Como lo dije antes, para muchos estas fechas son sinónimo de felicidad, de regocijo, de renacimiento, de esperanza, sin embargo no nos hemos puesto a pensar en lo que realmente pasa y aqui nace la pregunta: ¿Estaremos evolucionando?
Las representaciones generales de el año viejo y el nuevo son siempre las mismas un anciano para el año que se va y un bebé para el que viene, yo lo pondría al revés un bebé para el que se va y un anciano para el que viene, un bebé que represente la inocencia y el aprendizaje que vamos dejando atrás y un anciano que represente la sabiduría que vamos recibiendo.
Y esta sabiduría es la que nos va a enseñar a tener otra perspectiva de la vida y de nuestro planeta, una perspectiva que nos haga reflexionar sobre los actos que cometemos buenos ó malos y sobretodo que nos sirva de experiencia para darnos cuenta en que camino estamos, si estamos evolucionando o no.
Que este fin de año sea de reflexión, que observemos en nosotros mismo si hemos sido tolerantes ó si hemos discriminado y sobretodo si hemos tenido la capacidad de entender y comprender a los que nos rodean y a todo lo que forma parte de nuestras vidas.
Quizás así podamos dar ese primer paso tan importante hacia la evolución y comenzar por nosotros mismos a cambiar este mundo lleno de violencia, intolerancia, discriminación e imposición.
¡Felíz Año Nuevo a todos!