Tremenda crítica la de este libro. En este caso Amélie no hace acopio de sus estrambóticas experiencias si no que nos cuenta una historia de ficción que bien podría convertirse en realidad en unos años si no dejamos de ver las mierdas que dan por la tele.
Y digo esto porque en Ácido sulfúrico se plantea una hipótesis muy interesante para discutir. Se reclutan personas que participarán en un programa de televisión llamado Concentración. Ya solo por el nombre podemos averiguar qué les espera. El lugar donde van a parar es lo más parecido a un campo de concentración nazi: los presos tienen un código, hacen trabajos forzosos, pasan hambre, sufren penurias y sí, son aniquilados periódicamente. Pero no contentos con eso todo se retransmite por la televisión y llegando al punto de que los espectadores serán partícipes de todo el tinglado.
A parte de los presos están los kapos, que son los encargados de imponer el orden y ir escogiendo a los que abandonarán el campo: normalmente los que menos pueden aportar al programa ya por ser mayores, ya por ser poco atractivos. Una de los kapo, Zdena, se obsesiona con una de las reclusas y gracias a este hecho el programa no tendrá el rumbo que todos esperaban.
Un libro recomendable por lo que critica a los programas que actualmente tenemos en la televisión constantemente. Es cierto que lo lleva al extremo, pero qué queréis que os diga, yo no lo veo taaan exagerado en un futuro. Parece que lo que vende es el morbo, la tontuna y no importa cómo lo consiga, la meta es que todo el mundo vea el programa a pesar de los derechos de los "concursantes", el dinero en definitiva. También me ha gustado mucho cómo critica a los espectadores culpándolos igual o incluso más que a los directivos de que programas así puedan existir. Y es que es lo típico: "¿Gran Hermano? Bufff yo no veo esas cosas", pero todos sabemos la doble moral que existe ya que si nadie lo viera no habría tantísimos programas así.
Nota: 7
Lo mejor: El planteamiento de la historia. Me parece una crítica fantástica a la tele basura y los que estamos detrás de la pantalla, que sí podemos hacer algo para que cosas así no sucedan.
Lo peor: Conforme iba acercándose el final pensaba: ¿cómo va a finalizar la historia? Y es que era difícil... para mí quizá la peor parte.