Además agosto es un mes donde muchos negocios, espacios de ocio o similares cierra, con lo cual la oferta se complica e implica un gasto de dinero que no muchas familias pueden tener.
A nosotros nos gusta ir de vacaciones en julio, con lo cual hace muchos años que agosto lo pasamos en la ciudad. Desde que Rayo es más mayorcito se hace más complicado encontrar actividades divertidas. Y si contamos con que yo trabajo por las mañanas, el aburrimiento está asegurado. ¡Ojo! No me parece mal que se aburra, creo que es bueno que aprenda a gestionarlo pues ello favorece su creatividad e imaginación. Pero insisto, el verano es muy largo, y yo creo que la calorera les funde las neuronas a los pobres niños.
Muchas familias recurren a los -benditos- abuelos. Mis padres de hecho están en la playa, con una temperatura mucho más llevadera, cerca de la orilla del mar. Hasta ahora la opción "te dejo con los abuelos una semanita" no la veía viable. Primero porque era muy pequeñín, segundo porque tuve la suerte de poder estar con él sin restricciones los primeros veranos y ya más tarde por sus problemas de salud. Estar tan lejos de él y no poder controlarle me daba pavor.
Pero este año las cosas han cambiado, es más mayorcito, su salud ha mejorado considerablemente y Madrid se ha convertido en una trampa sin salida. Así pues la alternativa de dejarle unos días con los abuelos ha tomado forma, ya no por mi, que yo sobrellevo el trabajo y tenerle en casa bastante bien, sino por él. Yo de niña disfrutaba de largos veranos en la playa donde lo pasaba en grande y teniendo la opción me da penilla que él no lo haga. Mis padres son jóvenes, están estupendos y además adoran al peque.... y ese sentimiento es correspondido por Rayo que con su abuelo -especialmente- se entiende a la perfección. Como dice mi madre, son buenos camaradas.
Cuando regresamos de nuestras vacaciones le pregunté si le apetecía pasar unos días con los abuelos y su respuesta fue clara y tajante: No. Poco más se puede decir. Desde luego no tenía en mente forzar una situación que creo debe venir sin presiones y por voluntad propia. Supongo que poco ayuda el no haber pasado nunca una noche fuera de casa, sin nosotros.
A medida que agosto se ha ido haciendo más duro he seguido preguntando, contándole lo que haríamos, cómo disfrutaría allí, los pocos días que estaría sin nosotros.... pero mis argumentos no parecían convencerle. Y de repente hoy me ha dicho que sí, que le apetece irse. Me he quedado un poco descolocada, para que lo vamos a negar. A pesar de que tengo ganas de que vaya y se lo pase bien sé que me va a costar un poquitín dejarle. No me he separado de él nunca y no sé cómo lo voy a llevar.
No sé si cambiará de opinión, no sé si finalmente lo haremos. Pero si él quiere, el próximo viernes partiremos rumbo a la playa para que disfrute de unos días más de vacaciones, que bien merecidos los tiene.
Y vosotros, ¿dejáis a los niños con los abuelos?, ¿cómo lleváis estar alejados de ellos?
Y por otro lado, ¿creéis que hay una edad donde es más adecuado?, ¿o por el contrario la edad es indiferente?
Me encantará conocer vuestras opiniones.