Revista Moda

Acoso Sexual Callejero: no soy tu "cosita rica"

Publicado el 31 enero 2015 por Catalina Fernández
*ADVERTENCIA: Antes que todo, doy aviso que el lenguaje que contiene este post puede ser bastante (muy) inapropiado.*
El acoso sexual callejero es algo de lo que tanto mujeres y hombres son víctimas, pero en este post me referiré sólo al sexo femenino, no por afán de menospreciar, sino porque es lo que me ha tocado vivir a mí. 
Para partir, definamos Acoso Sexual Callejero:
"Son prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona desconocida, en espacios públicos como la calle, el transporte o espacios semi públicos (mall, universidad, plazas, etc.); que suelen generar malestar en la víctima. Estas acciones son unidireccionales, es decir, no son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación real con la persona agredida."
(Fuente: Observatorio contra el Acoso Callejero Chile)
Acoso Sexual Callejero: no soy tu
Desde apróximadamente los 12 o 13 años que tengo que aguantar que seres (porque no merecen ser llamados "hombres" o "caballeros") que bien podrían ser mi papá o mi abuelo me griten, miren con degeneración, lancen besos o me susurren "piropos" en la calle. (Que nunca son más que ordinarieces)
Tengo la suerte de que nunca he pensado que esta situación sea mi culpa porque siempre he estado informada y soy conciente de que una violación o agresión de este tipo jamás es responsabilidad de la víctima y me causa una ira asesina cuando estos infelices tratan de quitarse la responsabilidad diciendo:
"Ella se vistió de manera provocadora", "Con esa falda/short lo estaba pidiendo a gritos", "Ella se lo buscó" 
¡¿QUÉ?! No po. Yo no me busqué nada. Es verano y hay 30° de temperatura y no por culpa de un weón bocasuelta voy a jugar al cágate de calor. Sí, sé que me expongo a que me griten millones de cosas, pero HACE CALOR y tengo derecho a vestirme como quiera sin correr el riesgo de que un "hombre" no pueda controlar sus impulsos de animalito y los descargue conmigo.
(Ah, cabe destacar que esas típicas frases que puse arriba son viles mentira dichas tanto por el acosador como por otras mujeres cartuchas, machistas y retrogradas que aún viven en el Siglo I.)
No. Mi vestimenta no influye en nada. A mí y a mis amigas nos han gritado cosas tanto cuando estábamos usando falda, pantalones y uniforme escolar, de hecho me acuerdo perfectamente bien de cuando iba en Segundo Medio y habíamos tenido Educación Física en verano. Sucede que ya nos dirigíamos a nuestras casas y estábamos esperando cruzar la calle cuando pasó una camioneta con 3 señores mayores y nos silbaron y gritaron absolutamente de todo. Quedamos en shock y una amiga comentó:
"Andamos todas transpiradas, con buzo, sin maquillaje, despeinadas y tenemos cara de guagua. A estos imbéciles los calienta todo lo que se mueva." 
Así que tratar de responsabilizar a las mujeres por su vestimenta es un argumento tan falso como decir que el Muro de Berlín no existió porque ya no está.
Por suerte no he sido víctima de agarrones aún (Digo "aún" porque en la sociedad en la que estamos, tarde o temprano lo seré) y sólo digo, el día en que alguien se atreva a tocarme sin mi consentimiento el escándalo que armaré será digno de recordar.
Ojo, esto lo digo, pero de aquí a que lo haga es algo muy distinto porque una situación así muchas veces paraliza a la víctima y simplemente no sabe como reaccionar; ya sea a causa de la vergüenza, miedo o asco.
Me sorprende enormemente que esto pase porque pienso...¿Acaso no tienen hijas, hermanas, madre? ¿Acaso no hay mujeres en su familia?
"Siéntete halagada. Si no te dijeran nada te sentirías fea"
No y simplemente no. No tengo el autoestima tan bajo y aunque lo tuviera no necesito que me agredan. No me halaga que me digan: "Mmm mamita" o que me susurren al oído "Te metería el pico" porque sí, una vez, hace no mucho, un viejo en bicicleta pasó al lado mío y me dijo eso con la voz más romántica posible (Nótese el sarcasmo). Quedé en shock momentáneo y le grité de vuelta, bastante fuerte:
"Necesitai un viagra primero, viejo culiao"
Generalmente no respondo nada y doy mirada asesina o simplemente sigo caminando, pero esa vez me dio tanta, pero tanta rabia que me salió del alma. Si van en auto, suelo recurrir al "Give the finger" 
Acoso Sexual Callejero: no soy tu De hecho ayer quedé impactada porque en menos de 1 minuto y sin exagerar, 3 hombres en distintos autos me gritaron cosas. En menos de 60 segundos. ¿De qué estamos hablando?
Supongo que la vez en la cual más asustada he estado fue el año pasado, a continuación les cuento:
Mi amiga Camila había ido a visitarme y salimos a comprar al supermercado, eran aproximadamente las 5 de la tarde (A pleno sol) y al cruzar la calle se me acercó un distinguido joven, con un vocabulario y una dicción envidiable, se me acercó a 5 centímetros de mi cara. Claro, era muy respetuoso del espacio personal y me dijo:
"Oeeee washita, ¿Me dai tu número celular?" 
Me dio miedo y mucho. Lo único que atiné a decir fue: "Córrete" y con mi amiga seguimos caminando. Me dio miedo porque estaba a una distancia física en la que una generalmente está con el pololo cuando las cosas se ponen románticas. Me sentí invadida y asqueada porque después se rió, como si fuera juego y después al rato me vino la rabia y mi instinto asesino afloró y mentalmente le di una muerte al más puro estilo de Quentin Tarantino. 

Es simple. No quiero que me toques. No quiero que me mires porque sé que me estás imaginando como si fuera parte de una película porno. No quiero tu piropo. No soy tu "cosita rica". Respétame.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas