Abril 1ª Quincena / 9

Publicado el 16 abril 2011 por Esbilla

03/04/2011. Cimarron Kid, Budd Boetticher, 1952, USA

Un joven ex-convicto al que no dejan regenerarse termina por liderar los restos de la banda de los Dalton en este western agradable e intranscendente dedicado, principalmente a asentar la imagen del suave Audie Murphy como oscuro pistolero aniñado. Pese a ser un trabajo muy alejado de futuras preocupaciones la mano de Boetticher se nota en una narración briosa, llena de detalles puramente físicos (la excelente secuencia del asalto simultaneo a dos bancos) e incluso rodeada de cierta aureola fatalista pese a un final en exceso conformista. Por lo demás tan cumplidora como intranscendente, bien fotografiada en empastados colores, algunos intérpretes interesante como Hugh O’Brian o Noah Beery Jr. y un curioso personaje femenino a cargo de Yvette Duguay.

03/04/2011. Cuentos de Terramar, Goro Miyazaki, 2006, Japón

Plomiza, que no contemplativa, producción del Studio Ghibli dirigida por Goro Miyazaki con una competencia técnica fuera de toda duda pero con semejante falta de intensidad y poesía. Carece, no ya de la síntesis de ligereza aérea y hondura indescriptible de la obra de su padre, sino que calibra inadecuadamente casi todos sus elementos en un conjunto interminable, sin ritmo, saturado de diálogo y reiterativo, solo salvado por la aparición de un puñado de buenas ideas aisladas y por aciertos parciales en cuanto a diseño.

05/04/2011. El especialista, Sergio Corbucci, 1969, It-Fr-Al

Fagocitación por parte de Corbucci de previos trabajos suyos, principalmente la hiperviolenta Django y la magnífica El gran silencio, y ajenos (robos a Leone, como no podía ser menos) para dar forma a un film poco más que curioso y definitivamente estirado. Tras dos tercios de metraje dominados por un tono hasta clásico, con hincapié en la monumentalidad del paisaje montañoso y cierta elegancia en la puesta en escena, el último round está presidido por el tono enfático y el barroquismo habitual del director, desembocando todo en uno de los más demenciales clímax jamás vistos en el género (amputado en la versión española). Pese a su total inexpresividad el rockero Johnny Hallyday da el pego, se agradece el elemento novedoso de una villana a cargo de François Fabian y con la posibilidad de ver a los formidables Gastone Moschin y Mario Adorf frente a frente (el primero todavía en uno de sus roles más o menos cómicos, el segundo en el genial y demasiado breve papel de un bandido mexicano manco que lleva a su biógrafo a todas partes), adelantando su posterior y volcánico encuentro en la apoteósica Milán Calibre 9 de Fernando Di Leo.

06/04/2011. La espada del samurai, Tom (Tsugunobu) Kotani, 1981, GB-USA-Japón

Una producción exótica y curiosísima en todos sus aspectos, aunque no por ello lograda. Principalmente por una puesta en escena estrictamente televisiva, con abuso del zoom y plana en cuanto a expresividad o atmósfera. Pero así y todo su aire de anacrónico relato aventurero (un trío de marinos americanos ayudando a un samurai a recuperar una espada simbólica robada por un señor local opuesto a la firma de un tratado comercial entre Japón y los Estados Unidos a principios del XIX) y la heterogeneidad de su insólito reparto levantan el conjunto a niveles cuanto menos entretenidos. Y es que rodeando al duro Frank Converse aparecen desde los venerables Toshiro Mifune y Richard Boone a estrellas del cine popular nipón con el estólido Tetsuro Tamba o el incendiario Sonny Chiba o glorias de los psicotrónico como una más que competente Laura “Emmanuelle negra” Gemser en plan guerrera audaz.

10/04/2011. My name is Julia Ross, Joseph H.Lewis,1945,USA

Una mujer es víctima de un siniestro complot urdido entre una aparentemente encantadora anciana y su psicótico hijo con el fin de ocultar el asesinato de la esposa de este. Fusión absorbente de suspense goticismo y delirio para este mucho más que sugestivo thriller paranoico de bajísimo presupuesto, es decir a la medida del talento estilizado de su realizador, que desborda ritmo, tensión y malignidad. Prácticamente un film-clímax donde cada secuencia se resuelve a vida o muerte, sin tregua ni para el espectador ni para su protagonista, la espléndida Nina Foch enfrentada a May Whitty, toda falso candor y al siempre siniestro George Macready, niño de mama adorador de las armas blancas.

10/04/2011. La calle sin sol, Rafael Gil, 1948, España

Melodrama criminal de influencia francesa sobre un fugitivo francés que termina siendo acogido por las gentes del barrio chino barcelonés y que oscila entre lo poético y lo costumbrista. Filmada por Gil con amplitud de medios, sentido de la atmósfera y no poco brío, compatibiliza el registro romántico-policial con el humor mundano, beneficiándose de la participación en el guión de un Miguel Mihura que deja su sello en unos espléndidos diálogos y tipos, todos a cargo de una surtido impagable de característicos y secundarios, mención honorífica para la archigenial Julia Caba Alba y para un Manolo Morán  a sus anchas como vendedor callejero licenciado a gramática parda. Amparito Rivelles resulta más sobria que de costumbre y la importación portuguesa Antonio Vilar le da la réplica con solvencia.

12/04/2011. Varljivo leto ’68, Goran Paskaljevic, 1984, Yugoslavia

Divertida comedia iniciático-sexual que supone uno de los trabajos más abiertamente populares de su autor. Sátira, costumbrismo y brocha gorda en un conjunto asumidamente eufórico y vitalista, que si bien admite influencias de ciertos aspectos del cine de Truffaut pertenece plenamente a la escuela humorística balcánica de los años 80. Pese a su pobreza estética y cierta obviedad crítica despierta simpatías y cuenta con momentos memorables, además de un reparto espléndido, encabezado por el gran Danilo ‘Bata’ Stojkovic como atribulado juez de provincias obsesionado porque su hijo apruebe marxismo mientras este, el melancólico Slavko Stimac (primero actor infantil y luego habitual de Kusturica), solo puede pensar en lo verdaderamente importante.

13/04/2011. Una mujer para dos, Ernst Lubitsch, 1933, USA

Como siempre en el gran Lubitsch de los primeros 30 una maliciosa comedia de costumbres (sexuales) que mezcla ligereza de tono y profundidad de observación. En este caso parte de un original de, nada menos que, Noël Coward convenientemente remozado por el gran Ben Hetch y quizás pueda pesar un poco este origen sobre algún momento puntual pero el mágico estilo indirecto del director se impone con elegancia sobre el conjunto, básicamente las complicaciones de un finalmente feliz ménage à trois entre un joven Gary Cooper como vehemente pintor, el intenso Frederic March en clave de sofisticado comediógrafo y, como vértice eléctrico, la adorable Miriam Hopkins que presta su energía, peculiar manera de decir y timming perfecto a una resuelta publicista enamorada de los dos bohemios.

14/04/2011. Al servicio de las damas, GregoryLa Cava, 1936, USA

Bajo su superficie aterciopelada una fábula moral de acerado nervio satírico que combina frivolidad y crueldad en la exhibición de las vergüenzas de la clase alta norteamericana, vista por alguien cuya lucidez proviene de haberse caído de semejante caballo, y esto sirve por igual para el ojo de La Cava como testigo y cronista y para el memorable personaje que compone William Powell con su habitual clase distanciada. Pese a cierto estatismo en la puesta en escena el conjunto resulta un dechado de sentido de la observación, mala uva y lecciones de vida a ritmo trepidante, abierto por igual al gag puro y a la frase irrefutable, que se apoya con limpieza en el talento de sus intérpretes. Entre los cuales brilla, claro está, la bellísima Carole Lombard como alocada pretendienta del sobrevenido mayordomo Godfrey.