Acercando el empleo a los jóvenes
Publicado el 30 noviembre 2011 por Beagonpoz
@beagonpoz
Hoy hemos estado en las Jornadas Monográficas “Acercando el empleo a los jóvenes” que se celebraban en la sede sevillana de la CEA
(Confederación de Empresarios de Andalucía). Estas jornadas se han ido
desarrollando por toda Andalucía desde principios del mes de noviembre, y las
de hoy, día 30, eran las que clausuraban el circuito. En esta ocasión los encargados de motivar a los jóvenes
desempleados han sido José Miguel Valcárcel, Andrés Aberasturi y Risto Mejide.
El primero en intervenir ha sido José Miguel Valcárcel, que
cuenta con una amplia experiencia en el campo de los Recursos Humanos y que ha
trabajado con grandes organizaciones Indra, Ericsson o Seagram.
Precisamente, al estar tan vinculado a la práctica de los
Recursos Humanos, sabe qué es lo que buscan las empresas en un candidato o
aquelloen lo que se fijan cuando leen
un currículo, por ejemplo. Una de las cosas más importantes es el inglés.
Y no sólo nos lo ha dicho sino que nos lo ha demostrado.
Valcárcel ha comenzado su ponencia hablando en inglés y ha explicado que estaba
dispuesto a darle un trabajo como su asistente personal a una de las personas
que estábamos allí y que el sueldo serían 6.000 euros al mes. Como os
imaginaréis, decir eso en un salón de actos lleno de jóvenes en paro, es soltar
una auténtica bomba. Además, nos pidió que si nos interesaba y si pensábamos
que éramos válidos para el trabajo, levantáramos la mano. Apenas 10 personas lo
hicieron…
Con este pequeño experimento nos quiso demostrar lo
importante que es el inglés a la hora de buscar un trabajo. Puede que muchos no
levantaran la mano por vergüenza, pero estoy segura de que otros tantos no
entendían lo que estaba diciendo. Muchas de las caras de los allí presentes
reflejaban estupor pensando que todas las charlas iban a ser en inglés. Se
escucharon incluso comentarios del tipo “¿tú sabías que esto iba a ser en
inglés?”. Pues bien, la idea de Valcárcel no me parece nada descabellada puesto
que no es de extrañar que si vamos a una entrevista de trabajo y quieren saber
si hablamos inglés, nos hablen en inglés para ver nuestro nivel.
Claro, estoy segura que en casi el 75% de los currículos de
los que allí estábamos, en el apartado de idioma pone “nivel medio de inglés”.
Todos tenemos nivel medio de inglés pero, ¿a qué se corresponde ese baremo? Lo más
lógico es que demuestres que sabes inglés, hablándolo.
A continuación, y después de aclarar que solamente se trataba de una
broma, ha compartido con nosotros un vídeo que, aunque no está actualizado, da
mucho que pensar. Os lo dejo para que lo veáis y ahora seguimos comentado.
Lo que yo saco de este vídeo y lo que también nos ha
transmitido José Miguel, es que hay cosas que dependen de nosotros y otras que
no. Como dice el vídeo: “el cambio sucede” y está sucediendo ahora y no podemos
evitarlo. Para aplicarlo a algo más cercano podemos relacionarlo con la manida
crisis económica. La crisis está ahí, no podemos evitarlo, pero sí podemos
controlar lo que hacemos al respecto. Es cierto que en la situación actual en
la que nos encontramos las posibilidades de encontrar un trabajo han
disminuido, y eso es algo que no depende de nosotros, pero sí depende la forma en la
que buscamos trabajo, la forma en la que redactamos nuestro currículo o nuestra
actitud ante la crisis. Todas esas cosas las podemos controlar y hay que
trabajarlas, lo demás, lo que no depende de nosotros no nos debe quitar el
sueño porque efectivamente no podemos hacer nada para cambiarlo. La clave es la
actitud.
En EE.UU. cuando alguien se queda en paro no se preocupa en
exceso porque allí es habitual cambiar de trabajo con frecuencia. Sin embargo,
en China la filosofía que impera en la sociedad es trabajar en un mismo sitio
durante toda la vida. La de España, o al menos la de Andalucía que es lo que
conozco más, es la de acabar la carrera y encontrar un trabajo. Pero si nuestro
entorno cambia, ¿por qué nosotros seguimos estáticos? Si la situación es
diferente, habrá que adaptarse a ella, no se pueden aplicar variables idénticas
o formas de actuar similares que en momentos anteriores.
Una de las cosas que sí podemos cambiar y controlar como
hemos dicho es nuestro currículo. Muchas veces no nos damos cuenta de lo
importante que puede llegar a ser. Es nuestra carta de presentación, el único contacto
que vamos a tener con la empresa y nuestra única oportunidad de demostrarle
nuestra valía. Una simple hoja de papel puede decir muchas cosas de nosotros, y
no sólo por lo que está escrito sino por cómo está redactado y cómo está
presentado. En ocasiones es tan sencillo como ponerse en la piel de la persona
de Recursos Humanos y ver qué buscaríamos nosotros. Desde luego, un CV que
tenga una foto del solicitante de empleo con una playa de fondo, muy
profesional no es, o con faltas de ortografía o que ponga una dirección de
correo del tipo laxungadelbarrio_pinchiwini87@hotmail.com.
Son cosas obvias que podemos cuidar porque lo negativo de esos factores se
relaciona inevitablemente con la persona, y si el encargado de seleccionar
personal percibe que el solicitante no ha puesto mucho interés en escribir ese
currículo, o que ha descargado una plantilla y la ha rellenado con sus datos,
probablemente pensará que esa persona es descuidada, o que no le interesa
realmente el trabajo.
Tal y como nos ha dicho Valcárcel: “Hay que plantearse la
búsqueda de trabajo como un trabajo”. Hoy en día nadie quiere contratar, nadie
quiere gastarse dinero, por eso tenemos que demostrar a la empresa que merece la
pena contratarnos y que si no lo hacen perderán una oportunidad. Este vídeo
puede ayudar a ilustrar lo que estamos diciendo.
Aunque parezca mentira, estos dos perros son un reflejo del
ser humano. Hay quiénes se arriesgan, buscan retos, luchan por lo que quieren;
y hay otros que se quedan mirando. ¿Eso es malo? No, cada uno de estos tipos de
personas tiene sus aspectos positivos y negativos. La falta de creatividad no
es algo malo, pero el poseerla es un valor añadido. Pero, ojo, que tampoco hay
que prometerse la luna. Hay que fijarse unos objetivos S.M.A.R.T. (Specific,
Measurable, Achievable, Realistic y Time-Bound) es decir, unos objetivos que
sean específicos, mediables, realistas, significativos y que estén limitados en el tiempo.
Muchas veces hemos escuchado eso de “quiero perder 10 kilos en un mes”, eso ni
es realista ni es nada. Pues lo mismo con la búsqueda de empleo: “voy a
conseguir un trabajo de directivo en una compañía internacional”. Muy bien,
pero no tienes experiencia, no sabes inglés y tu correo es “muchobeti_manquepierda”…
Esto no quiere decir que uno no pueda ser ambicioso, y ponerse metas
importantes, pero sobre todo hay que ser realista.
José Miguel también nos ha hablado de los perfiles hard y
soft. El perfil hard es aquel que se corresponde con nuestros conocimientos, estudios
y aptitudes, básicamente lo demostrable de nuestro currículo. Por el contrario,
el soft tiene relación con nuestros valores, motivos, intereses y actitudes. En
definitiva, aspectos de nosotros mismos que no son demostrables o al menos
visibles en un currículo, como pueden ser el liderazgo o la capacidad de
negociación. Son actitudes de una persona que se ven o se perciben una vez que
hemos visto a esa persona trabajar. Pues bien, debemos intentar reflejar nuestro
lado soft apoyándonos en el lado hard. Por ejemplo, si alguien tiene
experiencia en el mundo de la danza, puede relacionarlo con el equilibrio personal, la capacidad
de concentración, etc. o algo parecido. La clave está en encontrar aquello que
nos defina, que nos diferencie del resto de currículos que llegan diariamente a
las empresas.
En este sentido, hay algo muy interesante que ha dicho Valcárcel
sobre la necesidad de aprender, desaprender y volver a aprender. El que no está
dispuesto a hacer eso es un analfabeto. Por poner un ejemplo, yo misma suelo
hacer muchos cursos y me gusta seguir formándome. Ante esta actitud, muchas
personas mayores que yo me han dicho: “Pues yo dejé de formarme al salir de
la carrera”. ¿Cómo podemos permitir eso? Aunque una persona no tenga
inquietudes y le dé igual reciclarse, la empresa en la que esa persona trabaja
debería preocuparse de actualizar a sus empleados, ya no por ellos mismos sino
por la propia empresa, que sin duda se beneficiará de esa formación.
Una vez
más, no podemos pretender seguir actuando de la misma forma, saber las mismas
cosas si la situación es diferente. Yo estoy segura que lo que he aprendido en
la facultad ya se ha quedado obsoleto, mucho más aún lo que se estudió hace
veinte años, ¿cómo no vamos a seguir formándonos? Y esa precisamente es la idea
con la que José Miguel acabó su charla: “Formarse, formarse, formarse”, eso y
que nos vayamos fuera de Sevilla, que viajemos.
A continuación, ha comenzado a hablar Andrés Aberasturi (@AndresAberas),
periodista de larga trayectoria profesional que ha trabajado en todos los
medios de comunicación: prensa, radio y televisión. Ha iniciado su charla
comentando que a él el mundo laboral le ha tratado fatal y que por eso tiene
tanta experiencia profesional, porque duraba muy poco en los trabajos, pero
nunca dijo que no a nada. Esta idea me parece muy importante porque a veces
rechazamos oportunidades, cursos, etc. porque pensamos que no tienen ninguna
utilidad. Yo pienso que todo tiene la utilidad que queramos darle. Pensemos en
el caso de Steve Jobs que hemos comentado en otras ocasiones. Si no hubiera
dejado la universidad y se hubiera interesado por la caligrafía, hoy no
tendríamos tipos de letra en nuestros ordenadores. Algo que aparentemente no
tenía ninguna relación con él y ninguna utilidad en la vida diaria,
sirvió para mejorar la vida de todo el mundo. Las experiencias que vivimos a lo
largo de nuestra existencia son puntos inconexos que en un momento determinado
se unen, dándole sentido a la vida.
Después de esta pequeña introducción, Aberasturi comenzó su
exposición basada en 7 puntos. El primero de ellos es que hay que odiar los
refranes. Si nos ponemos a pensar, uno nos dice que “no por mucho madrugar
amanece más temprano” y otro que “a quien madruga, dios le ayuda”, ¿en qué
quedamos? La conclusión es que sigamos nuestros propios instintos y que
actuemos como mejor creamos que podemos hacerlo en cada momento.
El segundo punto es la Teoría de la botella medio llena. Aberasturi
nos ha aconsejado que si hacemos del pesimismo el motor de nuestra vida, no
vamos a llegar a ningún sitio. Si pensamos que no vamos a encontrar trabajo,
que la cosa está muy mal, que nunca vamos a salir de la crisis, probablemente
nos sintamos todavía peor. Si nos enfrentamos a una mala situación, ¿por qué
empeorarla? Hay que intentar salir adelante y ver el lado positivo.
Continuamos con la tercera teoría que es la de la autoayuda.
Todos los libros de autoayuda nos dicen que tenemos que tener un proyecto vital
y Aberasturi ha asegurado que los proyectos vitales son inútiles. La vida por
sí mismo nos moverá y enseñará. También nos ha dicho que si tenemos un proyecto
vital, nos acostemos y esperemos a que se vaya. Tenemos que darle un sentido a
la realidad en la que vivimos. Nuestra historia es un folio en blanco y solo
nosotros tenemos el bolígrafo para escribirla. Aberasturi ha dicho que él ya sólo puede
cambiar su pasado en la Wikipedia, pero nosotros tenemos todo el futuro por
delante. En relación con lo que afirmaba Valcárcel, Andrés ha mencionado que no
nos han educado para arriesgarnos, que nos han educado para trabajar, y “Riesgo”
es la palabra de nuestra generación.
El cuarto punto que ha planteado Aberasturi es el de la
señorita de Avón. Nos ha dicho que tenemos que aprender a comunicar, aprender a
contar historias. De hecho, la comunicación es algo que debería aprenderse en
todas las facultades, porque es una herramienta que se utiliza todos los días. Hay
personas magníficas en su trabajo, arquitectos que crean verdaderas obras de
arte y que cuando alguien les entrevista, lo estropean, después de escucharle
ya ni siquiera te sigue gustando el edificio. Pierde la magia. Hay que aprender
a hablar, a que te den con la puerta en las narices, a que te rechacen, pero
también hay que saber venderse. Muchas veces parece que nos da miedo reconocer
nuestra valía o algo en lo que somos buenos. Con esa actitud nadie te va a dar
un trabajo. Hay que ser consciente de lo que se posee y lo que no se posee,
conseguirlo o compensarlo con algo mejor que tengamos.
La teoría del dilema sobre una rima de Bécquer es el quinto
punto y guarda relación con nuestra formación. En las carreras nos suelen
enseñar mucha teoría, aprendemos historia de todo tipo, psicología, poesía, qué
sé yo, y a la hora de la verdad no sabemos cómo hacer aquello para lo que se
supone que hemos estudiado. Si a un periodista no le enseñan cómo redactar una
nota de prensa, la historia que sepa o los datos que tenga de la vida de Blanco
White, no le van a servir a la hora de trabajar. En Alemania, primero se
estudia Formación Profesional y luego se hace la carrera. Sabemos la teoría
pero no la práctica. Y si sabemos hacer algo, ¿por qué no lo explotamos? Aberasturi
ha bromeado diciendo que si eres médico puedes poner inyecciones a domicilio,
pero HAZ ALGO. Mientras haya algo que hacer, ¿por qué no hacerlo?
La siguiente teoría es la de las vicetiples. Andrés ponía el
ejemplo de un teatro. Si la primera vedet se rompe una pierna y no puede hacer
la obra, la segunda tiene que ir al médico y la tercera tiene a su hijo enfermo
y preguntan quién se sabe la obra, nosotros tenemos que levantar la mano. Si no
te sabes la obra, nunca saldrás a escena. Esto quiere decir que hay que estar
atento a todo y hay que prepararse porque en cualquier momento puede llegar el
papel de nuestra vida y, ¿quién sabe? Quizás lo hacemos mejor que la primera
vedet y conseguimos tener un espectáculo propio. Pero una vez que sustituimos a
la vedet, no nos debemos quedar ahí, hay que seguir intentando escalar, seguir
formándonos y no bajar la guardia.
Por último, tenemos la teoría de la muy manida pompa de jabón. Como
sabemos, las pompas de jabón son efímeras al igual que el éxito que, en palabras
de Aberasturi. es una “gilipollez”. No debemos confundir el éxito personal con
la popularidad y nuestro objetivo no debe ser convertirnos en personas
populares. Debemos contentarnos con llegar cada día a casa y poder mirarnos en
el espejo, sentir que no hemos hecho nada que no queríamos hacer. Probablemente
no consigamos todo que lo queramos, pero nunca podremos decir que somos lo que
no queríamos ser.
No hay que querer ser Ferrá Adriá, porque para eso ya está
él. Cerca del Bulli hay un restaurante que vende menús a 8€ y tiene muchísima
clientela. El dueño del negocio no es Ferrá Adriá, pero tampoco quiere serlo.
Hace lo que le gusta.
Con esta idea tan fantásticas Aberasturi dio paso a Risto
Mejide (@ristomejide), publicista al que todos conocéis por su paso por Operación Triunfo.
Nada más empezar, ya creó espectáculo. Ha comenzado su charla leyendo los tweets
que el público allí presente había estado escribiendo hasta ese momento. Algunos
no eran demasiado amables con él, y ha ido nombrando a cada una de las personas
que habían hecho algunos de esos comentarios para que se levantaran. Me ha
parecido muy acertado unir lo online y lo offline a través de esta interacción
con el público, porque así ha conseguido transmitir cercanía y crear un vínculo
con los que estábamos allí.
Acto seguido nos ha dicho que todo lo que nos iba a decir no
servía para nada porque él trabaja en Telecinco y no puede dar consejos. También
nos ha pedido que no le enfocáramos con ninguna cámara porque cuando ve una se
transforma. Es decir, que a los 10 minutos de empezar ya nos tenía comiendo de
su mano.
Su intervención se ha basado en cinco puntos según él, en
honor a su mano que tantos buenos ratos le ha dado… Pero antes de comenzar con
esos puntos ha hecho una pequeña introducción en la que nos ha enseñado su
primera intervención en OT (que no he conseguido encontrar) en la que lo hizo
fatal, se quedó en blanco y tuvo que leer la tarjeta que el programa le había dado
con frases predefinidas que podía decir. Si él hubiera seguido haciéndolo mal,
y no hubiera intentado cambiar, no sería quien es hoy. Nos ha dicho que él no
es Belén Esteban porque él tiene una carrera y que pidió que le dejaran
participar en el programa una vez más. Como os podéis imaginar, en su segunda intervención
fue Risto en estado puro, la audiencia subió y él se quedó. ¿Qué nos demuestra
esto? Que el que tiene el share tiene el poder.
A continuación nos ha presentado su receta de espaguetis
para cocinar nuestra marca personal. Cada uno la puede adaptar como quiera, así
es como él lo haría. Su método se denomina Annoyomics. El primer paso de este
método es averiguar en qué somos raros. Lo difícil no es tener algo que nos
haga raros, sino saber identificarlo. Todos tenemos una rareza. En su opinión,
ni buena ni mala. Para él, si vende es buena y si no lo hace, no sirve para
nada.
Nos ha puesto el ejemplo del Renault Megane que yo denomino “el
del hachazo” por la forma de la parte trasera. Ese coche no gustó a todo el
mundo pero a su creador no le importaba tener millones de detractores porque
sabía que había un pequeño sector que lo adoraba. ¿Y qué pasa con ese sector?
Que no es cliente, es fan, y cuando adoras un producto lo compras. Ese coche era
diferente, era raro, pero tenía un público al que le gustaba y que se identificaba
con él. No debemos tener miedo de ser raros porque algún día dejaremos de
serlo.
Esto no es nada nuevo. Las marcas llevan intentando
diferenciarse del resto toda la vida y Risto nos ha dado algunos ejemplos de
ello como los cigarrillos “Muerte” que está claro que nunca te van a mentir si
llevan ese nombre o el vino de mierda. En este caso, el dueño de unos viñedos
era consciente de que su vino no era bueno y de que no iba a conseguir
venderlo, así que directamente le puso el nombre de “Vino de mierda”, y seguro
que ha aumentado sus ventas. Otro ejemplo es el calientacamas humano que puso
en marcha una cadena hotelera británica, que consiste en que personal de hotel
se mete en tu cama hasta que llegas, para que cuando te vayas a dormir esté
calentita. Si no tienes rareza, te la inventas.
El segundo paso es saber a quién debes molestar con tu
rareza. Normalmente solemos creer a aquel que es más escéptico y que nos
critica que al que nos dice que hacemos las cosas bien. Un ejemplo de ello es
Oliviero Toscani, el responsable de las campañas de publicidad de Benetton.
Mejide afirma que Benetton lleva años teniendo como agencia de medios al Vaticano,
Toscani sólo tiene que esperar a que censuren sus campañas para que tengan
mayor difusión, él ha sabido a quién molestar. Y es que nuestro mundo está
polarizado y lleno de dicotomías. ¿Qué sería de Coca-Cola sin Pepsi, o de
Cola-Cao sin Nestquik? Seguramente la tercera guerra mundial será porque los
amantes de Nutella se pelearán con los de Nocilla. Las marcas saben que existe
esta polaridad y la explotan.
Para ilustrar esta idea Risto nos ha enseñado la campaña que
se hizo del videojuego Dead Space 2. Todos sabemos que normalmente las madres
odian los juegos de violencia. Esta campaña potenció esa polaridad para vender
el producto a los hijos. Os dejo el vídeo.
El tema de la polaridad va mucho más allá por ejemplo con
los grupos de Facebook puesto que “nos gustan” los del tipo “Dios, si nos devuelves
a Freddy Mercury te damos a David Bisbal”. También en Twitter polarizamos, de
hecho Risto nos ha comentado que su tweet mas retweeteado fue el que decía “Aún
no he visto la portada de Interviú, me la tapa Terelu”, con 3.250 retweets. Y
es cierto, la polaridad refuerza ese sentimiento de pertenencia y ese valor añadido
al producto que hace que tenga más éxito que otro de las mismas características.
El tercer paso habla de cómo hacer de la molestia algo
inevitable, ponerse delante del que molestas y molestarle sin ningún miedo y
sin que tenga escapatoria. Es el caso del famoso “cuánto vale un café” al que
se tuvo que enfrentar Zapatero. Después de meses de asesoramiento y preparación
de esta aparición televisiva, al día siguiente no se habló de lo bien o lo mal
que lo hizo, sino de que no sabía cuánto costaba un café.
Es el caso también de una empresa que promocionó la
posibilidad de mandar una bolsa llena de “caca” a los ex en San Valentín. Una
idea rara, pero que vende. El ejemplo más significativo es el de Alec
Brownstein que compró el dominio de los nombres de los directores ejecutivos
más influyentes de Nueva York para que cuando se googlearan lo primero que
saliera fuera un mensaje suyo pidiendo empleo. Mirad el vídeo.
Tan sólo con 6 euros, este chico supo ser original, raro, y
diferenciarse del resto.
El cuarto paso es cómo hacer de esa molestia algo
imprescindible. El creador de las motos Honda decía que había que trabajar para
ser una empresa que la sociedad quiera que exista. Dos de cada tres marcas son
prescindibles y el resto están siendo sustituidas por las marcas blancas. Según
Risto, para ser imprescindible hay que molestar. Michael Crichton, creador de
la serie Urgencias y padre de Jurassic Park, decía que si dices algo y nadie se
queja es que no has dicho absolutamente nada.
El quinto y último paso es convertir esa rareza en algo
imprevisible. En palabras de Risto, la gente previsible no merece vivir. No es
fácil ser imprevisible, hay que sorprender, ser políticamente incorrecto. repara una historia en casa, si no la tienes la inventas. Así finalizaba Risto su intervención y daba paso al turno de preguntas.
Gracias al Servicio Andaluz de Empleo y a la CEA por organizar estas jornadas que nos dan una perspectiva de lo que se espera de nosotros y de lo que hay ahí fuera, en el mundo laboral. Sin duda son muchas ideas sobre las que reflexionar y espero que este resumen algo extenso os haya servido de ayuda.