Los que me conocéis sabéis que no soy madre alarmista, que sale corriendo a la que sus hijos tiene unas décimas. Vamos, me habría pasado los días en el pediatra de haber sido así, que Marcela tuvo un añito de fiebre que alcanzaban fácilmente los 39-40 (y más), aunque sin complicación aparente. El típico "será un virus". No soy muy fan de la automedicación, ni conmigo ni con los niños, así que tampoco he pecado de medicar en exceso, más bien lo contrario - quizá mal también -. Lo que sí hemos hecho en casa es utilizar paños mojados y meterlos en la bañera con agua templada, aunque esto más por empeño de marido que de servidora.
En fin, que posiblemente ya sabéis mucho de lo que pone en esta hoja, pero seguro que no está de más recordarlo o hacerlo visible.
Acerca de la fiebre en nuestros hijos. AEP
(Siento la calidad de la imagen)
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