Activision Blizzard ha informado que cerró el año 2018 con unos ingresos de 7.500 millones de dólares, la mejor cifra de toda su historia, pero también ha comunicado que va a despedir el 8% de su plantilla, unos 800 empleados.
Estos recortes tienen como objetivo reducir el personal de Activision, Blizzard y King, para así reducir costes y potenciar que sus estudios se centren en la producción y desarrollo de sus franquicias más populares, Call of Duty, Candy Crush, Overwatch, Warcraft, Hearthstone y Diablo.
Aunque buena parte de los afectados por esta reestructuración serán empleados de departamentos relacionados con la administración, publicidad y eSports, esto también ha supuesto el cierre y despido de los 78 empleados de Z2 (MetalStorm: Online, Battle Nations, Paradise Bay), un equipo de King ubicado en Seattle que fue comprado en 2015 por 45 millones de dólares y que desde su adquisición había generado más de 200 millones de dólares.
Tráiler de Battle Nations:
Tráiler de MetalStorm: Aces: