¿Somos más hábiles y creativos ahora o simplemente se trata de que Internet nos da más herramientas para crear y después poder enseñar lo que somos capaces de hacer en público? Seguramente se debe tratar de lo segundo. Internet ha puesto patas arriba prácticamente todos los sectores económicos y, además, todo está en un cambio continuo. Lo que hace seis meses era tendencia ya ha quedado obsoleto o ha derivado en otra cosa; ya es historia.
La comunicación en general y el sector publicitario en particular es una de las áreas más dinámicas en Internet. Las redes sociales están capitaneando una parcela esencial en la promoción online de las marcas. Nos encontramos en una fase en que ya damos por supuesto que las marcas tienen redes sociales y que, por tanto, su éxito dependerá de la relación que consigan entablar con su comunidad. Los Community Manager son los artistas que con cada obra (post) deben cautivar a sus followers y provocar respuestas en éstos. Pero, ¿qué sucede con aquellos usuarios que no participan de la conversación motivada por los CM de las marcas pero que, sin embargo, sí que interactúan con la marca de otro modo? Un ejemplo: un instagrammer publica una foto preciosa con su reloj nuevo acompañada de una quote muy conmovedora donde además menciona y etiqueta a la marca del reloj. Sí, es cierto, ya a estas alturas muchos de estos post son patrocinados, es decir, que le han pagado a ese usuario (influencer). Pero no todos los post ni todos los usuarios están comprados.
Y entonces ¿por qué un usuario querría subir una foto con un producto y hacerle “buena publicidad” si no ha recibido nada a cambio? Pues es muy simple, se trata de un fan, de un brand lover, y lo único que quiere es presumir de marca. Por eso no le importa mostrar su devoción hacia ésta y como acto de amor acaba haciendo “publicidad” verídica y más influyente que cualquier spot de televisión. Otro factor importante a destacar es que estas fotos muestran una realidad, un escenario familiar para cualquier otro usuario. No son fotos de estudio en contextos artificiales e inalcanzables, sino que se trata de localizaciones conocidas que reflejan estilos de vida reales. Y eso gusta al resto de usuarios y mucho; porque se sienten identificados de verdad. Los brand lovers se han convertido en los makers de la publicidad actual.
Como consecuencia de esta práctica espontánea de “publicidad” inédita por parte de los brand lovers que inunda cualquier timeline de Instagram ha surgido una herramienta que va un paso más allá. Se trata de Adictik, una app que permite al usuario agregar a sus fotografías el logotipo de su marca favorita. Estos brand lovers ahora pueden crear el anuncio de su marca favorita. Un ejemplo de ello:
Sí, son anuncios creados por usuarios que (al menos de momento) no han recibido ni un duro por haberlos creado. Son buenos, ¿verdad? Pues en Adictik ya hay más de 21.000 usuarios de todo el mundo creando anuncios tan geniales como éstos, un material excelente para los CM de las marcas que les ayudaría no sólo a nutrir los timelines corporativos de imágenes ingeniosas, inspiradoras y reales, sino que servirán para crear una relación real entre marca-fan mucho más gratificante para ambas partes. Por un lado, la marca dispone de contenido creativo y fresco y por otro lado el fan se siente reconocido por la marca.
Los fans de las marcas son mucho más que meros consumidores. Su pasión por la marca y su creatividad están dando lugar a una nueva forma de publicidad que con Adictik se puede ver reforzada y llevada a un nuevo estadio entre la relación de las marcas y su target.
La app Adictik está disponible de forma gratuita para iOS y en los próximos meses contará con su versión Android. Ya hay más de 1.700 marcas y sus logotipos disponibles para poder editar sus fotos y si el usuario echa de menos alguna marca puede solicitarla desde la propia app.
Hasta el momento ya se han creado más de 25.000 anuncios así que podemos afirmar que Adictik es la agencia de publicidad más grande del mundo sin publicistas.