Abuso sexual en niños y niñas: cómo tratar a quién lo ha sufrido

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

Es uno de los temas más delicados de abordar. Cuando un niño ha sufrido de abusos sexuales su parte emocional y su psique están profundamente trastornadas. En necesario un trabajo continuado por parte de especialistas para que poco a poco sepa enfrentarse al problema y empezar a superarlo con las menores secuelas posibles.

En ningún momento se trata de obligar al niño a que hable de lo sucedido o exprese sus sentimientos, bastante forzado se ha visto ya.

Si el abuso ha sido perpetrado por un familiar cercano le va a resultar mucho más difícil por los vínculos sentimentales, tiene además un mayor sentimiento de culpa, acompañado de vergüenza y miedo.

Es importante que si se detecta una situación de abuso infantil se denuncie inmediatamente

Cualquier persona que detecte que un niño está siendo víctima de abusos, ya sean padres, educadores o familiares debe denunciarlo de forma inmediata para que finalicen y a continuación empezará el trabajo con el niño.

La labor inicial corresponderá a los padres o tutores. Deben hacer sentir al niño que está seguro, que la situación ha terminado Para ello hay que crear un clima de confianza. Ante todo el niño debe saber que lo que ha pasado no es culpa suya, que él es una víctima en una situación que nunca debió darse.

Habrá que preparar al niño para la ayuda profesional que va a recibir o incluso para los diversos trámites que haya que pasar en el caso de que el abuso se lo haya causado uno de los padres. Le va a costar mucho y sentirá vergüenza a la hora de abordar el tema, pero con paciencia habrá que transmitirle que no pasa nada y que es necesario que hable de ello porque así empezará a sentirse mejor.

Siempre que lo denuncie el propio niño hay que ser muy comprensivos

Ante la denuncia de un niño a sus padres hay que estar muy atento, no se deben tomar a broma estas cuestiones ya que es algo que los niños no suelen utilizar para llamar la atención. Hay que escucharle y tomar las medidas oportunas, que pasan por la correspondiente denuncia. No debemos presionar al niño para que nos cuente todos los detalles, es algo que deberá hacer cuando se sienta preparado, y mucho menos culpabilizarle o juzgarle por lo sucedido. Cuando se trata de abusos sexuales el menor siempre es la víctima, a quien hay que proteger.

Suele pasar que cuando un niño habla de estos temas el adulto no acaba de tener claro como reaccionar. Esto es lo que hay que evitar, cualquier atisbo de duda puede ser interpretado por el menor como una acusación velada. Lo más importante será demostrarle apoyo y cariño incondicional, no debe perder su fe en los adultos y debe poder confiar en la persona a la que se dirige. Lo que el niño espera es que le liberen de esta situación, que le digan que no es culpa suya y que le ayuden a superarlo y eso es lo que el adulto deberá hacer con firmeza y sin dilación.