Lo primero es que te relaje y estés tranquilo ante esta cita. Es verdad que relajarse no es fácil por eso lo mejor es pensar en otra cosa o tener el tiempo ocupado. Y si necesitas pues tampoco pasa nada por tomarte una valeriana antes de la cita. Lo peor que puede pasar es que quedes muy mal… pero eso da igual porque ya no verás más a la otra persona. Así que no tienes nada que perder, calma y a por la cita.
Una vez que comienza la cita se tu mismo. No intentes sorprender con una actitud distinta a la tuya porque si de verdad quieres que salga algo serio de la cita al final se descubrirá tu verdadera forma de ser. Eso sí, si tienes algunas manías no muy recomendables pues intenta evitarlas. Si eres de los que hacen chistes obscenos o están siempre comiéndose las uñas mejor dejar de hacerlo durante la cita.
En ese primer contacto, intenta no hablar continuamente y deja a la otra persona que hable. Aunque tampoco es bueno que hayan silencios incómodos, por lo que intenta que sea una conversación normal. Igual que tu cuentas tu historia, escucha a la otra persona y hazle preguntas sobre su vida. No solo estás tu en esa cita y si la otra persona se siente especial y que te interesa su vida tendrás mucho ganado.