Abusos indignantes

Publicado el 05 julio 2017 por James Nightingale @atracoalpueblo

GOTAS DE OPINIÓNABUSOS INDIGNANTESHay momentos extremadamente menguados en la historia de los pueblos. Venezuela está padeciendo el peor de todos, comparados éstos con cualquier otro período de nuestra vida republicana. Porque la tragedia que sufrimos los venezolanos, que está a la vista de propios y extraños, es plagada de múltiples calamidades de la más diversa índole.La que podría clasificarse como catástrofe social, tiene pocos parangones en el planeta. Es harto conocida, puesto que escasas familias escapan de sus consecuencias. Desde el desabastecimiento casi total de alimentos y medicinas, hasta el ignominioso episodio de ver niños, adultos y ancianos rebuscando desechos de comidas en los basureros públicos; incluso ya es algo de rutina, porque ocurre a menudo, ver a la gente cómo abre las bolsas o envases contentivos de basura, en su desesperada búsqueda para aliviarse del hambre, aunque sea momentáneamente. Este cuadro dantesco, por sí solo, sería una desgracia descomunal; pero tal panorama es apenas la fachada de la tragedia. A las garras de esa realidad tan deprimente, se asocian otras quizás de mayor envergadura. Una de ellas es la inseguridad personal, la cual, en menos de veinte años, ha cobrado casi medio millón de homicidios. Es decir, el régimen que se inició en 1999 y que hoy sigue con la misma cúpula al frente, ha llenado de cadáveres varios cementerios; la mayoría de las víctimas, para hacer más dramático el cuadro, eran personas jóvenes. ¡Los asesinatos han crecido al ritmo de la inflación!Como todo lo anterior todavía resulta insatisfactorio para la caterva de criminales que se ha propuesto acabar con Venezuela, todos los días la dictadura le agrega más combustible al fuego. Y esta perversidad sería hasta inocua, si el pueblo tuviera la posibilidad de defenderse. Pero es que la indefensión es, precisamente, el peor de los males que está arrasando con el presente y el futuro de los venezolanos. En este aspecto ocurre lo más grave: la mayoría de las instituciones públicas se han confabulado para desconocer los derechos de los ciudadanos, usurpar principios y garantías constitucionales, cerrarle todas las puertas al desarrollo económico, así como también hacer del crimen una política de Estado. La situación es tan alarmante, que las pocas instituciones que se mantienen dentro del carril constitucional, de la manera más descarada y delincuencial, son inhabilitadas o intervenidas, como si éstas fueran un estorbo para los fines inconfesables que persigue la mafia que se ha adueñado del poder.

Ese es el insólito caso de la Asamblea Nacional, único Poder Público plural como es el Parlamento, además de haber sido electo por más de catorce millones de venezolanos. Un supuesto poder supraconstitucional, corporizado en una sala con hedor a vapor de alcantarilla, evidentemente influenciado por satanás, se ha erigido en una bomba “matainstituciones”, para que la cúpula corrupta gobernante se desenvuelva sin la camisa de fuerza que, para los marxistas, representan las constituciones. El mismo destino le ha tocado a la Fiscalía General de la República, al negarse su titular a cumplir órdenes del dictador y de su séquito de cómplices.Sólo el pueblo salva al pueblo”. Esto dijo, escribió y cantó Alí Primera. Pues ha llegado la hora de hacer realidad el mensaje de quien jamás habría apoyado al actual régimen dictatorial. Apenas quedan dos opciones, ambas antagónicas: resignarse a vivir esta tragedia en fases superiores, o seguir luchando para echar del poder al crimen, la corrupción y sus negocios turbios derivados.
ANTONIO URDANETA AGUIRRE
Educador – Escritor
urdaneta.antonio@gmail.com
@UrdanetaAguirre
Imagen  Foto Fernando Llano - Univisión
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