Ultimo concierto de la gira, en Bilbao, y como era previsible, ningún cambio ni de set-list, ni de cara al espectáculo. Ningún anuncio especial durante el concierto. Solo AC/DC y rock and roll, que tampoco esta nada mal. En cuanto a su estado físico y de animo decir, que no hubo diferencia con el de Sevilla, salieron a por todas, como es habitual en ellos. El retraso experimentado el día 26 también se repitió aquí, extraño ya que suelen ser muy puntuales. San Mames estaba lleno, y muy animado. El publico en su mayoría siempre esta entregado con los australianos, y es que esta banda crea y desata pasiones. Aficionados pintados y hasta rapados con las cuatro letras del rock and roll. Banderas, carteles y pancartas. Los cuernos luminosos tan característicos ya de los conciertos de AC/DC brillaban por todos lados. Una fiesta, todo un espectáculo. Si cierto es que se acaba el recorrido de los australianos nada lo pudo confirmar en este concierto. Aunque se hace difícil pensar que termine su carrera por aquí, y no sea en Australia o Escocia por poner un par de ejemplos. Como ya se habrá podido leer por otros sitios, la concurrencia del concierto pasaba desde niños hasta verdaderos veteranos. Padres con sus hijos, generaciones nuevas de rockeros. Y es que AC/DC es algo que casi ningún seguidor rockero se quiere perder. Se repiten continuamente los mismos efectos, luces, videos y canciones, pero bien cierto es que los estadios siguen llenandose por completo, o casi. Los allí presentes siguen coreando a grito pelado un himno tras otros, y en ningún momento el concierto pierde en intensidad. Puede ser al final que todavía no tengan que jubilarse, pero eso el tiempo lo dirá.