Así que, mientras sigo sin trabajo —sí, spoiler: la situación laboral continúa exactamente igual que antes— decidí aprovechar el tiempo y apuntarme a un curso de automatización de procesos con inteligencia artificial. Suena muy futurista, ¿verdad? Pues también suena complicado.
El curso está muy interesante, no voy a mentir. Eso sí, pensaba que sería más fácil, pero la realidad es que la IA no se deja domesticar tan rápido. Dura aproximadamente un mes, y al final tendremos una semana de prácticas en empresa. Ya veremos si para entonces soy capaz de automatizar algo más que el café de la mañana.
Mientras tanto, aquí seguimos: buscando oportunidades, aprendiendo cosas nuevas y tratando de mantener el ánimo (y la paciencia) a raya.
Porque, aunque el trabajo no llega… al menos el modo aprendizaje sigue encendido.