Desde hace años colecciono marcapáginas para mis libros
Un libro es un objeto maravilloso que nos hace disfrutar durante horas y nos brinda historias inolvidables. Por sí solo es algo fantástico pero a muchos lectores nos gusta adquirir todo tipo de accesorios o complementos que le aportan un plus a la lectura. El objeto más común utilizado por casi todos los lectores y que yo personalmente incluso colecciono, es el marcapáginas. Siempre me ha gustado marcar la página por la que me he quedado leyendo con un separador con algún diseño bonito y especial.
De hecho, los tengo de todo tipo de materiales: de cartón, plastificados, de papel, con textura de pergamino etc. Cuando he viajado a alguna ciudad he adquirido un marcapáginas representativo de ella y mis amigos muchas veces me han regalado alguno comprado en sus viajes. Mi pasión por ellos llega incluso a llevarme a comprarlos hasta en los museos que visito, así como a guardar también los que hacen promoción de algún libro que me gusta. Nunca dejo un libro sin marcar decentemente con alguna de estas preciosidades.
Pero, aunque este objeto es el más básico en lo que a merchandising de libros se refiere, cada vez hay más utensilios destinados a mejorar de alguna manera la experiencia lectora de los más exigentes. En las librerías y tiendas especializadas podemos encontrar desde hace años unas linternas que, sujetándose al libro con una pinza, permite leer en condiciones de escasa luz y que son perfectas para, por ejemplo, leer en la cama sin molestar a nuestra pareja si quiere dormir. Hay muchos modelos y diseños y, a pesar de que nunca he usado ninguna, parecen realmente útiles.
Otro objeto que me parece bastante interesante es la funda para libros. Muchos lectores llevamos nuestros libros favoritos allí donde vamos pero odiamos que las tapas, cuando no son duras, se nos arrugen, estropeen o manchen. Con estas fundas protegemos los libros eficazmente, evitando daños indeseados y pueden ponerse y quitarse fácilmente, así como reutilizarse las veces que se quiera. Además, hay varios diseños, algunos muy originales. Adiós a mi época de proteger con hojas de papel mis libros más preciados o aquéllos que me prestaban para devolverlos intactos de mi ajetreo en transporte público, parques, playas etc.
Existen también otros accesorios que vienen genial a algunos usuarios con necesidades más específicas como lupas que se aplican fácilmente a la página para personas que encuentran dificultades a la hora de leer tipografías pequeñas, o atriles de distintos tamaños y materiales para lograr una lectura más cómoda para los lectores que así lo prefieran.
En definitiva, aunque con el libro ya nos basta para disfrutar como niños, siempre podemos recurrir a cualquiera de estos accesorios para hacer más interesante o fácil la lectura. Yo sólo utilizo los marcapáginas pero no tardaré en adquirir una buena funda para mis libros, además de saber que cuento con más objetos para comprar conforme los pueda necesitar en algún momento. Y tú ¿Utilizas algunos de estos u otros accesorios?