Los ácidos grasos esenciales son un tipo de grasa no saturada que son imprescindibles, porque nuestro organismo no los puede fabricar por sí mismo, por ello debemos aportarlos a través de la alimentación.
Existen diferentes tipos de ácidos grasos esenciales, los más conocidos son los omega 3, omega 6 y omega 9. Existen otros un poco menos conocidos de los que se están estudiando grandes propiedades beneficiosas como el omega 7 y el omega 5.
La serie de los ácidos grasos que derivan del ácido alfa linolénico es la de los omega 3 donde destacan el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA).
Todos los ácidos grasos esenciales se encuentran formando parte de las membranas celulares y se encargarán de dar permeabilidad a las membranas, para que puedan entrar nutrientes o salir sustancias de desecho.
Beneficios de los omega 3 y omega 6:
- Ayudan a disminuir la inflamación, especialmente los omega 3, ya que disminuyen un tipo de prostaglandinas que son antiinflamatorias.
- Mejoran la salud cardiovascular regulando los niveles de colesterol, un tipo de grasa saturada e indirectamente mejorando así la tensión arterial.
- Evita que la bilis sea demasiado densa y haya posibilidades de piedras o barro biliar.
- Mejoran la hidratación de la piel y las mucosas, especialmente el omega 6.
- El omega 3 se encarga de mantener el funcionamiento de las neuronas y la sinapsis que hay entre ellas y del desarrollo del feto (de su tubo neural, cerebro y retina).
¿En qué alimentos los encontramos?
Los omegas 6 los podemos encontrar en verduras, frutas, frutos secos, cereales y semillas, una gran fuente son los aceites de cáñamo, girasol, maíz, soja, prímula de rosa, calabaza y germen de trigo.
Los omega 3 se pueden encontrar en aceites de pescado, aceite de lino, semillas de mostaza, pipas de calabaza y de soja, nueces y de colza, hortalizas de hoja verde, cereales integrales y espirulina.
¿En qué alteraciones nos puede ayudar?
- Inflamaciones como el síndrome premenstrual, artritis, transaminasas altas, eccemas, picor etc.
- Colesterol LDL alto.
- Mejora de las funciones cerebrales y pérdida de memoria.
- En caso de embarazo y lactancia.
- En niños especialmente para el funcionamiento cerebral, concentración y un correcto desarrollo de la visión.
No debemos de consumirlos porque tengamos una alteración y queramos que mejore, ya que como no los fabricamos debemos consumirlos de continuo.
Tampoco se trata de solo consumir ácidos grasos insaturados, pues las grasas saturadas como el colesterol también son necesarias, el problema es que consumimos mucha cantidad de grasas saturadas en comparación a las insaturadas y este desequilibrio se ha relacionado en estudios con desórdenes del aprendizaje, alteraciones de la memoria, ansiedad, desordenes psicológicos, empeoramiento del trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.
Fijémonos si estamos consumiendo suficientes omegas 3 y 6 en nuestra alimentación, si no es suficiente también existen complementos que nos pueden ayudar a reforzar este consumo, como las perlas de borraja o perlas de pescado azul o aceite de lino.
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