A nuestros lectores habituales les sonará el nombre de Charles Robert Knight (Brooklyn, 1874 - Manhattan 1953), ya que su trabajo aparece plagiado con frecuencia en la sección Fusilando sin piedad. Que este dibujante, pintor y escultor sea uno de los paleoartistas más copiados de la historia se debe, en parte, a su antiguedad y difusión, pero sobre todo a la potencia icónica de sus imágenes y su convincente naturalismo. Ya desde niño demostró un profundo interés por los animales y una facilidad extraordinaria para el dibujo, como puede comprobarse en este retrato de su perro Lou que realizó a los doce años.
Tras licenciarse en la Escuela de Arte Metropolitana de Nueva York, el joven Knight se especializó en escenas de naturaleza para periódicos y revistas. Al mismo tiempo frecuentaba zoológicos donde dibujaba y pintaba especímenes vivos, así como el Museo Americano de Historia Natural para estudiar sus disecciones. Años más tarde, al escribir Animal Anatomy and Psychology for the Artist and Layman, recalcará la importancia de examinar "no sólo la anatomía sino también la psicología del animal para representar adecuadamente una actitud viva, tanto en acción como en reposo".
Esta metodología motivaría su recomendación para una pintura del mamífero prehistórico Elotherium (Entelodon), iniciando así una prolífica carrera como reconstructor de la vida del pasado para museos y publicaciones divulgativas.
"Puede decirse que la moderna ilustración paleontológica se puso en marcha con aquella reconstrucción del Elotherium de 1894. Nunca antes se había reunido en una persona un talento semejante para el dibujo de animales, con los conocimientos de anatomía necesarios para interpretar los fósiles y compararlos con las especies vivientes."
Mauricio Antón: El secreto de los fósiles
Téngase en cuenta que, por anticuado que hoy pueda parecernos, el trabajo de Knight fue revolucionario para su época -un "cambio de paradigma" en palabras del paleoartista Mauricio Antón-, y que sus limitaciones fueron las de una ciencia por aquel entonces todavía en pañales. Muchas de sus reconstrucciones eran en buena medida especulativas, caso del Agathaumas de 1894 que, pese a seguir indicaciones del paleontólogo Edward Drinker Cope, se basaba en escasos materiales fósiles más tarde reatribuidos a Triceratops.
Aunque Knight elaboró posteriormente recreaciones de ceratópsidos (dinosaurios hervíboros con cuernos) bastante más convincentes...
...curiosamente siguieron produciéndose copias de su Agathaumas durante años, como la de un tal F. John para la colección de postales Die Wunder der Urwelt (Las maravillas del mundo) editada en torno a 1916.
A lo largo de su trayectoria Knight realizó diferentes versiones de una misma especie, actualizadas en consonancia con las últimas evidencias y teorías. En la siguiente pintura, próxima a 1906, podemos ver un Tyrannosaurus rex representado según un cráneo y unas extremidades anteriores incompletas, atribuyéndole Henry Osborn (director del Museo Americano de Historia Natural) características análogas a las de Allosaurus, otro dinosaurio carnívoro.
Una vez se obtuvieron fósiles en mejor estado de conservación, Knight renovó su aspecto en un mural de 1927, pintándole un hocico más largo y sólo dos falanges en las patas delanteras.
Al igual que con Agathaumas, los fallos anatómicos de la pintura original serían copiados hasta la extenuación. Vale, en las páginas de una revista pulp o un cómic pasamos por alto la falta de rigor científico... Pero en una publicación divulgativa como la enciclopedia de ciencias naturales Aguilar de los años 70 encontramos un patinazo digno de colleja: el ilustrador dibuja el esqueleto del depredador con el cráneo completo, y luego se queda tan ancho calcando el morro chato de la versión de 1906 (en descargo del pintamonas de turno hay que decir que más culpa tuvo el editor que "supervisó" su trabajo).
Volviendo a la pareja de Tyrannosaurus de 1927, es interesante advertir que, mientras el del fondo descansa apoyado sobre su cola, el que se halla en primer término la mantiene erguida para equilibrar su peso al caminar. Obviando la piel correosa y la papada similares a las de una iguana, sorprende lo moderna que resulta esta imagen en contraste con otra pintada por Rudolph Zallinger veinte años más tarde.
Si bien Knight suscribía ciertas ideas de su época hoy desfasadas, por ejemplo que los saurópodos -dinosaurios hervíboros, cuadrúpedos y de cuello largo- eran criaturas torpes y aletargadas que pasaban la mayor parte del tiempo sumergidas en aguas pantanosas...
...concebía en cambio a los terópodos -dinosaurios bípedos y carnívoros- como animales activos, más parecidos en su morfología y comportamiento a las aves que a los reptiles. Esta tesis, como hemos podido comprobar con el tiranosaurio gordinflón de Zallinger, tardaría décadas en imponerse. Aun valorando las excepciones de Gerhard Heillman y Zdenek Burian, el dinamismo de los Laelaps (Dryptosaurus) pintados por Knight en 1897 no sería igualado hasta las transgresoras teorías del dinosaur renaissance de la segunda mitad del siglo XX.
Sin embargo no todo son alabanzas, y es que ya en vida hubo quien le reprochó a Knight un exceso de artisticidad. Partiendo del dibujo minucioso y el color naturalista de sus primeros trabajos, algunas de sus creaciones de madurez favorecen lo puramente pictórico en detrimento de la precisión objetiva que, en principio, se demanda a una ilustración científica.
Dicha tendencia se explica en cierta medida por la progresiva ceguera de Knight (la cual le obligó a realizar sus últimas pinturas en tamaños reducidos), aunque también por su visión idealizada del artista. En la correspondencia que mantuvo con Henry Osborn se negó a aceptar un puesto fijo con el fin de mantener su independencia, rechazó la participación de ayudantes, y exigió un tratamiento "decorativo" y "misterioso" para sus murales de la década de 1920.
Por otra parte, su concepto de la evolución estaba imbuido -como el de muchos contemporáneos suyos, todo sea dicho- de un romanticismo triunfalista. Con la citada salvedad de los terópodos, en Life through the ages describe a los dinosaurios como "monstruos escamosos de sangre fría, estúpidos e inadaptables", superados por "seres de sangre caliente, peludos, despiertos y agresivos". En el mismo libro ejemplifica esta "victoria de lo nuevo sobre lo viejo" representando en conflicto a un pterodáctilo -reptil volador que se extinguió al final de la era de los dinosaurios- y un Archaeopteryx -ancestro de las aves actuales-.
Por más que se fundamente en hipótesis científicas, toda recreación de animales prehistóricos implica cierto componente subjetivo... Y quizá en ese exceso, criticable desde el punto de vista paleontológico, resida la fascinación tan intensa y duradera que Knight ha ejercido en generaciones de ilustradores, dibujantes de cómics y cineastas. Como ya dedicamos una serie de posts a su influencia en Willis O'Brien, Ray Harryhausen y Richard Corben, y puesto que en Fusilando sin piedad contamos con una generosa colección de plagios, nos despedimos con un buen chute de criaturas prehistóricas made in Knight. ¡Que aproveche!
¿DESEA SABER MÁS?
En Koprolitos:
- Las influencias prehistóricas de Richard Corben I
- Las influencias prehistóricas de Richard Corben II
- Las influencias prehistóricas de Richard Corben III
- Fusilando sin piedad: Van Dongen after Knight
- Fusilando sin piedad: Paul after Knight
- Fusilando sin piedad: Frazetta after Burian
- Fusilando sin piedad: Sanjulián after Harryhausen, Burian y otros
- Fusilando sin piedad: Robot Monster
- Beowulf contra el alosaurio
- Mauricio Antón: El secreto de los fósiles, Aguilar - Santillana
- Charles Knight: Animal Drawing: Anatomy and action for artists, reedición de Animal Anatomy and Psychology for the Artist and Layman, Dover
- Charles Knight: Life through the ages, edición conmemorativa de Indiana University Press
- Richard Millner: Charles Knight: The artist who saw through time, Abrams