Para aprender a escribir hay que escribir mucho, y el resultado puede ser malo, mediocre, bueno, o genial. Por mucho que pienses en escribir, ¡sólo lograrás publicar un libro si lo escribes! Es posible que incluso firmes un contrato editorial basado en una propuesta editorial, claro, pero – repito – sólo lo publicarás si lo escribes. Esto se traduce a cualquier otra faceta de la vida. No correrás un maratón a menos que te calces las zapatillas de deporte y te eches a la calle. No terminarás una carrera universitaria a menos que te matricules, vayas a clase, estudies, hagas los deberes y te presentes a los exámenes. No conseguirás trabajo a menos que redactes tu currículo y lo envíes a empresas, rellenes solicitudes de trabajo y vayas a entrevistas.El caso es emprender acción. Ya puedes mirar videos de personas nadando o conduciendo o haciendo cualquier otra cosa, que hasta que no lo practiques una y otra vez, no lograrás nada. La falta de productividad a menudo radica en el temor a hacerlo mal. Es algo con lo que los escritores lidiamos casi cada vez que nos plantamos ante el teclado del ordenador. Hay que hacer un esfuerzo mental para convencerse de que no pasa nada por equivocarse al escribir, o cansarse al correr, o suspender un examen. Cuanto más hagas, cuanto más produzcas, más mejorarás y mayores serán tus posibilidades de alcanzar tus objetivos.Si te gusta este blog, añádete a mi página de Facebook.Para saber más de mis libros: www.lorrainecladish.com