Michelle Deveraux: Personaje que viene en el libro básico. La jugadora me pidió uno ya hecho y Michelle venía que ni pintada. Superviviente del Katrina, con tratos con otros cultos de la ciudad (para mal) y oficialmente muerta.Mark Hattler: Médico militar que ha visto demasiadas cosas, y no todas eran heridas de bala. Ha comenzado su particular camino por la Degeneración.Kitty Holmes: Bibliotecaria, ex-cerrajera, con cierta compulsión por los libros raros y únicos y ex-convicta.Miguel "Mickey" Culebras: Traficante de arte extraño y ex-convicto.
Y aquí cerré.
No sé qué decir sobre la partida. Todo iba bien hasta que se fue de madre, y aun no sé por qué. De todos los planes que había en la mesa para obtener la información, el soborno fue el más cabal y el menos escuchado. Creo que hay veces que los jugadores nos enrocamos en ciertas ideas que en nuestra cabeza son un plan perfecto pero luego, al ponerlo en práctica, hace aguas por todos lados. Esta fue una de esas veces. No tenían medios para afrontar las opciones que proponían (robo con nocturnidad, robo mediante hackeo) y de lo único que tenían de sobra, dinero, lo emplearon en comprar un lote de carnaval, que no estuvo mal para saber cómo funcionaba la casa de subastas, pero que no emplearon para poder sobornar al encargado y dar con su objetivo.Me inclino a pensar que todo juego relacionado con los Mitos de Cthulhu despierta algo en los jugadores que les induce a actuar de forma extraña. Si al sentarse en la mesa ya piensan en esto como one-shots donde van a terminar locos o muertos, mal vamos (y me consta que hay alguien en la mesa que piensa así). Este resultado, y el de Las Máscaras de Nyarlathotep, me hacen replantearme muchas cosas que, de momento, voy a seguir rumiando.