Vídeo: Dos hilarantes montajes frustrados de activistas de la derechona en el programa “El gran debate” del pasado sábado 10 de marzo en Tele5
La hoy famosa militante del PP de Ciempozuelos Obdulia García interpreta el papel de “parada” que “no es de ningún partido político“ para defender la Reforma Laboral contra los derechos de los trabajadores aprobada por su partido y contar ”bulo-exclusivas” sobre vicios de dirigentes sindicalistas.
La protagonista del segundo fiasco es una joven que hace el papel de abortista arrepentida y traumatizada.
Quienes sufrieron el franquismo saben que las fascistas que formaban la “Sección Femenina” de La Falange fueron un pilar fundamental del ideario y propaganda del régimen nacionalcatólico. Afortunadamente los tiempos han cambiado, y hoy para realizar esa labor se lo tienen que currar.
Algo se cuece entre la voluntariosa militancia reaccionaria cuando en un programa de televisión en la misma noche, dos damas de la derechona conservadora intentan colarnos un montaje que intoxique a la opinión pública en favor de las últimas medidas económicas y sociales del Partido Popular.
Escogieron para ello el programa “El gran debate” de Telecinco, a sabiendas de que por su condición de más preocupación por el espectáculo que por el fondo atrae una audiencia millonaria.
El 11,6% de porcentaje de audiencia, 1.938.000 personas, vieron el pasado sábado desde sus casas a la sección femenina de la derechona haciendo teatro por la causa. A Tele5 no le habrá hecho gracia ser usada para esos menesteres, así que deberá extremar la vigilancia, porque las dos terminaron siendo pilladas en directo y el bochorno y la vergüenza ajena del espectáculo dado por el frikifacherío fue de los que hacen época.
Obdulia García, madrileña de Ciempozuelos, es una militante activa del PP como se puede ver en las fotografías de la web de su partido donde aparece en varios mítines y actos de la derechona.
Su misión en el debate de Tele5 era defender la Reforma Laboral del PP y difundir bulos contra los sindicatos que se oponen a la misma.
Para ello, Obdulia decía que ella no era de ningún partido político, y se hacía pasar por parada y campesina. Una lección que se tiene muy aprendida la derechona es la de ocultar su militancia y simpatía a la hora de hacer proselitismo por la causa, a sabiendas de que resulta más convincente defender algo con lo que no se tiene nada que ver. Algunos incluso se declaran “izquierdistas” mientras sueltan las arengas de Intereconomía.
El momento estelar de la actuación de la militante del PP llegó cuando recurrió al bulo fascista en forma de “exclusiva”, contando que un día que fue a comprar “una lata de escabeche en el supermercado”, se encontró al secretario general del sindicato UGT, Cándido Mendez pagando una lata de caviar ruso con tarjeta de crédito. Obdulia no pensó que el caviar ruso de lujo no se vende en el DIA, el Mercadona o el Eroski. O quien sabe, quizá ella compra en el supermercado de “El Corte Inglés”, al que no acuden los parados a comprar escabeche precisamente.
La osadía facciosa y mentirosa terminó en pillada en directo: a uno de los tertulianos del debate, Antonio Carmona, le llegó un mensaje al móvil con una fotografía de la montajista en la sede del PP.
La mentirosa Obdulia se inventa entonces intentando salir del paso que “vive al lado de la sede pero ella no es del PP“. Pero a esas horas internet ya era un polvorín de intercambio de fotos de la madrileña en actos de su partido, y el patético montaje de Obdulia objeto de mofa.
Por suerte para Obdulia, la fama lograda tras su actuación seguro que la ha convertido en “militanta poPPular del mes”, y el estar dispuesta a hacer ese tipo de cosas por la causa quien sabe si termina siendo premiado con un puestito de los que concede Espe de vez en cuando.
La segunda montajista es Amanda, que esa misma noche se encarga de defender la supresión del derecho a interrumpir
La aspirante a actriz se hace pasar por una joven “anónima” que acude al programa por iniciativa propia sin ningún interés oculto a contar que supuestamente ha abortado hace 4 meses. El relato es un pobre compendio de clichés cristofascistas que solo se creen los propios sectarios: según la novela, interrumpe el embarazo “porque de niña fue muy desdichada, no tuvo infancia” y “me sentía rechaza cuando conté que estaba embarazada“. Obviando que con la actual ley de interrupción voluntaria del embarazo entre la solicitud de intervención y su realización se obliga a la mujer a esperar para “meditar” tres días y se le proporciona información, la montajista recurre a tocar la fibra sensible cuando intenta hacernos creer que ahora vive traumatizada porque “mató algo vivo que tenía dentro“.
Tras la mediocre interpretación de la joven, la diputada de la asamblea de Madrid Carla Antonelli, cuenta indignada que la chica es una activista cristofascista del grupo antiabortista “No más silencio“. Ha ido al programa acompañada por la presidenta de la asociación a hacer el montaje, ambas habían estado repartiendo folletos con propaganda de la secta en los pasillos antes de comenzar la actuación, y mientras la joven actuaba su mentora la miraba con cara de satisfacción.
En uno de los panfletos del grupo ultracatólico de las montajistas, subvencionado por el gobierno de la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre, afirman que abortar provoca cáncer.