A.Crespo Barba: “La primera chispa de lo que para mí es ser un artista multidisciplinar se encendió en mi última etapa en TAI”

Publicado el 11 octubre 2021 por Escuela Tai @escuelatai

A. Crespo Barba, alumni del Grado de Composición Musical de la Escuela Universitaria de Artes TAI, presenta el próximo mes de noviembre en Países Bajos su proyecto artístico: Cántico V.

Se trata de una pieza escénica realizada en colaboración con la artista visual eslovena residente en Róterdam Mateja Drev. CÁNTICO V es un doble encargo de los festivales November Music y Flamenco Biënnale Nederland y cuenta con el apoyo de Fonds Podiumkunsten. Esta pieza multidisciplinar en la que entran en la coctelera creativa la música electrónica, el flamenco, el vídeo y la performance, entre otros, es, en palabras de A.Crespo Barba “una especie de amalgama donde se mezclan todas nuestras obsesiones creativas en este momento”.  Crespo Barba ha pasado este verano por TAI para realizar una residencia artística centrada en el proyecto que desarrollará este otoño en Países Bajos. Hemos charlado con él acerca de su trayectoria artística, sus recuerdos como estudiante en TAI y sobre qué ha sentido al volver a la escuela.

¿En qué consiste tu último proyecto, titulado Cántico V?

Si tuviese que definirlo desde un punto de vista formal, diría que es, esencialmente, una pieza escénica. Además de lo puramente sonoro, lo visual y lo performático toman un rol determinante en el devenir de la pieza. Es una especie de amalgama donde se mezclan todas nuestras obsesiones artísticas en este momento. 

Llevo trabajando bajo el prisma de lo flamenco desde hace bastante tiempo y me apetecía explorarlo desde otros puntos de vista que no fueran los puramente musicales. Dicho esto, el proyecto ha ido tomando diferentes trayectorias desde que empezó a gestarse hace ya casi dos años.  El hecho de no haberlo podido presentar en 2020 abrió la posibilidad de repensarlo y de recontextualizarlo. Llegados a este punto, ni Mateja (la otra artista involucrada) ni yo tenemos la certeza de cuál será la forma definitiva de la obra.

«El hecho de no haberlo podido presentar en 2020 abrió la posibilidad de repensarlo y de recontextualizarlo»

El proyecto plantea una propuesta muy interesante: de qué manera podríamos trasladar las manifestaciones protoflamencas a la realidad ultratecnológica actual, dominada por las redes sociales, con una interacción constante con nuevos dispositivos. ¿Puedes adelantarnos brevemente cómo pueden relacionarse dos tiempos tan alejados y distintos?

Se relacionan en el contenido, solo cambia el formato. La idea de Cántico V es muy sencilla: acudir a los orígenes del género en búsqueda de material para repensarlo después usando los códigos y herramientas de las que disponemos hoy en día. Se me ocurren varios ejemplos en los que se pueden crear puentes directos entre ambos mundos. Por ponerte uno concreto, una de las manifestaciones protoflamencas más evidentes son los cantos litúrgicos bizantinos de los que derivarán muchas de las conocidas como saetas antiguas o cuarteleras. En una saeta no se canta a la idea colectiva de Cristo o de la Virgen María, sino a su imagen, a su fisicalidad. Estos iconos no difieren tanto de los de nuestros ídolos actuales y de cómo la sociedad nos relacionamos con ellos. Se podría decir que todos nosotros les cantamos saetas a golpe de like

«Se podría decir que todos nosotros cantamos saetas a golpe de like»

Con todo, nos gusta pensar que no nos tomamos estos conceptos demasiado en serio. Hemos aprendido a darnos un margen de libertad artística bastante amplio y, simplemente, tratamos de experimentar con el material que tenemos de una forma bastante intuitiva. Donde suele haber guitarras flamencas, nosotros ponemos altavoces y donde suele haber imágenes policromadas de santos nosotros colocamos animaciones 3D. Dicho esto, no estamos descubriendo la pólvora. Hay muchos ejemplos de artistas que están o han trabajado desde este mismo enfoque.

A. Crespo Barba y su experiencia en TAI

Te graduaste en Composición de Música Contemporánea en TAI en el año 2017. ¿Qué ha supuesto tu formación en la escuela? ¿Qué destacarías de esos años y cómo te han ayudado a desarrollarte como artista?

Creo que todo lo que destacaría hoy son cosas a las que en su momento no les di tanto valor. En la escuela aprendí mucho y me formó muy bien desde un punto de vista puramente técnico. Sin embargo, visto con perspectiva, lo que está más presente en mí yo actual tiene que ver más con lo extracurricular.  Me pasa a menudo que, a veces, recuerdo comentarios de profesores o situaciones fuera del aula con compañeros que, si bien en su momento no tuvieron un gran impacto en mí, lo han tenido años más tarde. 

Mis convicciones artísticas han cambiado sustancialmente desde que empecé a estudiar en TAI en 2013, pero creo que la primera chispa de lo que para mí significa ser un artista multidisciplinar se encendió en mi última etapa en la escuela TAI.  Con esto no quiero decir que las clases o proyectos no fuesen importantes, pero hoy en día los veo más como pasos necesarios que tomar y que van perdiendo relevancia con el transcurso del tiempo. Si tuviese la oportunidad de volver a estudiar en la escuela, lo haría con una mentalidad completamente distinta.

«Recuerdo comentarios de profesores o situaciones fuera del aula con compañeros que, si bien en su momento no tuvieron un gran impacto en mí, lo han tenido años más tarde»

En los últimos años cuentas con una trayectoria repleta de proyectos y premios. Estudiaste un master of Composition en Codarts, asististe a clases y seminarios con algunos de los grandes talentos musicales actuales y fuiste galardonado con el premio de composición holandés Best New Composer Pitch. ¿Te han abierto muchas puertas en el mundo de la música estos reconocimientos y formación?

Creo que, en ese sentido, lo que realmente me ha abierto las puertas ha sido la decisión de establecerme en los Países Bajos. Róterdam, de alguna forma, me ha puesto “en el mapa”. Es una ciudad tremendamente internacional y gracias a ello he tenido la suerte de poder relacionarme con una gran cantidad de artistas y de formar parte de muchos proyectos muy interesantes. Eso me ha permitido no solo trabajar en Holanda, sino también en Lituania, Italia, Reino Unido…

He de reconocer que no soy, para nada, fan de los concursos de composición. Por supuesto que gusta ganarlos, pero no me parecen un reconocimiento real al trabajo de los artistas y, en mi opinión, el formato suele ser bastante injusto. El mayor reconocimiento que los artistas de mi generación podríamos tener es que nos llamasen para trabajar sin necesidad alguna de pasar por ese filtro que es el concurso de composición. Como eso todavía sigue siendo raro, nos tenemos que adaptar a lo que tenemos. La confianza y los espacios para que los artistas emergentes puedan acceder de una forma realista en el mundo profesional sigue siendo una asignatura pendiente en muchos países, sobre todo en España. Yo he tenido la gran suerte de que los festivales November Music y Flamenco Biënnale Nederland (ambos neerlandeses) confiaran ciegamente en la propuesta de Cántico V desde el principio. Les estoy muy agradecido, porque es algo que no siempre pasa.

“Lo que realmente me ha abierto las puertas ha sido la decisión de establecerme en los Países Bajos. Róterdam, de alguna forma, me ha puesto ‘en el mapa’”

Crear desde el flamenco

El flamenco es parte troncal de tu trayectoria. ¿Qué es lo que hizo que te vinculases con tanta energía a este estilo?

Curiosamente, mi interés por explorar el flamenco en mis propuestas empezó cuando todavía estudiaba en TAI, en el año 2017. Siempre me gusta apuntar que no me considero un artista flamenco, sino un artista que acude al flamenco (de una forma bastante libre) para desarrollar su discurso. Digamos que no trabajo el flamenco, sino desde el flamenco.

Del flamenco me apasionan muchas cosas, pero en el punto en el que estoy ahora diría que lo que más destacaría es lo que ocurre, no tanto en el género actual, sino en sus márgenes. Es en aquello que lo rodea donde se producen mayores fricciones y puntos de experimentación. Me interesa, en definitiva, lo extramusicalEl flamenco es un arte bastardo, en el buen sentido de la palabra. Tiene muchos padres y madres y su historia se sigue distorsionando, mercantilizando y torturando. Pasó de ser una música completamente tabernaria y denostada en sus inicios a ser instrumentalizada por el régimen franquista como “marca España”. Todos estos hechos han ido imprimiendo una marca muy particular en su naturaleza y es, por ello, que es un arte increíblemente maleable. Porque, aparte de música, puede ser danza, pintura, cine, performance, literatura, discurso político… y un larguísimo etcétera. Tiene la cualidad de contagiar aquello que toca. Dicho esto, en mi opinión el flamenco de los últimos 30 años se ha convertido, con contadas salvedades, en un arte predecible y rígido. Por eso, hemos tomado la decisión de remontarnos en el tiempo hasta sus orígenes, cuando aún todo estaba por codificar y había libertad para experimentar y crear.

Aun así, también me gustaría decir que soy un gran aficionao. He de reconocer que soy un caso bastante particular porque mi mayor admiración por el flamenco como oyente viene de la mano del cante y no de la guitarra flamenca. No suelo escuchar mucho toque y los guitarristas que me gustan no suelen ser los típicos. ¡Soy más de Perico el del Lunar que de Paco de Lucía! 

«Es en aquello que rodea al flamenco donde se producen mayores fricciones y puntos de experimentación. Me interesa, en definitiva, lo extramusical»

Cántico V es una pieza multidisciplinar en la que se incorpora música electrónica, vídeo y performance. ¿De qué modo se integran todas estas disciplinas en el proyecto?

De la manera en que lo comentaba en la pregunta anterior. El flamenco tiene esa habilidad de inocular su esencia en otras artes de una forma prácticamente inaudita.

Nosotros no somos pioneros en hacer estas traslaciones. El director Val del Omar ya tomó elementos del flamenco, como sus patrones, para algunas de sus creaciones más importantes (por ejemplo, Fuego en Castilla); está la figura de Ocaña, activista y miembro de la CNT que, durante los años 70, sembró la primera semilla de lo que se considera flamenco queer con sus performances e intervenciones; el grupo Los Voluble lleva mezclando flamenco con música electrónica desde hace ya más de 20 años; hay un amplio abanico de nombres que han intentado con mayor o menor éxito este “choque de trenes”, como decía Enrique Morente.

Para mí es muy fácil integrarlas unas con otras. El flamenco tiene tantísimas aristas que las posibilidades son casi infinitas. Trabajamos el vídeo desde varios puntos de vista, desde el ritmo y desde la iconografía; el espacio, desde la arquitectura flamenca; el sonido, desde el estatismo de algunos cantes… Todo ello, como ya decía al principio, bajo nuestros propios intereses y nuestras influencias, que van muchísimo más allá del flamenco per se

Regreso a TAI

¿Qué supone para ti haber vuelto a TAI con Cántico V cuatro años después de haberte graduado? 

Me hace muy feliz. Guardo un recuerdo muy bonito de mis años en TAI y haber vuelto a la escuela significa mucho. Aunque haya pasado bastante tiempo, aún tengo algunos amigos que siguen formando parte del staff.  Ya estuvimos en contacto con TAI el año pasado para poder hacer la residencia, pero debido a la crisis COVID tuvo que ser cancelada. Cuando este año volvimos a proponerla fue recibida con los brazos abiertos, o sea, que solo puedo tener buenas palabras. Espero que esta sea la primera de muchas colaboraciones con la escuela y que podamos seguir en contacto durante otros muchos años.

“Guardo un recuerdo muy bonito de mis años en TAI”

Desde tu experiencia formativa y profesional, ¿qué recomendarías a un joven músico que está planteando dedicarse a esta disciplina?

No me considero en posición de dar demasiados consejos, ya que mi carrera acaba de despegar, pero por mi propia experiencia les diría que confíen en sus intuiciones. Para mí lo son todo y ha sido gracias a creer en mí mismo y en mis propuestas (a pesar de las adversidades) que he conseguido poco a poco hacerme un hueco en el mundo profesional. Los artistas jóvenes tenemos en posesión el devenir del arte y podemos decidir cómo queremos que sea. Por tanto, incluso cuando haya situaciones en las que sea difícil vislumbrar un futuro para lo que quieres proponer, creo que es importante sentir esa responsabilidad de cambio y siempre darse otra última oportunidad. A esto sí que añadiría algo que mis profesores me decían cuando estudiaba en TAI y que en su momento no entendí muy bien, pero que, sin embargo, ha resultado ser una gran verdad: que esperen y sean pacientes, porque todo llega.