Actitudes positivas a la hora de ahorrar

Publicado el 15 abril 2014 por Elturco @jl_montesinos

Publicado en Impulsado pymes

No es demasiado complicado encontrar por la red un montón de propuestas acerca de que actitudes tienen los triunfadores y en qué se diferencian de aquellos que no corren igual suerte. Sin ir más lejos este último mes han circulado por la blogosfera y el mundo online varios artículos, como uno aparecido en elconfidencial.com

No quiero detenerme en la solidez de las recetas que pueden plantearse en este tipo de artículos. Yo mismo he planteado alguna vez pequeños listados, aunque tengo por costumbre alertar de la complejidad de los problemas reales.

Esto me lleva a tomar alguna de esas actitudes de los triunfadores y analizarlas desde el punto de vista de lo que aquí solemos comentar. Comenzado por la primera del artículo mencionado. La afinidad por el cambio.

El inmovilismo es muy peligroso en las empresas y hay que evitarlo. Evidentemente no estamos hablando de cambiar estrategias cada dos por tres, pero si es necesario tener propensión al cambio. Nadie estamos libres de cometer errores, y por muy romántica y positiva que pueda parecer una idea, debemos desecharla tan rápido como se demuestre que no es efectiva.

La tecnología cambia constantemente y hay que estar al día de los avances. Si su empresa es pequeña, contrate los servicios de un asesor externo. Muchas veces el ahorro justifica sobradamente su contratación.

Otra de los puntos que podemos destacar es que los triunfadores discuten ideas, no sobre personas. Pongamos esto bajo nuestra perspectiva.

Dentro de las organizaciones empresariales hay muchas personas implicadas en todo tipo de actividades. Y muchas de ellas llevan tiempo desempeñando la misma función. Los mandos olvidamos con cierta frecuencia la importancia que tiene el conocimiento de un puesto de trabajo del propio trabajador. Quizá no existen los cauces de comunicación adecuados. Quizá no se incentiva. La cuestión es que muchas veces quien mejor nos puede asesorar para conseguir mejoras dentro de nuestra organización son los propios “usuarios” de la misma. Los propios trabajadores.

Se hace pues necesario contar con cauces establecidos y explicitados dentro de nuestra organización para que los comentarios de sus miembros, sus consultas e inquietudes se plasmen en mejoras. No se trata de tener una organización que decide de modo colegiado cualquier cuestión, si no de atender los requerimientos de aquellos que hacen que el sistema funcione. Repito, estableciendo cauces explícitos (y por supuesto, conocidos por todos)

Finalmente, y como no puede ser menos, todo esto debe de enclavarse en una correcta planificación dentro de la propia estructura de la empresa. Lo hemos comentado ya y lo comentaremos hasta la saciedad. El ahorro, como cualquier otra actividad dentro de la PYME, debe contar con un plan dirigido a maximizar su impacto positivo sobre el beneficio de la organización. De ahí que los procedimientos deban estar explicitados, porque deben formar parte del plan.

De la misma manera que el plan debe ser una hoja de ruta de los cambios que se deben ir produciendo para adaptar nuestra corporación a los avances tecnológicos, un plan claro pero flexible y con metas perfectamente definidas y posibles.