Historia del aceite de oliva
El origen de la producción de aceite de oliva hay que buscarlo en las costas del levante mediterráneo. En toda la región sirio-canaanita, actualmente Siria, Líbano, Palestina e Israel, comenzó a extraerse aceite de aceitunas silvestres.
En Egipto, donde se inició el cultivo del olivo hacia el 2000 a.C., se comenzó a usar el aceite de oliva con fines cosméticos. Los mismos egipcios empezaron a comercializar el aceite de oliva. En el interior de las cámaras funerarias se ven representadas vasijas y ánforas con aceite de oliva.
Los fenicios, el gran pueblo comerciante de la antigüedad mediterránea, llevó el cultivo del olivo a las costas del sur de la Península Ibérica, la actual Andalucía (España), hacia el siglo XI a.C. Pronto dicha tierra habría de convertirse en una de las principales zonas de producción del oro líquido.
Con Roma el consumo de aceite de oliva llega a los confines del imperio.
¿Cómo se obtiene el aceite de oliva?
La extracción es la fase en la que se separa el aceite, de la pasta, el resto de componentes de la aceituna; agua, hueso, piel, etc. Los sistemas de extracción más utilizados son:
- Extracción por presión. Es el sistema tradicional. La pasta que resulta del batido se prensa, envolviéndola en capazos o capachos redondos de esparto entretejido, que actúan como desagües, filtrando los líquidos y reteniendo los sólidos. El líquido, transvasado mediante un canal sito en la base de la prensa denominado jamilera o alpechinera de una a otra tinaja, se decanta, por lo que libera al aceite de las sustancias que tenga en suspensión.
- Extracción continua por centrifugación. Actualmente es el más utilizado a nivel industrial por resultar más eficiente y económico. Se centrifuga la pasta siempre sin añadir productos químicos ni calor. Gracias a la distinta densidad de los líquidos, los productos extraídos se separan en niveles, quedando en la parte más exterior de la centrifugadora los más pesados (agua y orujo) y, más hacia el centro, los menos pesados (aceite).
Este tipo de aceite es de máxima calidad, se obtiene directamente de aceitunas en buen estado únicamente por procedimientos mecánicos, con un sabor y olor intachables y libre de defectos, no pudiendo sobrepasar su grado de acidez los 0,8°. Sin duda, Jaén con su aceituna Royal, en la embajadora del oro líquido.
El aceite de oliva virgen extra se infiltra muy poco en el alimento, además se realiza una costra en el alimento que no deja que se escapen sus constituyentes. Tiene propiedades que facilitan la transformación de los alimentos, .
Para la piel, es el mejor antioxidante, previniendo el envejecimiento celular. Gracias a las propiedades del Aceite de Oliva Virgen Extra para restaurar la humedad de la piel y favorecer la regeneración celular, su aplicación en el rostro actúa como emoliente y reparador corporal, protegiendo de un envejecimiento prematuro, por ser una fuente rica en ácidos grasos y triglicéridos.
- Favorece el tránsito intestinal.
- Evita la acidez gástrica.
- Mejora el control de la presión arterial.
- Favorece la absorción de minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el zinc.
- Rico en vitaminas A, D, E, K. Previene la oxidación del colesterol malo (LDL).
- ayuda y previene enfermedades degenerativas como el Alzheimer, debido a la gran cantidad de polifenoles (antioxidante natural).
- Evita la sobreabundancia de colesterol y ayuda a la asimilación de grasas, ya que favorece la síntesis hepática.
- Impide la absorción de grasas y azúcares nocivas para el organismo.
Propiedades para la piel
- Emoliente. Da suavidad y elasticidad a la piel.
- El aceite de oliva es uno de los hidratantes naturales más efectivos que existen. Usado habitualmente para tratar las uñas frágiles y cabello dañado, en la piel cumple el mismo efecto, potenciando la hidratación y ayudando a combatir la sequedad.
- Reparador los tejidos dañados de la piel, por eso es muy recomendable en casos de heridas, marcas o cicatrices, aportando hidratación y vitaminas a la dermis para favorecer su recuperación.
- Antioxidante. Debido a sus ácidos grasos naturales y a su aporte de vitaminas E y K, el aceite de oliva es una excelente alternativa para luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel.
- Humectante natural. Hace que se retenga el agua de la piel favoreciendo a la hidratación y mantenimiento de la misma.
- Regenerador natural. Activa la regeneración celular activando la producción de colágeno y elastina.
- Regula la secreción sebácea. El aceite de oliva no da grasa a la piel, también regula las secreciones.
- Calmante. Suaviza y calma las rojeces de la piel.
Remedios caseros
Bálsamo de aceite de oliva, huevo y vino blanco para pieles secas
- Mezclar en un bol una cucharada de clara de huevo, una cucharada de aceite de oliva y una cucharada de vino blanco. Batirlos bien hasta formar una pasta homogénea.
- Aplicar una capa fina sobre la piel con un pincel y dejar actuar 15 minutos. Retirar, enjuagar y secar la piel.
Mascarilla revitalizante de aceite de oliva, huevo y mayonesa para cabellos dañados y secos
- Mezclar en un recipiente un huevo, una cucharada de aceite de oliva y dos cucharadas de mayonesa. Los ingredientes deben estar en frío.
- Usar semanalmente, aplicada generosamente sobre el cabello, y colocando sobre el mismo una toalla ligeramente caliente agrega humectación al cabello que se traduce en brillo y salud. Una hora de actuación.
Unas cuantas gotas de aceite de oliva en un algodón o disco desmaquillante bastarán para quitar el maquillaje y las impurezas. Movimientos circulares.
- Mezclar en un bol dos cucharadas de aceite de oliva y una de azúcar. Remover bien.
- Aplicar en la piel y trabajar el ungüento en círculos unos 5 minutos. Enjugar y secar.
- Se necesita 200 ml de sosa cáustica, 250 ml de agua, 60 ml de aceite de oliva virgen extra, 40 ml de miel.
- En un envase metílico (no de aluminio), Mezclar el agua con la sosa cáustica hasta que esté completamente disuelta. Es recomendable mantener la mezcla caliente para que no se ponga dura.
- En otro recipiente mezclar la miel y con el aceite de oliva hasta que se forme una pasta.
- Una vez s preparados los dos recipientes los mezclar y remover bien hasta que la masa quede pastosa y fluida.
- Verter la mezcla en un molde con la forma deseada y se deja secar durante 4 días. Cuando este seco ya esta el jabón preparado para su utilización.
Fotos
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Fuentes de información
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