El 9 de febrero ABC explicaba que la parte posterior del avión (lo único que se conservaba entero) estaba semi-enterrado en la nieve, con señales de haber tocado en algún risco antes de estrellarse de frente contra una pared vertical. Los pequeños trozos del avión estaban esparcidos sobre la ladera, al igual que los restos de los tripulantes; había señales de fuego (el avión llevaba 200 litros de gasolina) pero no estaban calcinados.
Sus relojes estaban parados a las dos menos diez, y sus restos no estaban carbonizados, por lo que no fué difícil identificarlos. La capilla ardiente se instaló en el Hospital General del Aire (C/ Princesa). El entierro fue el día 10 a las 12 h; asistieron ministros, militares de alta graduación, gobernadores,… tal y como detallaba ABC en su edición del 10 de febrero.
Hoy en La Majada del Chacho hay una cruz en recuerdo de este accidente, que no sirvió para poner en el mapa a Peñalba de la Sierra (ni a la Sierra Norte). La excepción que confirma la regla.
Lar-ami