#ActivosCosmeticos: Coencima Q10, un bien para el cuerpo aún por descubrir

Por El Rincón De Ika @rincondeika

by El Rincón de Ika · Published junio 1, 2018 · Updated mayo 3, 2018

FOTO: Wikipedia

En el especial de activos de este 2018 no podía faltar la Coencima Q10. En boca de todos, este potente antioxidante, que actúa de manera similar a la vitamina E, previene la oxidación de los lípidos de la piel, protegiendo contra la radiación provocada por los rayos solares y los radicales libres; sin embargo, los beneficios para el organismo y la piel van mucho más allá.

La coenzima Q10 o ubiquinona es un nutriente que se encuentra presente en todo el cuerpo, pero especialmente en el corazón, hígado, riñones, y páncreas. Se trata de uno de los ingredientes más famosos de los últimos tiempos que, además de encontrarse de forma natural en numerosos alimentos, forma parte de innumerables suplementos y cosméticos.

Especialmente porque la cantidad de Co Q10 que se encuentra en el cuerpo humano, se reduce con el paso del tiempo por lo que se hace muy importante recargar esa insuficiencia. Además, hoy en día hay muchos factores que hacen que exista un déficit en la coencima Q10. Aparte de la edad, sus niveles en el organismo también se ve mermada debido a deficiencias o carencias nutricionales, enfermedades, estrés, tabaquismo o por el uso de diferentes fármacos, entre otros factores.

Otra de sus funciones es la de producir energía a nivel celular y mejora su oxigenación. Es por ello que si nos sentimos cansados, esto es síntoma de una falta de esta coenzima en nuestro organismo. Por este motivo, muchas empresas han intentado incluirlo dentro de sus complementos alimenticios para deportistas, aunque realmente tomarla no implica que se vaya a tener un mejor rendimiento, según varios estudios de expertos como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), pero sí te ayudará a mantenerte en condiciones óptimas a nivel celular.

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No en vano, si nuestros niveles de Coenzima Q10 bajasen del 25% con respecto a lo recomendado por las organizaciones mundiales de la salud, el organismo empezaría a sufrir trastornos y enfermedades graves como subidas bruscas de tensión o infartos, e incluso se podría debilitar nuestro sistema inmunológico.

Para que entendamos su funcionamiento, el antioxidante Q10 penetra en las mitocondrias, que es una parte de la célula dónde se genera la energía y donde se quema el oxígeno transportado por la sangre. Las mitocondrias necesitan la Coenzima Q10, ya que actúa como si fuese una “chispa”, para que nos entendamos los mortales no profesionales del sector, que permite que se inicien las funciones mitocondriales. Sin esta cadena que inicia la energía celular, no habría energía y, por tanto, tampoco sería posible la vida celular.

Sin embargo, no es menos cierto que hay muchos profesionales en contra de este boom, ya que muchas veces se utiliza de forma incorrecta y las firmas se aprovechan de la buena publicidad que deja la tendencia para incluirlo incluso cuando el producto en cuestión está orientado a otro propósito.

Por ejemplo, como bien recogían en la web especializada Scientia, a la hora de tratar con complementos alimenticios “la EFSA ha dictaminado no solamente que los métodos y marcadores para evaluar la capacidad antioxidante de los productos enriquecidos en CoQ10 son erróneos, sino que además los resultados encontrados in vitro o en animales no pueden ser extrapolados a humanos”. De ahí que sea importante entender qué es y en qué puede ayudarnos realmente esta Coencima Q10.

En general, he podido encontrar tanto estudios que avalan su eficacia como estudios que hablan del mito que se convirtió en leyenda, por lo que, al final, solo me queda clara una cosa: es necesario no olvidarse de ella, pero no debemos obsesionarnos porque aún queda mucho por investigar para conocer los beneficios reales de incluir este activo en cosméticos y suplementos alimenticios.

Si deseas consumir Co Q10 de forma natural, los alimentos que contienen niveles más altos de coenzima Q10 son el pescado, especialmente el pescado azul, y la carne, especialmente en el caso de la ternera. También se encuentra en algunos vegetales, siempre en menor cantidad, pero destacables especialmente para vegetarianos como cereal integral y germen de trigo, aceites vegetales (como el de sésamo o de soja), frutos secos (especialmente los cacahuetes), espinacas, brócoli, coliflor y zanahoria, entre otros.