Los trabajos de investigación que se desarrollan desde la institución académica para generar una mejora en los cultivos de las cepas y por tanto en la calidad de los vinos, se comunicarán y promocionarán a las distintas bodegas regionales y nacionales con las que el Instituto mantiene acuerdos.
El convenio pretende ser un punto de encuentro entre los profesionales de la sumillería de León y el personal docente e Investigador adscrito al Instituto con el fin de establecer una fluida colaboración que redunde en beneficio para ambas partes, además de servir de punto de encuentro para la difusión de la cultura del vino entre la sociedad leonesa.
Según fuentes de la Universidad, una de las actividades que se acometerán en próximas fechas es la organización de una ‘Cata de defectos del vino’ dirigida principalmente a periodistas, y en la que se intentarán reconocer los problemas del vino tanto en su proceso de elaboración como por la contaminación que haya podido sufrir el vino bien en la propia bodega o bien a través de los tapones, por los tricloroanisoles (TCA) y los bretanomices (BRET), compuestos químicos que surgen por la contaminación del corcho, las malas condiciones de conservación de la botella, o en la crianza del vino en las barricas de madera.
Olor a humedad, olor a sulfuroso, sabor a corcho, a vainilla, a pimienta, o sabor a rancio son defectos clásicos que son tipificados en diferentes sesiones, y que tanto los expertos del Instituto, como los sumilleres de la Asociación leonesa, identificarán en las catas a los estudiantes.