesario que el hombre se eduque; si para educarse es preciso instruirse; si nadie puede aprender sin que se le enseñe, el deber de cultivar la inteligencia lleva consigo el derecho a la instrucción.
Hay que hacer posible a todos el de instruirse, apartando los obstáculos materiales a los que estén imposibilitados de apartarlos por sí mismos.
Si la enseñanza es un mal, debe suprimirse absolutamente; si es un bien, darse, cueste lo que cueste, porque este bien es de un orden tan superior que ningún hombre honrado que le comprenda puede ponerle precio.

Como cabía esperal, Concepción Arenal no fue admitida en la Real Academia de la Lengua, pese a que fue propuesta por otra notable, Emilia Pardo Bazán.
Por desgracia, su obra y legado no son suficientemente valorados, ni en los sistemas educativos que tanto defendió, ni en la consideración social de su aportacion, sometida con frecuencia a los prejuicios sociales que tan lamentablemente evoca el término feminismo.
Concepción Arenal nació un 31 de enero.
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Bibliografía y más información:
• Portal dedicado a Concepción Arenal en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Hemeroteca del diario liberal La Iberia.
• Concepción Arenal y la educación popular.
Concepción Aranal Ponte.