Estos últimos días han sido jornadas trágicas para los africanos. Anteayer, mientras el Eje descargaba todo su peso en los Balcanes, Addis Abeba, capital de Etiopía, cayó en manos británicas. Hoy, ha sucedido otro tanto con la ciudad costera de Massawa, lo que ha dejado en manos británicas la totalidad de Eritrea. El Africa Oriental Italiana, ese Imperio de prosperidad y concordia que con tanto cariño y empeño había fraguado el Duce, se desmorona.
En efecto, el día 6 de abril, las tropas británicas entraron en Addis Abeba, la capital de Etiopía, Abisinia y del África Oriental. Los defensores italianos evacuaron la ciudad, ahorrándole las penalidades de un asedio, y se retiraron para intentar plantar resistencia con lo que les resta de ejército más atrás. Muchos civiles italianos se qudaron en Addis Abeba, y recibieron a los invasores británicos con caras largas y miradas de rencor.
El General Alan Cunningham, después de liderar un avance de miles de kilómetros desde Kenya (2.736 kilómetros, para ser exactos, desde el 10 de enero) y obtener para los Aliados el primer éxito de la guerra en una operación de desembarco (la Operación Appearence, en la Somalia Británica), ha logrado así alcanzar su principal objetivo. En un gesto que dice mucho de la verdadera naturaleza de las mal llamadas democracias, Cunningham dio orden al General de Brigada Charles Fowkes de detener su 22ª Brigada de África del Este para ceder a las tropas blancas el honor de conquistar la capital de Etiopía.
Después de haber soportado con sus tropas africanas el peso principal de los combates en el Paso Marda y haber liderado la conquista de Harar y Diredawa, a Fowkes no le hacía ninguna gracia la idea de tener que detenerse a las puertas de la ansiada capital de Abisinia y, sencillamente, hizo caso omiso de las órdenes recibidas por radio y señales luminosas, aparentando no haberlas recibido. Pero finalmente, a tan sólo 16 kilómetros de su objetivo, un avión dejó caer una orden de alto que no pudo ignorar. De ese modo, las tropas blancas de la 1ª Brigada Sudafricana han adelantado a las tropas negras de Fowkes y han entrado en Addis Abbeba el día 6 de abril después de recorrer 1.127 kilómetros en apenas un mes, en una apresurada carrera desde la retaguardia.
De manera similar, los italianos en el puerto de Massawa, la principal base naval italiana en el África Oriental, se han rendido hoy a las tropas británicas y francesas de la Legión Extranjera. Para hacerse una idea de la resistencia que han ofrecido los italianos, de los 13.000 hombres que defendían la población, 3.000 han resultado muertos y 5.000 heridos. Muchos de ellos eran veteranos de la heroica batalla de Keren. Ahora, el nuevo objetivo de los Aliados es limpiar la carretera entre Asmara y Addis Abeba, aunque la primera prioridad de los británicos es la de enviar de inmediato a la 4ª División India a Egipto, donde Erwin Rommel se ha erigido en mucho más que una amenaza.
Sin embargo, ese traslado no lo van a poder llevar a cabo pronto dado que, antes de ser derrotados, los italianos se han encargado de destruir los talleres, instalaciones y el gran dique seco flotante del puerto y de hundir todos los buques, incluido el último buque de guerra italiano en aguas del África Oriental, el torpedero Vincenzo Giordano Orsini. Una lancha torpedera, antes de ser hundida a su vez por su tripulación, ha torpedeado y dañado al crucero HMS Capetown. Cuatro submarinos italianos han logrado escapar.
Los británicos están ansiosos por volver a poner en funcionamiento el puerto de Massawa, en especial su dique seco flotante, pero carecen de los recursos necesarios para reflotar los buques hundidos y reparar el puerto. Los británicos no se han cortado un pelo han solicitado apoyo a los Estados Unidos, que se ha puesto a temblar en cuanto la patata caliente ha caído en sus manos.
A pesar de estos reveses, y fieles a la confianza que tiene depositada el Duce y en el Führer, el pueblo italiano sabe que esto no ha sido sino una batalla perdida y que esta guerra devolverá a Italia, y con creces, el lugar que le corresponde en el mundo.
Viva il Duce!Viva l'Italia!