Acanto

Por Joaquin Joaquin Castañ Sansano @juaco1975

Acanto

Planta vivaz de follaje perenne o semi-perenne, en la que destacan tanto las hojas como las flores, y que forma grandes masas de verdor. Se adapta a las zonas más húmedas y sombrías del jardín.

Descripción


Está dotada de tallos subterráneos, grandes hojas lobuladas de profundo color verde brillante, y esbeltas y largas espigas que producen flores blancas en verano. Tanto las hojas como las espigas florales poseen espinas débiles (acanthos, significa espina en griego antiguo). Las hojas, de innegable atractivo, han servido de inspiración en la decoración de los templos de la antigüedad, para los frisos y los capiteles corintios de las columnas, donde aparecen representadas. Dichas hojas son de gran tamaño y sus bordes se encuentran más o menos hendidos, llegando en algunas formas a presentar el limbo, parte plana de la hoja, completamente partido. Las espigas florales, muy ornamentales, se elevan por encima de un metro de altura y portan flores de pétalos blancos o ligeramente rosados que van abriéndose de forma paulatina desde la base hacia la cúspide.

Acanto

Cuidados


Las espigas florales se eliminan en cuanto se marchitan; las hojas no hace falta cortarlas ya que permanecerán siempre verdes. En ocasiones, una profusa floración puede ser causa de un marchitamiento generalizado de las hojas, siendo entonces aconsejable una poda total de la parte aérea, que rebrotará sin problema una vez efectuada dicha operación. Esta labor ha de hacerse antes de que empiecen las heladas, en otoño, para dar tiempo a que la planta se recupere.
El acanto se propaga por división de los tallos subterráneos, en otoño o en primavera temprana. Sin llegar a la oscuridad total, cierto grado de penumbra viene bien a estas plantas, aunque soportan sin mayores dificultades el sol directo.
Gustan de suelos fértiles y ricos, que retengan la humedad en verano pero que estén suficientemente drenados.
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