Momento futbolero en Los Soprano (1):
Un amigo me dijo que todas las cuestiones vitales que puedes encontrar a lo largo de tu vida tienen su respuesta en esta serie, aunque creo que fue Coppola quien otorgó semejante afirmación con respecto a El Padrino. Me valdría para las dos obras. En ese clima de poder, tradición, familia, honor, traición y violencia podemos naufragar o mantener nuestro velero a flote entre tanta tormenta emocional. En la obra de Coppola, quizás con un aroma más clásico, añejo y hasta épico. En el caso de Los Soprano, todo nos resulta más cercano, actual y atractivo, como si fuera una especie de mob next door. Por eso podemos sentir cercano su dolor por la decadencia física o mental de sus protagonistas, la muerte, el amor, la pérdida, las relaciones familiares, el recuerdo y, en general, muchos asuntos que el protagonista trata en la intimidad de la consulta de la doctora Melfi, personaje fundamental para sostener el sentido verdadero de esta serie: la soledad existencial de un hombre ante un abismo siempre cercano motivado por el tipo de vida que lleva.
Momento futbolero en Los Soprano (2):
Antes del éxito de Los Soprano, Gandolfini era un rostro bastante conocido en sus papeles secundarios, como aquel mítico matón de ‘Amor a quemarropa’ o el detective torpón de ‘Perdita Durango’. Casi siempre tenía papeles de tipo duro, motivado por su imponente físico y aparente rudeza. La última vez que le vi en la gran pantalla fue en la obra maestra de Bigelow, ‘La hora más oscura’, en un pequeño y eficaz papel como director de la CIA. Su presencia en pantalla, aunque sólo fueran unos minutos, con esa mirada y su característico tono de voz, amplificaba el magnetismo del personaje con el espectador.
Aquí una de las muchas secuencias sobre sueños que hay en Los Soprano. Esta es una de mis favoritas, “Pussy is a fish”:
Parece ser que fue su hijo de 13 años, Michael, quien descubrió a su padre inconsciente en el cuarto de baño del hotel donde se alojaban. Estaban de viaje los dos por Italia ya que iba a participar en un festival de cine siciliano. Celebraban así la graduación de su hijo, así como un campeonato de fútbol que recientemente había ganado éste. Hablando de fútbol, resulta inevitable mencionar a otro Tony Soprano, mote que recibió en España su compatriota de New Jersey Giuseppe Rossi, que despuntó hace años en el Villareal y con los Azurri en la anterior Copa de Confederaciones de 2009 y que, actualmente, tras un periodo oscuro de lesiones, intenta rehacer su carrera en la Fiorentina, ayudado a partir de septiembre por Borja Valero y Joaquín.
Addio, James. Addio, Tony.