La mayoría de los casos de ruptura no son relaciones de noviazgo o matrimonio, donde en un momento dado A deja a B y B sufre porque A lo ha dejado. Y no mayoritariamente A es el hombre. Las situaciones son mucho más complejas. También sufre aquella parte de la pareja que ha causado el daño a la otra y se encuentra arrepentido y no lo puede reparar por más que lo intenta. Sufre quien toma la decisión de la ruptura porque la situación es insostenible, pero sigue amando a su pareja y le gustaría que las cosas fueran diferentes para no apartarse de la persona que quiere. Hay también problemas y sufrimientos colaterales que no se suelen tener en cuenta, que son los hijos comunes, y que necesitan de especial atención y tratamiento.
También hay otros problemas que surgen cuando hay una ruptura, que son todos los temas relacionados con las propiedades en común. ¿Que hacer? ¿ Como afrontar o tratar las decisiones a tomar con esas propiedades, de forma civilizada y beneficiosa para las dos partes?.
¿Se ha roto tu relación porque le fallaste a tu pareja y no te lo perdona?
Es muy duro ser consciente de que has tirado toda una vida en pareja por la borda por culpa de un error que cometíste en un momento dado, y que ha supuesto que tu pareja no te lo perdone y decida romper la relación. Lo has intentado arreglar, hablando, pidiendo perdón, reconociendo el error cometido y justificandolo, pero tu pareja no te lo acepta y se mantiene firme en su decisión.
En estos casos, una vez agotados todos los intentos de volver a ganarte a tu pareja (ex), si ella definitivamente no accede a volver contigo, no te queda otra que:
1º.- Aceptar la situación actual. No puedes forzar a nadie a hacer algo que no desea. Tienes que ser consciente de que no puedes obligar a tu ex a que vuelva contigo si ella ha tomado una decisión en otro sentido. Repito: Debes aceptar la situación actual aunque desees que fuese muy diferente.
2º.- Teniendo claro el punto anterior, debes pensar en tu nueva vida. Darle carpetazo al pasado, guardando en tu memoria los buenos recuerdos. Planifica, haz proyectos de futuro, ponte a vivir a partir del hoy, del presente, que es lo único que tienes.
3º.- Evita los conflictos con tu ex. Ten en cuenta que es la persona con la que has convivido miles de buenas experiencias y vivencias. La que ha compartido contigo muchos ratos buenos y malos, y no tiene sentido acabar ni llevarse mal. Negocia, pacta, dialoga sobre todo lo que tienen en común (propiedades materiales, hijos, etc.). de tal forma que haya mutuo acuerdo o que lleguen al mejor acuerdo posible en todos esos temas.
¿Hay hijos por medio?
Muchas rupturas, de forma consciente o inconscientemente, utilizan los hijos como armas de guerra en el conflicto entre la pareja. POR FAVOR EVITA ESO. Los hijos no solo no son culpales de los problemas de la pareja sino que son victimas directas o colaterales del conflicto. Deben mantenerlos al márgen de todo. Evitarse en lo posible las discusiones y conflictos delante de ellos. No hacerles partícipes a ellos de la guerra que pueda haber entre sus padres. No utilizarlos como aliados en contra de la otra parte, ni como “mensajeros” para enviarle a la otra parte algún tipo de mensaje o información que le interese a uno darle al otro de forma indirecta. Debes tener claro que con el paso del tiempo, los hijos recordarán lo que pasaron y como vivieron ese tiempo del conflicto o el dolor de la ruptura de sus padres. Y si han sido utilizados o engañanados, lo recordarán y lo tendrán guardado como una espinita causando dolor en sus corazones.
¿Tienen propiedades en común?
Si ambos tienen inmuebles u otro tipo de propiedades en común, te recomiendo que dialoges mucho y que lleguen a buenos acuerdos. Evita las guerras personales o judiciales por las propiedades en común. Sabes el dicho de “más vale un mal arreglo que un buen pleito”.