Hace unos días compartía a través de mi cuenta de instagram un vídeo de mi sobrino de siete meses gateando. Me ha hecho mucha ilusión ver como recorre la casa con su particular estilo de gateo, explorando todo y descubriendo qué hay en cada rincón, incluso debajo de las alfombras. Es una etapa maravillosa!
Es importante tener en cuenta que nuestra casa sea segura para nuestros hijos, lo que no implica redecorar todos los espacios, pero sí quizás haya muebles que podamos sustituir o quitar por un tiempo, para evitar esquinas peligrosas, cristales, lámparas de mesa o muebles inestables. Asegúrate que las sean seguras, que no sean fáciles de escalar ni arrastrar, porque es fácil que se pillen los dedos.
Y es que cuando los niños empiezan a moverse independientemente por la casa, es importante que los adultos hagamos un recorrido a su altura, para descubrir posibles peligros de los que no nos habíamos percatado antes y podamos adaptar la casa a un bebé que gatea o camina.
Recuerdo que cuando mi hijo empezó a andar teníamos una pequeña estantería con libros que tuvimos que girar, porque él sacaba los libros y salía corriendo, los colocábamos de nuevo y vuelta a empezar...podíamos estar todo el día así, por esto durante un tiempo la inutilizamos, hasta superar la etapa.
Siempre es una buena idea colocar una alfombra cuando los bebés empiezan a gatear, porque les proporciona una superficie más suave y estable. Además de ser más limpia porque es exclusiva para ellos.
La mayoría de los padres optan por el modelo de foam con letras y número que se puede ajustar al tamaño del espacio fácilmente y son fáciles de limpiar. Hay muchas otras opciones como por ejemplo esta alfombra en forma de puzzle del estudio de diseño MAGIS, que me ha encantado como alternativa!
Otro riesgo al alcance de los niños son los enchufes, cables, puertas, ventanas y escaleras, existen muchas opciones con las que podemos adaptar la casa a un bebé que gatea, como tapones de seguridad para enchufes, cierres de seguridad para armarios, protectores de esquinas y anticierres de puertas. Todos estos elementos son fáciles de encontrar, incluso los hipermercados o supermercados cuentan con los más básicos.
No es cuestión de tener miedo, pero sí adaptar la casa a un bebé que gatea o camina para que pueda explorar con toda seguridad su entorno, porque aunque no lo creas al mínimo descuido pueden llegar muy lejos, porque a estas edades su curiosidad no tiene límite.