- Al Sr. López, ya ex-alcalde, parece costarle un mundo soltar la vara de mando. A pesar de apoyar al PP en la investidura "a cambio de nada" (en los próximos días veremos lo que entienden los independientes por "nada"), parece darle el mando al Sr. Núñez como si fuera una especie de préstamo, como si le dejara el bastón sólo para hacerse la fotografía al tiempo que, con ella, parece señalarle el camino que le ha marcado. Estoy por asegurar que el Sr. Núñez, en este mismo instante, debía estar oyendo una voz de carácter espectral diciéndole: "No te olvides... Estamos aquí, vigilándote... Necesitas nuestros votos... Te lo vamos a recordar todos los días..."
- El Sr. Núñez, recogedor de la herencia, tiene un gesto extraño, como de dolor de estómago (por no decir estreñido), como queriendo decir aquello de "Aparta de mí este cáliz". A estas alturas, se hace difícil afirmar si se nos muestra así por el sentimiento de interinidad con el que asume la alcaldía o por las malas digestiones que va a sufrir de aquí en adelante después de tragar lo que lo que los independientes le van a ir poniendo sobre la mesa.
- Y de ambos, tanto del Sr. López como del Sr.Núñez, no se puede decir que muestren entusiasmo y felicidad ante su pueblo. No son, desde luego, la alegría de la huerta. Algo que se evidencia, muy especialmente, en el Sr. López, que tanto en la fotografía, como a lo largo de la sesión plenaria, ha sido la viva demostración del rotundo fracaso que ha sufrido su formación y de la que todavía no parece haberse recuperado. Y eso, a pesar de que ha logrado doblegar al PP. Lo suyo no es seriedad, es cabreo (supongo que con los "desagradecidos" almanseños que no le votaron, como dijo públicamente).
La votación para la elección de alcalde no ha sufrido ninguna sorpresa. La disciplina de partido se ha impuesto sobre el tufo. Los concejales del PP han aceptado, por encima de los rencores personales y familiares o más allá de la animadversión que a algunos/as le produce el Sr. López (eso dicen, al menos, en privado), la imposición de un pacto que va a hacer de Almansa una ciudad de difícil gobernabilidad. De ellos/as será la responsabilidad.
Y nosotros a trabajar. Somos la fuerza mayoritaria y ese orgullo nadie nos lo puede quitar, más aún en las circunstancias políticas en las que se han celebrado estas elecciones (recordemos, el PSOE ha subido en Almansa en votos y en concejales). Probablemente por eso aparecemos sonrientes en la fotografía (no como los que van a gobernar, cariacontecidos y embutidos en un pacto que terminará siendo, para la mayoría de los ciudadanos, infumable).