Mi lesión y la de Iván ahí van por su camino poco a poco van mejorando pero la cosa es lenta. La fisio me obliga hacer piscina y creo que ya tengo el hueco para ir. E Iván también ha encontrado su rutina acudiendo al río con la bici de carretera junto a Xavi, nuestro Ironman por excelencia que también trabaja en los Encantes. Ambos van por las mañanas antes de ir a trabajar, el primer día les costó pero bueno un tira del otro y aunque son las 6am, debo decir que no están solos hay tanto runners como bikers, cada una hace su entreno y a Iván le ha cambiado hasta la cara y yo me alegro. Nos ha costado pero poco a poco nos vamos encauzando.
Aunque era el primer día y tampoco había que pasarse, aún así yo creo que se nos fueron mas de 2 horas. El mayor no quiso venir, está en la edad del pavo aunque creo que un poco algo luego se arrepintió, de la próxima no se libra, el peque si vino, se pasó el rato repartiendose entre su padre y yo, en las zonas complicadas se ponía a mi lado no se fiaba de que me fuera al suelo y me iba marcando la trazada pero cuando la zona era fácil se iba a picarse con su padre.
Hubo un tramo del camino lleno de piedras que yo no se el lumbreras que le dio por ponerlas ahí, Iván lo pasó montado pero él no cuenta, yo como buena runner lo pasé corriendo empujando la bici y mi peque como buen biker lo pasó con la bici a cuestas, es una makina.
No me las voy a dar de buena biker porque no lo soy, en según que tramos me bajé, las subidas me van bien pero las bajadas muy técnicas me dan pánico, bueno y si no lo son también, para que mentir. Pero la verdad que disfrutamos mucho, Iván nos llevó por tramos de senderos increíbles que daba gusto ir por ahí, correr me encanta pero en bici los peques nos siguen el ritmo y disfrutar con ellos el aliciente es doble. De momento es lo que nos toca y como la cuestion es disfrutar y desconectar seguiremos así.