Abrigaos, que viene el invierno
Publicado el 21 diciembre 2011 por Carmentxu
Mañana empieza el invierno. Un invierno duro y frío, un lugar más que un tiempo en el que habrá que cuidarse más que nunca para no caer enfermo y no verse obligado a transitar los pasillos de la desolación y de los lamentos en que se están convirtiendo hospitales y ambulatorios. Al igual que Grecia, encarada la proa hacia ajustes infernales, éste ya no es país para viejos, ni para enfermos, ni para pobres ni para parados ni para los titulares de un contrato de los que han de venir o de los que ya están aquí de avanzadilla, que humillan y convierten el trabajo en moneda de cambio a precio de saldo.
Mis sueños están guardados en un pequeño cajón de un mueble chino que se ha ido salvando de sucesivas mudanzas interiores por motivos sentimentales. Entra el frío por las ranuras pero, cuando paso cerca de él, puedo oír sus latidos en esa esquina del comedor. Ahí están, esperando tiempos y lugares menos ásperos, más cálidos. La lotería llegará anticipada esta tarde a unos cuantos y en los días que han de venir irán cayendo premios menores y la pedrea entre viceministros, secretarios, subsecretarios, directores de división, de negociado, de la nada al fin y al cabo en que va a acabar todo, ávidos por demostrar que son capaces de gestionar el fracaso, su fracaso, el de todos. Luego, que no nos vengan con que la culpa es nuestra, como la deuda de unos pocos que vivieron por encima de sus posibilidades y ahora languidecen también por encima de sus posibilidades, llevándose por delante los restos del naufragio y en el barco íbamos todos. Mañana entreabriré el cajón donde están mis sueños y les sacaré un ratito cada día para que respiren mejor y no mueran de puro aburrimiento allí dentro. Los abrigaré bien entre las manos, que este invierno se presenta duro.