SAN ANTONIO (AP) – Durante las últimas tres semanas, todo se trató de zumbadores, eliminadores de corchetes y básquetbol, un recordatorio muy necesario sobre cuán hermoso puede ser este juego.
Durante los próximos seis meses, todo se trata de fealdad e incertidumbre, mientras que el baloncesto universitario lucha con los cambios que debe hacer para mantener vivo el deporte.
La campaña 2017-18 podría muy bien recordarse como la temporada que recorrió el escalón superior de los aros de la universidad con el último síntoma de que se trata de aficionados, “estudiantes-atletas” y jugando solo por una beca y orgullo. .
Una investigación del FBI que resultó en el arresto en septiembre de 10 agentes, entrenadores y hombres de negocios con lazos de baloncesto hizo lo que la NCAA nunca pudo: poner al descubierto el funcionamiento interno de un negocio sospechoso y debilitador que se ha tambaleado al borde del reglamento. y la ley por décadas.
“El estado del juego, no hay duda, hay algunos signos de interrogación ahora”, dijo el entrenador del Kansas State, Bruce Weber.
Entre la investigación del FBI y otros informes de los medios, se han denunciado infracciones en 28 escuelas, desde hombres de negocios que llevan a los padres de los reclutas a almorzar hasta pagos de $ 100,000 para que firmen con ciertos programas; 17 de esos equipos estaban en el grupo de March Madness. Un panel liderado por Condoleezza Rice está examinando los problemas y se espera que lance un informe y sus recomendaciones el 25 de abril.
El presidente de la NCAA ha prometido acción , pero dijo que no apoyaría nada que cambie verdaderamente el juego, como en las reglas que alterarían fundamentalmente el estado amateur de los “estudiantes atletas” cuyos esfuerzos son los cimientos de los $ 1.1 mil millones de la NCAA. ganó en 2017. La mayor parte de eso proviene del torneo masculino de baloncesto que llevó a Villanova y Michigan a la final del lunes por la noche.
Un cambio más significativo podría tener que venir de la NBA, que está considerando terminar la regla de “uno y hecho” que exige que los jugadores sean 19 o completen al menos un año en la universidad antes de ser elegibles para el draft.
Aprobada en 2005, esa regla alteró el panorama del baloncesto universitario, desmintiendo la idea de que estos jugadores -al menos los mejores- vienen a la escuela para obtener un título. “Uno y listo” a menudo se ridiculiza como la explicación general de todo lo malo del juego universitario.
Cambiar la regla, sin embargo, no cambiará necesariamente los roles de los agentes, entrenadores de AAU, entrenadores universitarios, intermediarios, manipuladores y compañías de calzado, todos los cuales participan en lo que esencialmente es un negocio de adquisición de talento clandestino no regulado, como el que la NCAA no tiene los recursos o el libro de reglas para controlar.
“Cada vez que hay dinero involucrado, ¿no siempre hay corrupción?” El entrenador de West Virginia, Bob Huggins preguntó, retóricamente. “Tendremos que esperar y ver qué tan extendido está. Si eso es todo, y ves que son solo cuatro (entrenadores) los culpables, eso es bastante bueno”.
Pero Huggins, como la mayoría de los entrenadores con los que The Associated Press habló la semana pasada, dice que no tiene idea de qué esperar.
“Nada personal, pero soy la persona equivocada para preguntar”, dijo Andy Enfield, el entrenador del sur de California, que despidió al entrenador asociado Tony Bland después de ser arrestado en la investigación del FBI, acusado de aceptar $ 13,000 por dirigir dos jugadores a representantes de negocios. Bland se ha declarado inocente.
En riesgo están el baloncesto universitario y, más notablemente, el futuro de un torneo que muestra, una y otra vez, exactamente por qué vale la pena salvar este deporte.
El premio MVP para el torneo de este año bien podría haber sido para una monja de 98 años, Hermana Jean Dolores Schmidt , quien deseó que su equipo menos favorecido de Loyola-Chicago llegara al Final Four como undécima cabeza de serie, mientras recordaba a los fanáticos ese baloncesto, como la vida, es más que solo ganar y perder.
Los Ramblers no eran los únicos desfavorecidos en ser grandes.
Un torneo al revés presentó la primera sorpresa 16 contra 1 cuando el condado de Maryland-Baltimore derrotó a Virginia.
“Una gran temporada”, dijo el entrenador de Virginia, Tony Bennett, “con una gran pérdida al final, por supuesto”.
Al igual que el juego UMBC-Virginia, lo mejor del torneo a menudo se centra en las sorpresas.
Provoca una paradoja incómoda: estas tres semanas colocan invariablemente a algunos equipos valientes de tipos pequeños que presumiblemente hacen las cosas de la manera correcta contra unos temibles programas colosales que presumiblemente no lo hacen. Es la razón por la que miramos.
Sí, el deporte está retrasado para un buen fregado. Pero si, algún día, todos están jugando con las mismas reglas, ¿arruinará eso el evento que amamos?
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