Adelgazar sin dieta ni detox

Por Raquelcabalga @RaquelCabalga

Aún recuerdo cuando, con solo 10 años, un cirujano plástico se atrevió a cogerme del pellejo con un pie de rey para decirle a mi madre que me sobraban 7 kilos. Nunca olvidaré ese momento, momento en el que mis complejos tuvieron dónde sostenerse. Aunque nunca tuve sobrepeso, jamás pude dejar de pensar en adelgazar.

A día de hoy, con 29 años, debo haberme puesto a dieta más de 10 veces. Y debo reconocer que, pese a mis conocimientos sobre nutrición, siempre caí en las trampas de moda del momento: del sirope de arce, disociada, de los puntos, Dukan, Naturhouse… Con 1’85 m de altura y una talla 38/40,  ¿lo necesitaba? Sinceramente, lo único que necesitaba era un buen bofetón moverme más, poner en práctica todo lo que había aprendido y escuchar a mi cuerpo, dejando de lado las creencias limitantes y los hábitos alimenticios tan deplorables que había mamado desde niña. Porque sí, con solo 16 años iba dos veces por semana a una consulta médica a revisar mi peso, hacerme mesoterapia transdérmica cosmética, presoterapia y drenaje linfático. ¡Increíble! Pero hay cosas que se aprenden por imitación, al igual que hay cosas que se hacen por mera reprobación.

Te explico todo esto porque considero que alguien tiene que decirte que si quieres adelgazar no hace falta que te pongas a dieta ni que te sometas a ningún aberrante reto detox. Y te lo digo así, sin anestesia, aún a riesgo de crear polémica.

La dieta o dietoterapia está pensada para aquellas personas afectadas por algún tipo de patología o enfermedad que requieren de unas pautas muy concretas para cubrir las necesidades fisiológicas derivadas de su estado. Y de la desintoxicación o DETOX de nuestro cuerpo… ¡Ya se encarga él mismo mediante los riñones, el hígado y el sistema excretor! No solo lo digo yo, me respaldan la ausencia de evidencia científica y médicos de todo el mundo, destacando al gastroenterólogo Michael Picco y la Dra. Katherine Zeratsky de la Clínica Mayo de Estados Unidos.

Los retos, planes, programas y dietas detox prometen grandes resultados que aparentemente consiguen pero… ¿Sabías que provocan desequilibrios muy nocivos para nuestra salud? Comer solo un tipo de alimento, abusar de combinaciones laxantes (no importa si son naturales o químicas) o vivir a base de batidos y preparados sustitutivos de comidas, bajo ninguna circunstancia, es la mejor solución para adelgazar.

Y te voy a dar algunos de los motivos más llamativos:

PROS

  • Estás más hidratado/a y/o dejas de comer azúcares, grasas saturadas, carbohidratos refinados, etc. ¡Eso siempre está bien!
  • Disminuye la hinchazón del cuerpo porque comes en menor cantidad y menos chatarra.
  • Ahorras tiempo pues no tardas tanto en preparar tus comidas.

CONTRAS

  • Este tipo de dietas y retos restringen nutrientes esenciales para el cuerpo, tales como las proteínas, las grasas, los carbohidratos y, con todos ellos, gran parte de los minerales y vitaminas.
  • No es apto para todo el mundo, deben evitar estas prácticas las mujeres embarazadas y lactantes, niños, ancianos y personas con diabetes, hipertensión o depresión.
  • La restricción de carbohidratos hace que nuestro cuerpo coja la energía principalmente de las proteínas presentes en nuestro cuerpo, propiciando así la pérdida de masa muscular.
  • La descomposición de las proteínas musculares producen amoniaco y ácido úrico que crean estrés suprarrenal y/o problemas en los riñones.
  • El cuerpo entra en estado de cetosis, generando: mal aliento, mareos, pérdida de apetito, falta de energía, irritabilidad, fatiga, dificultad en la concentración…
  • Los detox provocan diarreas “que se venden” como una “limpieza de toxinas” cuando es resultado de tomar mucha agua y fibra. En consecuencia aparecen la hiponatremia (falta de sal en el organismo por exceso de agua), las molestias digestivas…
  • En dietas restrictivas se genera el efecto contrario, la ausencia de fibra o el exceso de proteínas generan mayor riesgo de estreñimiento. El pH de los fluidos corporales baja y da lugar al nacimiento de enfermedades crónicas.
  • Se producen estados carenciales de nutrientes a causa de que el organismo se centra en la búsqueda y absorción de la glucosa (que no va a encontrar en lo que se ingiere) sin aprovechar el aporte de lo poco que digiere.

Y eso no es todo… Está demostrado que el 95% de las personas que pierden peso lo recuperan entre 1 y 5 años después mientras que un 35% seguirá viviendo sometido a dietas restrictivas muy estrictas que pueden llegar a ocasionar transtornos metabólicos, alteraciones emocionales y, nuevamente, una mayor ganancia de peso.

Esas cifras son ciertas y no importa qué dieta de moda sigas… Huye de los “profesionales” y de las marcas que venden resultados en poco tiempo en lugar de salud y mejores hábitos al ritmo que marque tu cuerpo.

Te sigo explicando mi caso… En 2011, a raíz de una situación personal y laboral bastante complicada, gané 20 kilos en unos pocos meses. En ese momento sí podía decir que tenía sobrepeso (pasé de la talla 38/40 a la 46). Nuevamente, no me importó todo lo que sabía sobre nutrición, me puse a dieta restrictiva de nuevo y cuando ya no soportaba ni el hambre ni la presión… ¡Me daba un atracón!

Se acercaba el día de mi boda y necesitaba entrar en ese vestido de 2.000€ aunque fuera pasando hambre… Y tal y como entré ese día en el vestido, volví a recuperar lo poco perdido un par de semanas más tarde. Mi punto de inflexión fue enfrentarme a mi propia incoherencia… ¿Cómo podía estar dando recomendaciones de vida sana si yo misma no las aplicaba? Ahora vuelvo a estar en mi peso (normopeso) aunque aún me gustaría perder algun kilo más que no me pertenece con el fin de cuidar de mis articulaciones.

¿Quieres saber cómo he perdido ya 12 de esos 20 kilos sin ningún tipo de esfuerzo ni sufrimiento en menos de 1 año?

Llevando un estilo de vida saludable, ni más ni menos. Sin dietas, sin detox: con una alimentación equilibrada, con unos horarios definidos y abandonando atracones, azúcares, carbohidratos refinados y comida procesada. He comido tarta en las ocasiones especiales y he hecho pizza cuando me ha apetecido… ¡Fuera restricciones! El secreto reside en mantener el equilibrio, saber compensar, tomar las medidas justas huyendo de los excesos…

¿Que si me he machacado en el gimnasio? No, no he realizado ningún tipo de actividad física más que algún paseo semanal muy suave porque, por una cuestión médica, tengo contraindicado el deporte (si tu salud te permite hacer ejercicio, debes saber que éste es FUNDAMENTAL para una vida sana, ¡no es negociable!).

Te puede parecer poco perder 12 kilos en 1 año porque quieres deshacerte del sobrepeso cuanto antes para lucir palmito en el próximo puente o en las vacaciones de verano pero debes ser consciente de que lo que has ganado en meses o años de malos hábitos no podrás perderlo y MANTENERLO (lo más importante) con unos pocos días de machaque insalubre.

En mi Instagram verás imágenes de “jugos verdes” pero… ¡No te dejes engañar, no estoy haciendo ningún reto detox! Aprendí de mi abuela, que en paz descanse, las mejores recetas y combinaciones de batidos vegetales porque ella siempre fue fanática de las propiedades de los alimentos. Reconozco que de niña ni me acercaba a esas mezclas verdes que tenían pinta se saber a rayos y centellas pero de mayor me uní a su sabiduría y descubrí una nueva, sabrosa y saludable forma de energizarme y despertar a mi cuerpo del ayuno.

En el camino del peso justo no hay camino corto, solo hay camino sano. ¡Y cada cuerpo tiene un ritmo y unas necesidades distintas!

Raquel Cabalga