jarev87
Una vez mas, la tecnología forma parte importante en un accidente.
En un municipio cercano a Tours en Francia; una turista inglesa ha visto como su vehículo, Seat Koala, se sumía en las profundidad del río Loire. La accidentada, se mostraba visiblemente contenta de haber sobrevivido aunque preocupada por las manchas de humedad del coche. Los test antidoping de alcohol y fabada resultaron negativos, por lo que la investigación se mantiene abierta, aunque la agencia de prensa ha podido entrevistarla.
Al parecer, el causante de todo este desastre (ademas fue vertido por accidente un bote de perfume, el nuevo sacado a la venta por el modelo de lencería, Paquirrin, al mismo río) seria la actualización de una aplicación GPS para los terminales de Android. En esta nueva versión, se solucionaba la critica de numerosos usuarios que comentaban de forma airada los rodeos que les hacían dar.
“Era alucinante. Para ir de Pinto a Valdemoro te hacían pasar por el estrecho de Gibraltar a nado”. Nos dice Emilio Gil, vendedor freelance de estupefacientes. “Y eso no es nà”, nos comenta de manera airada Natalia Taruguilla, desempleada crónica; “A veces te hace dar vueltas absurdas; una vez me aconsejo 6 veces cambiar de sentido en la autopista; no se imagina como dejé el frontal del coche con los guardarailes…”
Ante las acusaciones; la empresa creadora del softguare GPS se defiende con que desean el camino mas sencillo para el usuario, de manera que se evite cualquier posible peligro; como parisinos en carretera o zonas de cruce frecuente de avestruces. Sin embargo, prometieron una nueva versión, que ha levantado aun mas polvareda.
Llegó hace dos días; con la promesa de encontrar la ruta mas cercana para el usuario (si otro GPS encontraba una mas corta, le devolvían el dinero), y con un detector de gatos al volante (que aun no hemos podido probar). Ademas de otros múltiples cambios de vanguardia, como la participación de una vidente para actualizar los mapas.
La turista, que se encontraba en un pequeño municipio, y deseaba alcanzar el centro de la ciudad para comprar un saco de hierba para una infusión; buscaría una alternativa más rápida que la del GPS de google, que le hacia dar una vuelta enorme; y mientras bendecía la aplicación que la llevaba a través de los bosques (llevándose con ella a un par de cabras); se daría cuenta poco a poco de que el color azul no significaba autopista, y que el limpiaparabrisas no sirve de mucho debajo del agua.
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