Adelgazar con el cuerpo y la mente

Por Juanpbruno
La belleza es uno de los grandes ideales del ser humano; todos la buscamos adentro o afuera. Desde la perspectiva de la salud, belleza es sinónimo de equilibrio. Y equilibrio es una de las definiciones más asertivas de qué es la salud. Cuando una persona está en armonía, normalmente es bella; los pitagóricos decían que la belleza radica justamente en el equilibrio.
Cómo alcanzar o mantener la armonía:
Probar el jugo de zanahoria. Es ideal para la piel muy pálida o muy fina, o con acné, marcas, etc. En verano nos prepara para el contacto con el sol y repara los daños que éste puede ocasionar.
Comer más frutas. Tienen vitaminas que colaboran en la elasticidad de la piel y limpian el organismo de toxinas. Preferir las de estación: las de verano son muy ricas en agua "vital", que está enriquecida con vitaminas, minerales y enzimas. El durazno, el melón, el damasco y la cereza son ricos en betacarotenos, que son grandes protectores de la piel.
Consumir ensaladas, preferentemente crudas. Cada verdura aporta minerales, vitaminas y principios activos que estimulan las funciones del cuerpo. El apio, el hinojo y el pepino son diuréticos naturales.
Incluir al espárrago. Lo encontramos entre las verduras cocidas de esta temperada. Es un potente diurético y protector hepático.
Tomar mucho líquido. Si comemos frutas y ensaladas crudas disminuye la necesidad de agua. Pero si estos alimentos no forman parte de la dieta, es esencial tomar agua en abundancia. Para que elimine toxinas, debe beberse alejada de las comidas. Esto mejorará la celulitis.
Aumentar el consumo de vitamina E. Una manera práctica y placentera es elegir una fruta seca que nos guste e incluirla en nuestra dieta. Las cantidades, para recibir sus beneficios y no aumentar las calorías, serían de tres nueces enteras, ocho almendras o avellanas o dos cucharadas de semillas de girasol crudas.
Evitar los productos industrializados. Tienen alta concentración de sodio. Reducir también la ingesta de fiambres y chacinados.

Incluir proteínas. Las carnes magras (especialmente blancas), los pescados y el huevo son alimentos altamente recomendables para aportar a nuestro organismo proteínas y mantener firmes los tejidos.
Desmitificar algunos alimentos. Solemos pensar que la palta y las aceitunas están prohibidas pero, si las usamos con inteligencia, podrán beneficiarnos. Podemos incluir media palta Hass en una ensalada magra; y reemplazar algunas galletitas por 6 ó 7 aceitunas. Las negras aportan algunas calorías más que las verdes, pero son más saludables, porque están maduras.
Elegir cereales integrales. Son una buena opción para el verano. Si nos preocupa nuestro peso, es imprescindible que se combine adecuadamente, siempre con verduras y nunca con proteínas. Así, nos beneficiaremos con sus cualidades: su abundancia en antioxidantes, minerales y vitaminas B, además de fibra.
En síntesis: tenemos que alimentarnos con productos frescos, cercanos a la naturaleza, integrales y con el mínimo de modificación industrial posible. Nuestro cuerpo podrá irradiar energía vital y salud. Y esto es esencial para que se trasmita la belleza intrínseca que nos caracteriza, a cada uno en su esencia.