Hace aproximadamente un mes que la marca Dulkamara Bamboo llegó a mi vida y tengo que reconocer que ha sido todo un descubrimiento. Esta firma de alta cosmética biológica natural, creada en un laboratorio ubicado en uno de los valles pirenaicos más hermosos de Navarra, se caracteriza por respetar los valores del entorno natural y por crear cosméticos naturales de calidad. Una de las cosas que más me ha gustado de Dulkamara Bamboo es que trata de reunir principios activos orgánicos y biodisponibles reconocibles por la piel, lo que posibilita su asimilación. ¡Todo un lujo!
Concretamente, he estado utilizando su Aceite revitalizante, que me ha cautivado. Su textura es deliciosa, es súper hidratante y no deja ninguna película grasa sobre la piel, que para mí (y para la mayoría de los amantes de los cosméticos en formato aceite) es una de las cosas más importantes a tener en cuenta.
Un aceite rico en ácidos grasos
El Aceite revitalizante de Dulkamara Bamboo es muy rico en ácidos grasos esenciales insaturados (omegas 3, 6 y 9), vitaminas E y D, carotenos, hidrata, nutre en profundidad y tonifica la piel. Además, flexibiliza y da elasticidad a los tejidos de cara y cuerpo, logrando excepcionales acciones como antioxidante intensivo, anti-arrugas y anti-estrías, lo que lo convierte en un producto muy recomendable durante el embarazo.
En su fórmula se puede encontrar, entre otros ingredientes, Aceite de Germen de trigo, muy rico en vitamina E antioxidante y en ácidos grasos hidratantes; oleomacerado de Rosa, suavizante y rejuvenecedor; y Centella asiática, con su efecto estimulador en la síntesis de colágeno del tejido conjuntivo (tersura y elasticidad), entre otros ingredientes, dan «vida» a este producto de uso universal, facial y corporal.
¿Lo que más me ha gustado? Su aroma floral y su textura rica, oleosa y de fácil absorción, que se funde con la piel y le aporta un acabado elástico, suave y resplandeciente.