El concepto de marca personal está hoy, más que nunca, unida a la reputación e imagen en Internet que, a su vez, están unidas a un sinfín de oportunidades que la red ofrece. Desde Headhunters que buscan talento en la red hasta empresas que ya cuentan la huella digital como una aptitud más en sus Recursos Humanos, pasando por la posibilidad de que una persona que potencie de manera adecuada y defina estrategias en torno a su propia marca, se convierta en un referente en su campo.
Hoy quería hablarte de algunas sencillas acciones que pueden ayudarte a aprovechar tu mejor aptitud: el ser tú mismo. Y es que no hay mejor marca que defina a alguien que su propia personalidad, su forma de hacer las cosas o el valor de aquello que aporta.
1. Descubre tu valor y apasiónate: soy una yonki de la pasión. Me gusta que la gente se dedique a lo que le apasiona (ya sea como forma de vida o como una afición que ocupa gran parte de su tiempo, ya sea un blog o cualquier otro tipo de acción), porque sé que, al estar haciendo lo que más le gusta, su dedicación está al 100% y su esfuerzo por mejorar al 200%. La primera clave para poder aportar algo nuevo y un valor añadido es poder hablar o dedicarte a lo que te gusta. Piensa cómo, con tus medios y las posibilidades de las que dispones, puedes aprovechar tu pasión y hacerla parte de tu marca, difundiéndola a través de redes sociales, de un blog, dando conferencias o escribiendo un libro. ¡Imaginación al poder!
2. Busca tus palabras clave e impleméntalas en tus acciones: lo mejor para empezar a construir tu marca, es definirla, y las palabras pueden ser unas buenas aliadas en este sentido. Buscar aquellas que te definan, en torno a los temas que te gustan o alrededor de los que quieres construir tu marca, puede ayudarte a que tu imagen se relacione a ciertos aspectos. (¿Con qué palabras desearías que la gente te relacionase?). Una vez que tengas tus palabras (o temas: periodismo / escritura / marketing / psicología / literatura), encaminar todas tus acciones a esos temas y palabras clave, te será mucho más sencillo.
3. Unifica tus mensajes: hay aspectos de tu vida, de tus propias creencias, deseos y motivaciones, que forman una filosofía que definirán a tu marca y, por tanto, a ti mismo. Intenta hacer que esas creencias estén presentes en todo lo que compartes, unificando tus mensajes (que no significa hablar siempre de lo mismo, sino transmitir y hacer sentir a quien siga tu marca, un mensaje común).
4. Ofrece tu mejor versión sin obtener nada a cambio: muchas veces creemos que la mejor manera en la que los demás demuestren su interés por lo que hacemos, es obtener por su parte un montón de respuestas, ya sean comentarios, reseñas, críticas o menciones (o likes… en estos tiempos); pero todas estas acciones suponen cierto esfuerzo por parte de tu audiencia que no moverá ni un dedo hasta que no haya pasado un tiempo y perciban tu trabajo como algo con el suficiente valor como para animarse a compartirlo, comentarlo y debatirlo. Antes de obtener estas acciones por parte de tu audiencia, tendrás que trabajar ofreciendo tu mejor versión de ti mismo y de tu trabajo.
5. Despierta las emociones de los demás: la mayoría de las personas nos movemos por las emociones, que pueden ser positivas o negativas. Despertando las emociones de tu audiencia (esto necesariamente no significa ser lacrimógeno, ni mucho menos. Puedes hacer reír ¡y mucho! a tu público) tienes más posibilidades de recibir reacciones y acciones por su parte.
6. Muestra tu lado más humano: tener una marca personal está bien, convertirse en un robot, no. A la gente a la que te diriges, les gustará saber que tras un blog interesante, un mininegocio innovador o un currículum excelente, hay una persona que comenta los temas del día a día, muestra su lado humano y se compromete con las causas que concuerdan con sus ideales. Que, en definitiva, se muestra como es.
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