Después de dos empates consecutivos, ganar no era una opción, era una necesidad. Más todavía cuando el Barcelona había derrotado en primer turno al Mallorca y acortó la brecha a solamente 3 puntos. Si bien el rival era en teoría accesible, la presión que rondaba el Santiago Bernabeu era evidente. Nada de esto le importó al Real Madrid, que avasalló desde el primer minuto a Real Sociedad, lo goleó por 5-1 y se mantiene firme como puntero de la Liga Española.
El planteo ultradefensivo del conjunto visitante (5 defensores, 4 mediocampistas y un solo delantero, todos esperando en campo propio) no fue suficiente para controlar a la aplanadora merengue. A los 5 minutos llegó la primera conquista, cuando Gonzalo Higuaín conectó de primera un pase del francés Karim Benzema para anotar su 18º tanto del campeonato.
Las chances comenzaron a sucederse, sin respuesta ni oposición por parte de los vascos, que recién patearon al arco pasados los 20 minutos. Si el marcador no era más abultado era debido a que Cristiano Ronaldo se mostraba extrañamente errático a la hora de definir. Hasta que a los 32 minutos, el brasileño Kaká apretó el triángulo, dejó al portugués mano a mano con el chileno Claudio Bravo y éste definió suave para poner el 2-0. Minutos más tarde, Benzema recibió de Xavi Alonso y definió a lo Messi –por encima del arquero– para estirar las cifras.
Tanta era la inoperancia ofensiva de Real Sociedad, que necesitó ayuda para marcar su gol. Un centro de Xavi Prieto fue peinado por Sergio Ramos y se transformó en el descuento. Más allá de esto, el triunfo no peligró en ningún momento.
En el complemento continuó el vendaval. Real Madrid monopolizaba la tenencia de la pelota, manejado desde el centro del campo por Xavi Alonso y el alemán Khedira, y asfixiaba a su contrincante con la potencia del tridente de ataque, a los que se sumaban los laterales Marcelo (principalmente) y Arbeloa desde los costados. Los restantes goles no tardaron en llegar: nuevamente Benzema y Cristiano fueron los autores materiales de los mismos.
Con la goleada consumada, los dirigidos por Aitor Karanka (Mourinho, suspendido, no estuvo en el banco) frenaron el ritmo y empezaron a pensar en el enfrentamiento del martes, ante el Apoel Nicosia por los cuartos de final de la Champions League.
De aquí hasta el final del torneo, el Madrid enfrentará un fixture mucho más complicado que el que tendrá que afrontar su rival por el título, incluida una riesgosa visita al Camp Nou. Por eso es importante que resuelva con esta autoridad los compromisos aparentemente sencillos. No siempre es tan fácil…