El Jueves y Viernes Santo, han de llevar un vestido entero (no traje de dos piezas) de color negro liso, de manga larga o semi larga (francesa, por debajo del codo), con un largo por debajo de la rodilla. Los zapatos deben ser también negros, de medio tacón no muy fino. Las medias, también negras no excesivamente tupidas, unos 20dns está bien. Los guantes, de encaje o terciopelo negro, cortos a la muñeca. La peineta debe ser de carey a ser posible si la economía lo permite. Por su parte, la mantilla (o manola) debe ser negra, de tul, blonda, chantilly o encaje de Bruselas, y por delante debe llegar a la altura de las manos (más o menos las caderas) y por detrás llegará bajo las nalgas.
En la procesión del Domingo de Resurrección, por su carácter alegre y de regocijo, la mantilla será blanca, conservando el resto de atuendo en negro.
A modo de observación le hago notar varias cosas:
El vestido, preferentemente llevará cuello a caja o con un ligero escote en pico o redondo, que no llegará al canalillo. Nunca se descubrirán los hombros ni se usarán tirantes y mucho menos el escote palabra de honor. Será de corte ajustado (nada de vuelos, tablas o similar), sin ser excesivamente ceñido. Puede llevar un pequeño corte trasero en la falda para facilitar los movimientos. Puede ser del mismo tejido que la mantilla y convenientemente forrado de forma muy tupida. En caso de frío extremo, se acompañará de un abrigo de paño negro (nada de pieles de ningún tipo).
En ocasiones, en función de la costumbre de la Cofradía, pueden llevar un rosario entrelazado en las manos durante la procesión. Si no, lo común es portar una vela encendida.
Los zapatos serán cerrados, nada de sandalias o plataformas. De tipo salón, sin hebillas ni adornos. El tacón, como le he dicho, de media altura (5-6 cms.) y ancho de apoyo. Esto, por dos razones. Una, porque el tacón de aguja o fino se asocia a otros acontecimientos de carácter social y mucho más lúdicos; y otra porque una base ancha ayuda a soportar la caminata y en caso de vías empedradas o soladas impedirá accidentes.
La mantilla conviene sujetarla discretamente a los hombros para mantener su efecto de encuadre al cuerpo, y evitar que ondee en días de viento o simplemente por el movimiento de la persona. Su sujeción a la peineta será discreto.
El peinado de las señoras debe ser un recogido en moño, nunca el pelo suelto. Si por el largo del cabello no fuera posible recogerlo, se hará uso de un postizo.
Las joyas, igualmente muy discretas y sencillas, preferentemente con perlas blancas. Puede llevarse un prendedor sujetando la mantilla a la altura del moño.
Nada de mangas cortas, escotes, trasparencias ni minifaldas.
Si se desea llevar un bolso, habrá de ser de mano, y de color negro sin adornos.
Y por último, al procesionar debe tenerse en cuenta que es un acto de extrema devoción, en una situación de gran recogimiento, por lo que el porte ha de ser sobrio, serio, y siempre en silencio.
Estoy segura de que en lo que le expongo, su párroco no encontrará ningún inconveniente, sino todo lo contrario.