Foto: Rafael Peralto
He abierto el año poéticamente viajando a Málaga, recogiendo así la propuesta del amigo Francisco Peralto, poeta, editor e impresor entre otras cosas más que, con motivo del 50 aniversario de su labor artística (en coincidencia con sus años al mando de su editorial Corona del Sur) el próximo 2015, me ha invitado (entre otros autores amigos) a realizar una acción poético-tipográfica en su Minerva, que ha tenido como consecuencia la edición (limitada) de 25 ejemplares numerados y firmados por mí de un exquisito pliego de poesía (una plaquette de 9 textos titulada El sonido nuclear) cuya firma en portada (Farona) ha sido compuesta manualmente por mí.
Coincidimos, junto a su hijo Rafael, en el 2009 con ocasión del II Encuentro de poesía visual de Peñarroya-Pueblonuevo, invitados por Francisco Aliseda (director en aquel entonces del Centro de Poesía Visual de este apacible pueblo), pero la última vez que visité el taller del maestro Peralto fue en ocasión de una entrevista que realicé para Boek861 en el 2005. Desde entonces ha publicado miles de páginas propias y ajenas y se ha adentrado en el arte de acción, por ello he aprovechado para hacerle otra entrevista, actualizando sus planteamientos, que saldrá próximamente en la edición electrónica de Giroscopio.
Dedicado ahora a tareas de asesoría artística, Peralto siempre ha sido el alma mater de Corona del Sur, única editorial privada española dedicada a la poesía experimental hoy día, cuyos diez últimos años de actividad se recogen en un volumen enciclopédico, Visual libros (2001-2010), un precioso libro-objeto (y por ello, único ejemplar, aparte de la dedicatoria a mí dirigida) de unas 1100 páginas que el maestro me ha regalado. Quienes gestionan el día a día de la empresa son sus hijos Carmen y Rafael Peralto, también, a su vez, artistas. Carmen en una onda más literaria (en el sentido de textual) con collage y fotocomposiciones líricas y Rafael con una obra algo más (foto)letrista de raíz maquinista.
Conversar en Corona del Sur con esta saga de artistas es todo un privilegio, demiurgos de la liturgia del verbo en la acción de la minerva, esa máquina legendaria, sueño renacentista, ecuménico y sacramental con la que Francisco Peralto oficia el milagro de la encarnación del verbo en la página desde hace cincuenta años.
Foto: Rafael Peralto
La imprenta es un santuario de papel y, fieles devotos del libro, iniciamos la liturgia de la impresión, siguiendo las indicaciones del maestro.
El texto hay que montarlo en la jaula con los tipos móviles en una horquilla para p(a/o)sarla luego en la caja que, pasa a las entrañas de la máquina para que, maniobrando con una palanca, el papel que aguarda reciba el lengüetazo de tinta y luego el abrazo impresionante de la minerva.
Tras la consagración de la palabra en la acción poetico-tipográfica, el tiempo primaveral de Málaga invitaba al paseo así que hemos salido el maestro y yo a recorrer las calles de Málaga hasta un restaurante donde Peralto me ha invitado a comer carabineros (una especie de bovagavantes pequeñitos) que revitalizan en su jugosidad y sabor delicado.
Francisco Peralto no deja de trazar caminos en la poesía, un poeta que aúna diversas facetas como la bibliofilia y la investigación desde diversas vías que culminan en esa poesía profunda que es camino para destrozar/ los límites que nos impone la naturaleza (1) un maremágnum de color guiado siempre por la utopía que él consigue hacer realidad.
Tras una sobremesa apacible callejeando por su entrañable calle Larios (calle a la que ha dedicado una novela) nos despedimos en la Alameda para dejarle rumiando ideas y proyectos, brujuleando mentalmente nuevas dimensiones que surcar en su espíritu aventurero y literario que alumbren sus páginas y nos alumbren también a nosotros, marineros en el proceloso mar del arte donde Francisco Peralto sabe guiarse decididamente con sus brillantes hallazgos marcando el rumbo.
(1) Francisco Peralto: Artificios fotográficos con Roberto Farona, Cartas y artificios nº 40, Corona del Sur, Málaga, 2010