El poema produce interlocución, cada libro tiene destinatario, todo discurso un punto de partida ya que no hay ninguna realidad prediscursiva, cada realidad se funda y se define como un discurso.
Titular el discurso de ingreso, en la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas, es efecto de un trabajo realizado y no la causa de nada, pues sabemos que la diferencia entre el autor y su obra, está sobredeterminada por una triple articulación en la que intervienen instrumentos históricos, ideológicos y psíquicos, todos ellos inconscientes para el sujeto.
En 1986 me licencio en medicina y en estos 25 años de ejercicio profesional ininterrumpido, colegiado en Madrid, y trabajando de Psicoanalista publico algunos libros. Publicar, hacerse público, esa pasión se produce entre las palabras, entre los pactos, por eso es mi formación interminable en poesía, psicoanálisis, medicina, fútbol, cine, pintura….pasiones que son privilegio de libertad y mi condena.
“Poetas: médicos del alma” es el intento de una obertura, una conversación con otros semejantes que pueden o no estar presentes en la sala. Reconozco hombres del futuro que, antes de nosotros, dejaron sus manuscritos con la indulgencia de aquel lector trabajado por la función, cuyo instrumento de conocimiento, llamamos poesía.
A la poesía ofrezco humildemente mis ojos paseando los libros, que previamente me recomendó leer, y mis manos, graves como las piedras de Nazim Hikmet, sustentan la pluma donde, Ella, me dicta sus versos.
Fruto de ello conversaba, anoche mismo, con César Vallejo sobre la formación del médico, la influencia de la función poética en la ciencia y la importancia de la escucha en la anamnesis para un buen proceder clínico, recordándome el poeta peruano que:
…”acaban los destinos en bacterias y
se debe todo a todos”…
La escucha poética permite la interpretación de los hechos que sabemos sólo existen después de ser interpretados.
Imagino (quiero decir pienso después de hablar) imagino en la formación del médico: grandes libros de cabecera de imprescindible lectura para nada, para todo, para poder escuchar además del latido mitral, el bambolear musicando esa caja de resonancia que llamamos corazón.
Parafraseando al doctor Harrison, cuando le pregunté ¿qué se espera del médico? el famoso internista despliega la cuestión, junto a sus editores, de manera categórica: “la práctica de la medicina combina la ciencia y el arte”.
Con respecto a la anamnesis, el doctor Goldman nos escribe: “poco se sabe de la “mecánica” del razonamiento clínico, pero está basado en factores como experiencia y aprendizaje; razonamiento inductivo y deductivo; en la interpretación de los datos que por sí mismos varían en reproducibilidad, validez y en la intuición, que a veces es difícil de definir”. Volveremos sobre este punto a lo largo de la presente exposición, porque sin escritura no hay transmisión.
Continuando con los aspectos cuantitativos del razonamiento clínico, dicen los grandes tratados de la medicina interna: “en un esfuerzo para mejorar el razonamiento clínico se han hecho intentos para analizar de manera cuantitativa los múltiples factores que en él intervienen, entre otros, la definición de los métodos del conocimiento que los clínicos aplican a los problemas difíciles; el diseño de sistemas computarizados para el apoyo de decisiones planeadas para emular ciertas características en la toma de decisiones, y la aplicación de la teoría de las decisiones para comprender cómo deberá llegarse a los juicios clínicos”. De donde se desprende que el profesional se encuentra implicado como sujeto de la experiencia, lo que ya sabemos desde Descartes al producir el sujeto de las ciencias y con Freud al descubrir el inconsciente y con ello el sujeto psíquico, desde el principio sujeto social por ser producto de un pensamiento grupal.
Insisten los textos, que acunaron nuestros primeras lecturas médicas, que: “Cada uno de los enfoques antes señalados, ha hecho que avance el conocimiento del proceso del diagnóstico, pero todos tienen problemas prácticos, teóricos o de ambos tipos, que limitan su aplicabilidad directa en la atención del paciente como individuo”
Mis amigos poetas matizan que la poesía en su función poética, como preciso instrumento de conocimiento, anticipa la realidad; quiero decir el hombre es escritura y, amamos cómo está escrito en los libros que se puede amar; así desde Platón existe un discurso sobre el amor, desde Marx, podemos separar trabajo y trabajador, de tal manera que el trabajo nos trabaje, ya que el lenguaje es previo al sujeto aunque es cierto que necesite del sujeto para ser dicho y la poesía es, esa herida perdurable del lenguaje que Holderlin enfatizó: “pleno de méritos, pero es poéticamente como el hombre habita esta tierra”
Para concluir el esbozo, con respecto a la ética y contribución del enfermo en el trabajo del facultativo, se puede leer en los tratados clásicos de medicina: “en el razonamiento clínico tanto cuantitativo como no cuantitativo, el médico tomará en cuenta los factores éticos, así como los valores y preferencias del paciente”
Si consultase con Albert Einstein, sobre estas cuestiones, de seguro respondería:
¡¡Triste época la nuestra!!
Es más fácil desintegrar un
átomo que un prejuicio”
No debemos olvidar que la clínica es el tiempo del concepto.
Cuando Saint John Perse en 1960 recibe el Premio Nobel de Literatura, nos deja esta joya de arcilla: “cuando consideramos el drama de la ciencia moderna que descubre sus límites racionales hasta en lo absoluto matemático, cuando vemos, en la física, que dos grandes doctrinas fundamentales plantean, una, un principio general de relatividad, otra un principio “cuántico” de incertidumbre y de indeterminismo que limitaría para siempre la exactitud misma de las medidas físicas; cuando hemos oído que el más grande innovador científico de este siglo, iniciador de la cosmología moderna y garante de la más vasta síntesis intelectual en términos de ecuaciones, invocaba la intuición para que socorriese a lo racional y proclamaba que “la imaginación es el verdadero terreno de la germinación científica”, y hasta reclamaba para el científico los beneficios de una verdadera “visión artística”, continúa Saint John Perse: ¿no tenemos derecho a considerar que el instrumento poético es tan legítimo como el instrumento lógico?”
Soy un soldado de la lectura, esta presentación en la sede de la Organización Médica Colegial, en la mismísima Plaza de las Cortes de Madrid, mi ciudad de nacimiento, es un tiempo donde imagino: imagino talleres de poesía en todas las facultades de medicina y en los hospitales y...doctores tiene la iglesia, por eso recito con Goethe:
“Quién posee Ciencia y Arte
también tiene Religión;
quien no tenga una ni otra,
¡tenga religión!”
En el siglo XXI conviven, por ser estructuras de larga duración, pensamientos: mágico animistas, religiosos, científicos y psicoanalíticos aunque no se hayan leído los libros, la teoría deja marcas en la realidad.
Sólo sobre la base de los hechos clínicos puede ser pensada la cuestión. Y si para la formación médica le preguntara a Baudelaire sobre la fuente de la sangre, capaz que desde su púlpito de indolencia y levantando los brazos exclamaría:
A veces me parece que la sangre se me escapa a raudales
al igual que una fuente de rítmicos sollozos.
La oigo fluir con un largo murmullo,
y yo me palpo en vano para encontrar la herida. ../..
Si Baudelaire no les parece un digno poeta: médico del alma, podemos consultar a otro facultativo como Louis Aragon que atendiendo enfermos de guerra en un hospital de Paris, escribe Licantropía Contemporánea, poema tan hermoso y preciso que todo enamorado del buen quehacer estético debe conocer:
El grado más alto de la tristeza tanto puede ser
un general ciego mendigando a través de las islas
como hacia las 3 de la mañana la avenida
de la Opera
No hay límites para la melancolía humana
Se cuenta siempre con una piedra para colocar sobre
la pirámide de las lágrimas
Estáis seguros de padecer tanto como una mujer
estrangulada
en el momento en que ella sabe que todo ha terminado
[y desea acabar
Estáis seguros de que no valdría más ser
ser estrangulado si uno piensa en los cuchillos de las
[horas que se acercan
Desde hace tiempo vivo mi último minuto
La arena que mastico es la de una agonía invisible y
[perpetua
Las llamas que hago recortar de tiempo en tiempo por el
[peluquero
son las únicas en delatar el negro infierno interior que
[me habita
Como cuerpos privados de sepultura
los hombres se pasean por el jardín de mi mirada
Soñadores inexplicables
o soy el único a quien golpea una mano desecada
en este desierto poblado entre estas flores áridas
Amo y soy amado Nada nos separa
Por qué entonces estar triste en el corazón espléndido
[del amor
El mundo sacude su estúpida cabeza Sabelotodo
Amo aunque la vida sea mortalmente intolerable
Amo aunque luego me vea obligado a aullar
Detrás de mí arrastro el manto fantasmal de las
[intenciones ocultas
Una cadena de perfeccionamiento del dolor moral
suena a mis pies espantosamente desdichados
Amo y nos amamos pero en medio de un naufragio
pero en la punta de un puñal y no puedo
no puedo soportar el mal que esto ha de hacerte
Tus ojos amor mío desorbitados por todo lo que
[no sea placer
Que me arranquen el corazón con tenazas
que terminen con mi cabeza que se despega
Bebo una leche como tinta y la hora del mediodía
se parece al carbón de los pantanos
donde se marchita el Sphagnum al que tomo por mi
[imagen en los espejos
Yo amo Yo te amo pero
en la cala de un barco en el instante de dar el salto
[Impaciente
Innoble impaciencia de saber si eso podrá soportarse
Es probable que todos me juzguen un criminal
guiándose sólo por las debilidades y el aspecto
Ese hombre que según los diarios de la mañana
[decapitó a su amante
mientras dormía a su lado sollozó en el juzgado
La había asesinado en el cuarto después
en el sótano primero con un cuchillo luego con una
[sierra
separó la cabeza adorable para poner
el cuerpo en una bolsa lamentablemente algo pequeña
Sollozó en el juzgado
No somos acaso parecidos a las palmas
que crecen unidas florecen y fructifican
para dar una imagen del amor perfecto
El otoño llega con las manos llenas de ilusiones
resplandecientes
Qué crimen es ese que me hace sollozar
Mirad mi amor está vivo Muéstrate querida mía
Nada podréis probar La coartada verde como una floresta
se extiende por el horizonte donde graznan inútilmente
[los cuervos
Sin embargo en cada árbol hay un ahorcado que se
[balancea
en cada hoja una mancha de sangre
Qué puede haber peor que el cielo al amanecer o el betún
[de la tarde
Qué es eso que me impide morder a los paseantes en los
[bulevares
La amargura que siento crecer en mí puede ser el primer
[torrente de un diluvio
a cuyo lado el otro parece un vulgar desborde de cloacas
Recuerdo que en mil quinientos cuarenta y uno
cerca de Pavia
cuando me apresaron en la campiña por donde
[deambulaba
víctima de los primeros efectos del mal
los campesinos no quisieron creerme cuando les dije la
[verdad
Rehusaron tomarme por lobo furioso
a causa de mi piel humana y Santos Tomases
eternos de la ciencia experimental
cuando les confesé que mi piel lupina estaba oculta
entre pellejo y carne
con sus puñales me hicieron tajos en los miembros y el cuerpo
para verificar mis melancólicas afirmaciones
no me tocaron la cara
espantados por la atroz poesía de mis rasgos
Qué es eso que me impulsa a aullar en las tumbas
qué es eso que me obliga a escarbar irresistiblemente en el polvo
donde duermen los enamorados en descomposición
Qué vas tú a exhumar como si la luz viviente
no tuviera bastante con las heridas de los vivos
Dadme el lenguaje tenebroso de los ajusticiados en la silla
[eléctrica
el vocabulario último de los guillotinados
La existencia es un ojo reventado Que se me entienda
bien un ojo que hacen reventar a cada instante
el harakiri sin fin Me enfurezco
al ver la calma idiota con que reciben mis gritos
Por eso quiero sacar de las fosas hipócritas
a los fallecidos de muerte violenta con sus pupilas horrorizadas
quiero desterrar a las víctimas de las catástrofes
cuyos esqueletos conservan las posturas del terror
que se adaptan maravillosamente a estos días que corren
Decía precisamente mi vecina que hay
gentes que se tiran al agua
Si soy una bestia babosa a quien el asco del mundo
hace babear sería muy fácil acabar con todo
amor mío amor mío oyes esta blasfemia
No es la palidez del amor no es la palidez de la muerte
sino la de los lobos ésta que hay en mi rostro
No puedo morir a causa de esta flor inmensa
cuyo cáliz no puedo soportar que se cierre
Se ha logrado un notable progreso en materia de torturas
sobre el cobayo que soy
sobre el cobayo salvaje que soy las dos manos
atrapadas en dos puertas
el amor la muerte
y unos hércules abstractos se apoyan sobre las dos puertas
con la tranquila seguridad de un número de music-hall
ejecutado sin ningún esfuerzo aparente
Cómo nunca notaste que mis besos se parecían a las
[palabras sacrílegas
que son todo lo que queda por decir a los esclavos
[descuartizados
Cómo nunca notaste que te amo en el instante mismo en
[que me matan
que es siempre la última vez que gozo abominablemente
[en tus brazos
Tus brazos tan bellos que ahí está justamente
ahí está lo más terrible
Todo tendrá que acabar de modo salvaje
Yo te perteneceré hasta arrojar a tu amante a las fieras
O lo haré examinar con engaños por un médico alienista
o bien lo mataré fríamente
amor mío
durante su sueño mientras yace pálido y desnudo
mientras los lobos surgen en torno de los cementerios
[donde duermen
los bellos días que pasamos juntos amor mío.
El médico, autorizado por el Rey, pone su firma a lo recién nacido vivo y certifica causa probable de la muerte, porque sabemos que la muerte no se puede vivir. Los humanos por proceder de seres sexuados (hombre y mujer) somos deudores, a la naturaleza, de una muerte segura. La muerte es un límite humano. Antes de nacer ya existía mundo y después de morir seguirá girando la tierra. La muerte no se puede vivir, se puede escribir de la doble carencia constitutiva de todo sujeto humano: carencia constitutiva, ley, de lo que nunca faltó, pues nunca hubo inmortalidad, nunca fuimos primero de nada, nunca se tiene al otro semejante y nunca se sabrá cómo es tú muerte.
El lenguaje y la imagen preceden al recién nacido. De modo que decimos que se nace perdiendo doblemente: frente al lenguaje y frente a la imagen. Posteriormente el lenguaje posibilitará que el cachorro humano alcance la bipedestación por el deseo de otros. En el humano hay que construirlo todo, absolutamente todo. Así es necesario que aprenda a mamar, a mentir (proceso de simbolización donde el niño muestra haber capturado lo sexual) es necesario que separe la palabra de la cosa, es necesario que se apropie de la semejanza y la diferencia. Que llegue a poder el juicio de atribución y el de existencia, donde lo que se desea son deseos.
Hay tanto que aprehender…
Esta dependencia absoluta, de otros humanos al nacer, genera una ambivalencia afectiva que se muestra en los sentimientos de amor, odio, celos, envidia, miedo y tristeza que acompañan la vida del hombre. Estos sentimientos, viven reprimidos a nivel inconsciente.
Racional y conscientemente, nadie piensa que vaya a morir: mueren los otros, pero uno se piensa inmortal, debido a que no hay representación psíquica posible de la muerte. El sujeto muere cuando el deseo inconsciente deja de desear, de trabajar con lo que podemos decir que: no hay deseo de morir, puede no haber deseo de vivir, pero no hay deseo de morir.
Sigmund Freud nos dice que de la única manera que el sujeto se puede suicidar es cuando “me confundo con el otro”, es decir, lo único que puede es asesinar, lo único que se puede es desear la muerte del otro, no puede desear morir, aunque lo diga, pero si puedo no desear vivir, que no es lo mismo. No hay posibilidad de representar ningún morir, en el deseo inconsciente (motor de la vida psíquica).
Por otra parte el cuerpo es el escenario donde se representa la vida anímica, con lo que la relación entre las enfermedades corporales y ciertas dolencias psíquicas, como la depresión, hablan del inseparable convenio heredado (de la especie y el lenguaje) que tienen cuerpo y psiquismo, tan diferentes como imprescindibles que no son lo uno sin lo otro. Esta imposible unión y separación de cuerpo y mente, interesa hasta el punto que las más prestigiosas investigaciones de finales del siglo, muestran una relación entre depresión y cáncer, donde sería la depresión como síndrome previo, el que podría estar actuando tanto en el proceso de enfermar del cáncer, como en el pronóstico clínico. Con lo que el tratamiento debe incluir la terapia específica del cáncer y de la depresión.
El psicoanálisis produjo por primera vez en la historia de las ciencias, una teoría que da cuenta de los singulares mecanismos psíquicos que intervienen en la constitución del sujeto deseante.
Hay cosas que no tienen arreglo y eso es un límite, no podemos acabar con el alma, sólo podemos curarla. Aprovecho el momento para dedicarles un poema a tofos mis padres.
SE QUEDARON SOLOS
Marchó la nieve ladera arriba su blancura
y nubes de ajedrez simulaban las golondrinas en su destierro
curvando con sus picos un rastro de plumón cayendo
con el sol de otoño, en tu libro abierto, un recuerdo.
Marchó el otoño de sombra cobriza y hojas eternas
tapizando de sonido el caminante tiempo de luz
que alimenta de sabiduría el almendro y la flor
pintando el sur que siempre impera en la retina del viajante.
Marcharon todos y quedó casi nadie, un altivo obispo
cuya mitra era lo más cercano al cielo del lugar
cuando truena en el valle que linda con el cementerio
la tormenta hermana que con doce ovejas comulga su pena de rueda.
Se quedaron solos, trece con el pastor y una campana
de hierro que sin fuerza suena cuando a corta distancia el obispo
fue arrestado por su cargo opulento de exagerarse monaguillo
con la frontera cercana de los cuarenta en copas que nunca pagaba.
Marchó el cuñado por la sierra en busca de la luna que aullaba
y nunca volvió a brillar su calva de nacimiento. Casó y marchó
hermano. Casó y enviudó hermana. Nunca escribe casi nadie.
Enterré a luna, la terca merina, que quiso aullar con el lobo un matrimonio.
Se quedaron solos, los dos relojes del campanario porque casi nadie
se fiaba del sol y la arena y, además el bizco tenía mal dormir
y disparaba perdigones a las golondrinas en su destierro
y buscaba inútilmente nidos en el almendro del que nunca fue obispo.
Y llego el estío, todo parecía tan real, los campos de oro y trino
-el segadal- una palabra inventada en la infancia
las tejas guiando en su reflejo a las nubes del próximo otoño
las merinas sin abrigo, el opio disfrazando amapolas y el pastor
con su tabla de ley y orujo sobre el valle, esperando el caballo del cartero
que anuncie boda, bautizo o muerte en el valle del silencio.
Los poetas: médicos del alma, estudian en profundidad y declaramos que todas las tentativas realizadas para fijar una localización de los procesos anímicos y todos los esfuerzos encaminados a imaginar almacenadas las representaciones en células nerviosas y transmitidos los estímulos a lo largo de fibras nerviosas, han fracasado totalmente. Igual suerte correrá, nos avisa el doctor Sigmund Freud, una teoría que fijase el lugar anatómico del sistema consciente, es decir de la actividad anímica consciente en la corteza cerebral y transfiriese a las zonas subcorticales del cerebro los procesos inconscientes.
Y puedo, con el permiso de ustedes, ahora que la palabra se hace voz y aceptando que nada, o poco, se puede cuando se trata de convencer, es el momento digo de la puntuación. Todo será así o de otra manera, todo será innato y natural, producto de las musas o escribir es un trabajo y como tal necesita de materia prima e instrumentos precisos que tendrá sus efectos.
Escribir durante siglos fue algo que perteneció a las pequeñas élites, sólo los poderosos podían escribir. Mujer y hombre ambos son puntuales ante la muerte y sin embargo la historia de cada uno será escrita o no hubo vida, digo vida humana, civilizada, pulsional, deseante.
Volviendo a la escucha poética decimos: la poesía es el lenguaje primitivo de un pueblo histórico, siendo preciso entender la esencia del lenguaje por la esencia de la poesía. Tal cual me lo contó Heidegger lo converso con ustedes. Palabras produciendo imágenes; mas lo permanente lo instauran los poetas. Y aunque la poesía parezca un juego no lo es, el juego reúne a los hombres, pero olvidándose cada uno de sí mismo, sin embargo en la poesía los hombres se reúnen sobre la base de su existencia y la esencia de la poesía es la instalación de la verdad de los pueblos.
César Vallejo me recomendó que no me preocupara en despertar conciencia alguna dormida y que manejara los tiempos de la exposición de tal manera que en algún momento de la lectura gesticulara con aspavientos de gigante entre molinos:
“Vamos a ver, hombre;
cuéntame lo que me pasa,
que yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes”
Hoy 16 de febrero de 2011, aprovechando que el tejido que se ha confeccionado es grupal, y para concluir mi exposición, me reúno con el doctor Miguel Menassa, el maestro que supo transmitirme el placer por la lectura, el usufructo del goce al escribir y, al que aprovecho para felicitar, desde este foro, por los 50 años que se cumplen desde su primera publicación, 40 años de la fundación del movimiento científico cultural Grupo Cero en Buenos Aires y 30 años de la fundación de la Escuela de Psicoanálisis en Madrid a la que con orgullo y honor pertenezco.
Leyendo conceptos epistemológicos del materialismo histórico aprendí cómo se produjeron las ciencias y las distintas rupturas, descentramientos y transformaciones ideológicas que se producen en la historia del pensamiento cada vez que se devela una verdad que señala una ceguera en el hombre. Un ejemplo es Copérnico cuando produce, con su formulación teórica, una herida narcisista en la humanidad. Escribe Menassa: “El hombre, que tenía una concepción geocéntrica del universo, tiene que conformarse con que su planeta sea más pequeño y gire alrededor de otro centro. Esto sería haber transformado, haber producido un efecto cuyo producto es la teoría copernicana, heliocéntrica, fundamentada científicamente, que lee como ideológico y precientífico, ahora que está fundada, lo anterior, el campo del cual proviene”.
Si hacemos una historia de la medicina observamos un correlato con la historia del pensamiento y el cuerpo siempre fue el gran botín para toda teoría, así los poetas: médicos del alma sabemos la diferencia entre poner carne a la letra o letra al cuerpo.
Antes de agradecer a todos los asociados y público su presencia, les dejo con un poema del poeta: médico del alma, Miguel Menassa.
LA MUERTE DEL HOMBRE
Es otra vez de noche
y en general
la casa duerme.
Una voz en la radio
dice últimas palabras.
Me entretengo con el humo
y me ocurren mil fantasías
y ninguna tiene que ver
con recostarme
tranquilamente en la cama
y dormir.
Entre tantos papeles
terminaré siendo un escritor
y fijo mi mirada en la lejanía
y dejo que la historia del hombre
irrumpa
con la violencia de su sino
mi noche.
Enciendo cigarrillos a mansalva
uno detrás de otro como si fueran
centelleantes granadas contra los opresores.
Desde hace millones de años
el hombre vive de rodillas.
Las granadas estallan en mi rostro.
Primitivas presencias
pueblan mi noche de salvajes ritos.
Ceremonias donde la muerte
siempre es una canción
sublime y misteriosa.
Bestias indomables
semejantes al hombre
por la torpeza
de sus movimientos
danzan a mi alrededor
iracundos
silvestres.
En un mal castellano
me dicen que su jefe
quiere charlar conmigo.
Sentado en mi cama escribiendo
pido que dejen de rugir tambores
que cese la danza
que me dejen escribir este poema.
El hombre tiene hambre y sed desde milenios.
Somos ese hombre hambriento y sediento poeta
cantad con nosotros:
Venimos de la Mesopotamia
y del Caribe
y buscando la perfección hemos llegado
hasta los mundos que se esconden
por encima del cielo
y no hemos encontrado nada.
Siempre hay un hombre que tiene hambre.
Siempre hay un hombre que se muere de sed.
Aquí mismo poeta
en tu casa
anidan el opresor y el oprimido.
Sentado sobre mi cama escribiendo
les digo a los salvajes
que ya es noche tarde
que por favor dejen de danzar
que necesito
hundirme entre las letras
mi hambre
mi única sed.
Dejaron de danzar
y el que se destacaba
por su tremenda humanidad
me fulminó con su mirada.
¿Quién es más cruel?
Poeta
¿Quién más salvaje?
El que muere peleando
por un trozo de pan
o el que no muere nunca.
Quién producirá el exterminio
poeta.
Mis armas o tus versos.
Y ahora poeta deja la pluma
echa a andar y piensa.
Sentado sobre mi cama
escribiendo
le digo al salvaje
que no quiero irme de mi pieza
y que siempre supe que pensar
no era necesario y que deseo
es la última vez que se lo digo
seguir escribiendo este poema.
Antes de continuar me detengo
en la inteligencia del salvaje:
habla bien y mientras habla
deja escapar entre las palabras
el aliento
para que todo suene vital
desgarrador.
Yo soy el hombre
grita la bestia encadenada
y tú poeta ¿eres el hombre?
Escribir para quién
dónde los amigos
y dónde los enemigos.
Dime poeta
¿tu canto
necesita del futuro
para ser?
Ese poema que escribes
contra todo
a quién le servirá.
A ver poeta un verso
que me diga ahora mismo
¿qué es el hombre?
Sentado sobre mi cama escribiendo
me doy cuenta
que la inteligencia del salvaje
terminará quemando
todos mis papeles escritos
en esa hoguera
que fueron construyendo
a mi alrededor
sus palabras.
Dejo de escribir
lo miro fijamente a los ojos
y murmuro sus propias palabras
en un solo verso un hombre
en un solo verso un hombre
y me decido a escribir ese verso.
Sostengo con mi mirada
la mirada del salvaje
y con rápidos movimientos
tomo la ametralladora
y disparo varias ráfagas
sobre el cuerpo del salvaje
que con los ojos desorbitados
por el asombro
cae
para morir y desaparecer.
Sentado sobre mi cama escribo ahora
con la seguridad
de quien ha llegado a la cima:
Un poeta asesinó su hombre
para escribir este poema
y eso
es un hombre.
Gracias a todos por todo.
Dr. Carlos Fernández del Ganso
Dr. Carlos Fernández del Ganso
Dr. Fernández durante la lectura del discurso de ingreso